76. Séptimo año: Tablón de empleos.

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—Estoy exhausta.—dejé mi mochila sobre el suelo y me lancé al sofá.—Y eso que sólo tuve tres clases hoy.

—Tengo pesadillas en dónde mis apuntes cobran vida y me asesinan.—reí al escuchar a Lorcan a mi lado.—¿Y Ruby?

—Con Louis y los demás premios anuales.—respondí.—¿Dónde está Alec?

—En su última clase, botánica.—asentí.—¿Por qué era la reunión de Ruby y Louis?

—Pondrán los empleos en las pizarras.

—Merlín.—susurró.—Debo enviarle algunas notas que hice al Profeta.

—¿Que hay de corazón de bruja?

—Puro chisme y esas cosas, por eso Rhea trabajará con mi abuelo, si hablan de quidditch en el corazón de bruja es porque algún jugador está soltero.

—Por eso lo leo.—bromeé y el soltó una risita.

—Imagínate cuando tu y Potter estén en la portada.—solté una risita al escucharlo.

—Ya llegaron.—me levanté junto a Lorcan al ver a Ruby y a Louis entrar a la sala común para poner los anuncios en las pizarras.

—¿Son muchos?—preguntó Lorcan.

—Muchísimos.—respondió Louis.

—Hay hasta para asistente en bibliotecas.—informó Ruby.

—No gracias, paso.—hice una mueca.—Louis ¿Sabes dónde está James?

—En adivinación, sale en 20 minutos.

—Genial, gracias.—sonreí y me quedé observando el letrero de la sección de equipos de quidditch.

Había muchísimos, equipos grandes y no tan grandes. Enviaría a los más importantes y unos cuantos no tan populares para respaldo.

Tomé las fichas y comencé a completarlas.

—Hola James.—sonreí al verlo entrar luego de un largo rato.

—Hola, Alhe.—se sentó a mi lado y me besó.—¿Qué es eso?

—Las planillas de quidditch, ya están disponibles.—apunté a la pizarra con mi pluma.

—Por Merlín.—se levantó de su asiento y fue en busca de planillas.

—Necesitamos que la profesora Hooch de recomendaciones en las solicitudes.—señalé esa parte de la planilla.

—Vayamos con ella al terminar.—asentí y continúe completando.

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—¿Profesora Hooch?—preguntó James una vez que llegamos al campo de quidditch.

—¿Si?—preguntó saliendo de la carpa de Ravenclaw.

—Hola profesora, tenemos nuestras fichas pero piden una recomendación suya.—extendí mis fichas hacia ella y James hizo lo mismo.

—Claro, las completaré todas y las enviaré.—la profesora Hooch tomó las fichas.—Una vez que sean enviadas y las lean seguramente vendrán a verlos a un partido.—informó.—Trabajen duro y estarán dentro.

—Gracias profesora.—agradeció James.

—Los veo en el campo.—sonrió antes de irse.

—¿Quieres ir al lago negro?—sugerí.

—Claro, vamos.—tomó mi mano y salimos del campo para caminar hacia el lago.—¿Cuando jugamos contra Ravenclaw?—preguntó una vez que llegamos.

—El sábado.—respondí sentándome a su lado cerca del lago.

—Si vienen a vernos en algún partido espero que sea contra Slytherin.—dijo.

—Slytherin sigue después de Ravenclaw.—informé.—Si vienen ese día espero que Slytherin no nos patee el trasero—soltó una risita.—Quiero visitar mi antigua casa en las vacaciones de Navidad.—dije luego de unos segundos.

—Deberías ir si quieres.

—Ya es completamente mía, tal vez necesite mantenimiento, arreglar el jardín y esas cosas.

—¿Te mudarás ahí al terminar la escuela?

—No lo creo.—hice una mueca mientras negaba.—Es un lugar muy grande para mi sola, además, si entro a algún equipo no pasaré mucho tiempo en casa y alguien debe arreglarla, limpiarla, mantenerla.

—Tienes razón en eso.—un silencio se hizo presente.—¿Sabes? Pensé en algo el otro día.—me sonrió con nerviosismo.

—¿Qué pensaste?—pregunté curiosa.

—No es necesario que digas que si ahora ni nada de eso, tampoco hay que apresurarse.—suspiró y elevé una de mis cejas.—Pensaba que tal vez, luego del primer algo fuera de la escuela y estando concentrados en el Quidditch...—el silencio volvió por unos segundos.—Podríamos vivir juntos.—una gran sonrisa en mi rostro se hizo presente.

Vivir con James.

—Me encanta esa idea.—asentí con una gran sonrisa.

—No es necesario que sea una casa, puede ser un departamento.—sugirió.

—Creo que un departamento es una mejor idea.—asentí.—En un pueblo cerca de los campos de entrenamiento pero no tan lejos de nuestras familias.

—Debemos planearlo bien.—asentí.

—Primero será entrar a los equipos, ver su ubicación y mientras vivimos con nuestros padres buscamos un lugar para nosotros.—asintió con una gran sonrisa.

—¿Crees que nuestros padres nos apoyarán en esto?—preguntó.

—Yo creo que si.—asentí con una sonrisa.—Tal vez mi abuelo se infarte un poco, pero nada que no pueda superarlo.—bromeé y ambos soltamos una risita.

—Podríamos tener una mascota.—sugirió.

—Nunca he tenido una.—confesé.

—Yo tuve un pez una vez, pero murió.

—¿Cómo murió?

—Le di demasiada comida.—traté de no reírme.—Se infló y se dió vuelta.

—James.—traté de no reír.

—Tenía como seis años.—se excusó.—Pero podríamos tener un gato.

—Un gato suena muy bien.—asentí con una sonrisa.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora