33. Verano: El cumpleaños de Alec y más visitas.

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Cuando el cumpleaños de Alec llegó me levanté temprano esa mañana para poder envolver su regalo. En una caja puse los productos que había comprado en la tienda de los tíos de James, eran un par de galletas canario, un par de orejas extensibles, una varita falsa, un par de caramelos de la verdad y pastillas vomitivas. Cerré la caja y la envolví en papel de regalo pegándole un moño en la parte de arriba.

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Luego del desayuno ya estaba lista, en mi mochila coloqué ropa, mi pijama, la cámara de fotos, entre otras cosas. Cuando Lianne vino a avisarme que los padres de Alec estaban abajo, me colgué la mochila sobre los hombros, agarré la caja y me despedí de los demás niños.

—Hola.—dije al verlos.

—Hola cariño.—me dijo la mamá de Alec alegremente.

—Hola Alhena.—dijo su padre.

—Traje esto para todos los niños.—dijo la señora Fewley hacia Lianne, entregándole una caja grande.—Son pasteles caseros.

—Es muy amable de su parte.—sonrió la señora Peregrine y dejó la caja sobre una mesa.—Deben firmar esto y pueden irse.—dijo extendiendo un pedazo de pergamino y una pluma, ambos firmaron el papel.

—Haremos una aparición a casa.—dijo el señor Fawley y asentí, ambos colocaron sus manos sobre mis hombros y nos aparecimos en casa de Alec.

—¡Alec! ¡volvimos!.—dijo su madre y de inmediato Alec apareció bajando las escaleras.

—¡Alhe!

—¡Alec!.—me acerqué dándole un gran abrazo el cual fue correspondido.—Feliz cumpleaños.—dije al separarme.—Tengo un regalo para ti.—dije extendiéndole la caja.

Abrió el paquete con emoción, sonriendo ampliamente al ver el contenido de la caja.

—No puede ser.—dijo viendo todos los productos.—¿Cómo los conseguiste?

—Fui con James y sabía que te gustarían todas esas cosas, debemos ir juntos algún día.

—Gracias, es perfecto.—dijo dándome otro abrazo y nos separamos al oír un sonido en la puerta.

—Debe ser Ruby, es la única que siempre aparece por la puerta.—dijo Alec caminando a abrir la puerta y del otro lado estaban Ruby y sus padres, ambos se abrazaron y cuando la rubia se despidió de sus padres entró a la casa junto a Alec.

—¡Mamá, papá! ¡Ruby llegó!.—gritó avisándole a sus padres.

—¡Alhena!.—Ruby se acercó dándome un abrazo e hice lo mismo.

—Te extrañé muchísimo.—dije al separarnos.

—¿Cuando llegan los demás?.—preguntó Ruby hacia Alec.

—No deben tardar, Lorcan me dijo que irían por Alice y los tres vendrán juntos.—Ruby asintió.

Estuvimos en la sala de la casa turnándonos para jugar naipes explosivos cuando escuchamos un gran ruido proveniente de la chimenea y vimos a Lorcan rodar por el suelo.

—Lysander ¿por qué me empujas?.—dijo sacudiéndose el polvo y levantándoselos del suelo.

—No te empujé, eres tonto y te caes solo.—dijo Lysander saliendo de la chimenea junto a Alice.

—Hola chicos.—dijo Alec riendo y apareciendo frente a la chimenea.

—¡Feliz cumpleaños!.—dijeron los tres al mismo tiempo lanzándose sobre el.

Ruby y yo saludamos a los demás con abrazos y luego apareció el padre de Alec con una bandeja de hamburguesas que dejó sobre la mesa.

—Huele muy bien.—dijo Ruby tomando una y dándole un mordisco.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora