72. Séptimo año: Beso y confesión de amor.

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Los premios anuales controlaban los tableros en las salas comunes, así que Ruby y Louis pusieron el cartel de Quidditch con los días de entrenamiento, martes, jueves y algunos fines de semana.

—Hola Rhea.—dije al verla salir del gran comedor.

—Hola Alhe.—saludó con una sonrisa.

—¿Lorcan ya te dijo lo de su abuelo?—negó.—Me dijo que si te veía antes que el te avisara, su abuelo leyó tus redacciones de quidditch y dice que son muy buenas, que le interesa trabajar contigo.—una gran sonrisa se formó en su rostro.

—¿Hablas en serio?—preguntó con emoción.

—Iré a hablar con el inmediatamente ¿Sabes dónde está?

—Estaba en el jardín con Alec y Alice.

—Gracias.—se despidió antes de irse.

Caminé hacia la sala común para ver si alguien había anotado su nombre en la planilla de quidditch. Sonreí al ver el nombre de James en la primera casilla.

Unos gritos me distrajeron, Bonnie y James estaban discutiendo en la sala común.

—¡Te he dicho miles de veces que mereces más que eso! ¡Pero no! ¡Vuelves una y otra vez!—se quejó James.

—¡No te metas en esto!—le respondió Bonnie.

—¡Está jugando contigo! ¡Jazmin es una imbécil!—Ruby, quien estaba en el sofá, al darse cuenta que la conversación se trataba de Bonnie y Jazmine, subió rápidamente a la habitación.—¡Tienes a alguien que realmente te quiere y daría todo por ti justo frente a ti y lo desperdicias!

—¡No es tan fácil como crees, James!

—Chicos, ya basta, todos están viendo.—Louis apareció junto a Fred.

—Ruby los escuchó.—dijo Fred.

—Mira lo que haces.—Bonnie miró a James con enojo y subió a la habitación.

—¡No es mi culpa!—le gritó James.

—James.—lo llamé y volteó mi vista hacia mi.—¿Qué sucede?

—Bonnie.—soltó un suspiro acercándose a mi.—La vi junto a Jazmine otra vez.

—¿Jazmine?—asintió.

—Ella no es buena para Bonnie, sólo la lastima.

—Iré con Ruby, te veo luego ¿si?—asintió y dejé un beso en su mejilla antes de subir a la habitación.

Bonnie se había metido a la cama, cerró las cortinas y había puesto un hechizo de silencio.

—¿Ruby?—pregunté al entrar.

—Está en el baño.—Mae se levantó de su cama junto a Dina.—Creo que está llorando.—susurró antes de irse.

—¿Ruby?—toqué la puerta del baño esperando que me deje entrar.—Soy yo, Alhena.

Se mantuvo unos segundos en silencio hasta que abrió la puerta y me dejó pasar.

—¿Sigue aquí?—asentí sentándome a su lado en el suelo.

—Cerró las cortinas de su cama.—la escuché suspirar.—¿Quiso hablar contigo?—asintió.

—Pero no la dejé entrar.

—Deberías escucharla.—sugerí.

—¿Debería?—preguntó limpiándose una lágrima.

—Claro que si.—la animé abrazándola por los hombros.

Estrellas (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora