Estrellas (James Sirius Potter)

29. Quinto año: Audiencia y funeral.

El medio día del viernes había almorzado en la habitación nuevamente, cuando terminé opté por darme una ducha, vestirme con ropa cómoda y comenzar a empacar para el fin de semana.

En mi baúl metí un par de prendas para los dos días, un libro para el tren, un par de zapatos extra y mi varita. Cuando dieron las cinco de la tarde fui a despedirme de mis amigos, bajando a la sala común arrastrando mi baúl.

—Creo que ya estás lista.—dijo Alec al verme y se acercó a ayudarme.—¿A que hora sale el tren?

—A las seis.—respondí.

—Aprovechemos esta hora que nos queda entonces.—dijo Ruby desde el sofá y asentí sentándome a mi lado.

—Aún no se por qué la lechuza sigue enviándome el periódico.—escuché a Rose Weasley hablar, iba acompañada de otra chica de Gryffindor que no conocía. Rodó los ojos y dejó el periódico tirado sobre la mesa. Era el profeta y la portada anunciaba la muerte de mi padre a manos de un elfo doméstico.

—Esto es basura.—dijo Lorcan al verlo y rápidamente lo tomó arrojándolo al fuego.

—Lo hace a propósito sólo para molestarme.—rodé mis ojos.—No le demos importancia, vayamos a buscar a Lysander y Alice.

—Vamos.—dijo Ruby levantándose del sofá y los tres la seguimos mientras Alec me ayudaba a llevar mi baúl.

Los vimos sentados en el gran comedor en la mesa de Hufflepuff así que nos acercamos a ellos sentándonos a su lado.

—Hola.—dijeron al mismo tiempo.

—Hola.—respondimos y me senté junto a Alice y Alec.

—¿Ya te vas?.—me preguntó Alice y asentí haciendo una mueca con mis labios.—Si necesitas algo no dudes en escribirme.—me dijo pasando su brazo por mis hombros y asentí apoyando mi cabeza sobre la suya.

Nos quedamos conversando por un rato hasta que tuve que irme pero antes quería despedirme de James.

—Antes de irme debo hacer algo, será rápido.—dije levantándome del asiento y caminando por el pasillo en busca de James.

Lo encontré cerca de los invernaderos y estaba junto a Louis y Bonnie, al verme sonrió y se acercó a mi.

—¿Ya te vas?.—preguntó tomando mis manos.

—Si.—asentí suspirando.—Quería despedirme de ti, será un fin de semana largo.

—Lo sé, pero también se que estarás bien.—dijo acariciando mis manos.

—Bueno...—suspiré una ves más.—Adiós, nos vemos el domingo por la noche.

—Te esperaré en la estación cuando vuelvas.—dijo acercándose más y sonreí ante eso. Acercó su rostro al mío y me besó lentamente, colocando una de sus manos en mi mejilla.

—Bonnie y Louis nos están viendo.—dije riendo al separarnos.

—Ignora a esos tontos.—rió.

—Escuché eso James.—dijo Louis.—Hola Alhena.

—Hola Louis.—lo saludé con mi mano.—Hola Bonnie.

—Hola Al.—respondió con una sonrisa.

—Bueno, adiós.

—Adiós.—me besó nuevamente antes de irme.

Caminé de nuevo hacia el gran comedor y me despedí de mis amigos con un gran abrazo, tomé mi baúl y salí del castillo hacia la estación.

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El viaje en tren fue algo rápido, llegué a la estación cuando era de noche y hacía algo de frío así que opté por colocarme el abrigo.