36. Verano: Sentirse parte.

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Ya llevaba en mi nuevo hogar al rededor de una semana y media, y debo admitir que ha sido algo extraño.

Me acostumbré rápido al lugar, por las mañanas desayunamos siempre juntos, cuando Draco tiene que irse a trabajar siempre saluda a la abuela Cissy con un beso en la mejilla, besa a mamá, abraza al abuelo y a Scorpius y a mi nos da un beso en la frente.

Cuando el abuelo tiene que irse al ministerio siempre besa a la abuela antes de irse y cuando vuelve nos cuenta todo sobre su día de trabajo a Scorpius y a mi.

La abuela Cissy nos da galletas a la hora del té, helado en el postre y cuando Scorpius y yo jugamos al quidditch por la tarde siempre nos espera con jugo recién hecho y con mucho hielo al terminar.

Mamá siempre nos besa las mejillas y la frente en las mañanas y antes de dormir, nos ayuda a mantener nuestras escobas en buen estado, me ayuda con mi cabello y cada vez que Scorpius o yo nos lastimamos jugando al quidditch nos coloca una curita de distintos colores y con dibujos de dragones.

Scorpius es una de las personas más tiernas y agradables que podrían existir en este mundo, es gracioso, atento, algo tímido a veces pero nos llevamos muy bien. En poco tiempo nos tomamos mucho cariño uno al otro y estoy realmente feliz de tenerlo como hermano.

Mis amigos se alegraron mucho por mi cuando les conté que finalmente me habían adoptado y les prometí contarles todo a profundidad en cuanto nos veamos.

Se sentía extraño, en casa siempre éramos papá y yo, y no teníamos la mejor relación de padre e hija. Ahora tengo una gran familia que me ha aceptado en su hogar y me están dando la oportunidad de sentirme parte de ellos.

Me encantaba eso, pero a veces extrañaba a papá.

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—Tengo una muy buena noticia para todos.—dijo el abuelo mientras cenábamos.

—¿Qué es?—preguntó la abuela.

—El ministerio de magia hará una pequeña fiesta con los jefes de los departamentos y aurores junto con nuestras respectivas familias el próximo fin de semana.—dijo llevando un pedazo de papa a la boca.

—¿Y estamos invitados?.—preguntó Draco.

—Así es Draco, y es elegante así que debemos ir formales y comprar algo bonito para los niños.—respondió.

—Mañana tengo mi día libre, podría llevar a Scorpius a comprar una túnica nueva.—dijo Draco.—Y aprovechar a comprar algo para mi también.

—Los acompañaré, no puedo usar lo mismo que el año pasado.—dijo el abuelo.

—Aprovecharé mañana también para comprar un vestido y llevaré a Alhena conmigo.—dijo mamá.—¿Te parece bien?.—preguntó hacia mi.

—Si.—asentí.

—¿Te gustaría acompañarnos?.—le preguntó a la abuela.

—Claro que si.—respondió.

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Fuimos al otro día después del almuerzo y acordamos en encontrarnos en casa cuando terminemos. Mamá, la abuela y yo fuimos a una tienda de vestidos en el callejón Diagon mientras que el abuelo, Draco y Scorpius fueron a una tienda de túnicas elegantes.

—¿Solías usar cosas así antes?.—me preguntó mamá.

—Algo así, cuando había fiestas de mi padre en mi antigua casa el me mandaba a hacer horribles túnicas que me hacían picar el cuello y me daban calor.

—¿Nunca te haz probado un vestido elegante?.—me preguntó.

—Jamás.

—Entontes ¿te gustaría uno largo o uno corto?—preguntó.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora