Estrellas (James Sirius Potter)

39. Verano: Amigos y parejas.

Las vacaciones pasaron algo rápido y cada vez nos acercábamos más al inicio de clases, pero aún falta una semana para eso. No he podido visitar a ninguno de mis amigos ya que quería adaptarme bien a la nueva casa y a estar con los Malfoy, pero siempre nos enviamos cartas al igual que con James, cartas que guardaba en una caja y a veces cuando lo extrañaba demasiado las leía.

—Alhena, Scorpius.—dijo papá luego del almuerzo mientras los tres estábamos en la cocina.—Las cartas con la lista de sus libros llegaron en la mañana, iremos mañana por la tarde a comprarlos.

—De acuerdo.—ambos asentimos.

—También necesitarán túnicas nuevas.—dijo papá.

—La que tengo están bien.—se quejó Scorpius.

—Te quedan cortas en los brazos, Scorp.—respondió papá.

—Pero no me gusta ir a comprar túnicas.—volvió a quejarse.

—No tardaremos mucho, lo prometo.—dijo y soltó una risita al escuchar que Scorpius soltó un pequeño sonido en forma de queja.—Debo hacer unas cosas, los veo luego.—dijo antes de irse.

—¿Quieres un helado?.—me preguntó Scorpius luego de que papá se fuera y asentí.—¿Aún hablas con James?

—Así es.—asentí comenzando a comer el helado.—Casi todos los días por cartas ¿y tu? ¿hablas con esa persona que me dijiste?

—Si.—respondió algo sonrojado.—Íbamos a vernos en vacaciones pero tenía cosas que hacer y además yo quería quedarme en casa a pasar tiempo contigo.—sonreí al escucharlo.

—No tendremos el mismo tiempo juntos en la escuela.—dije apoyándome sobre la mesada.—Te buscaré en las cenas, el almuerzo y la hora del desayuno.—prometí.

—Y cuando no esté estudiando para mis TIMOS te buscaré.—sonrió.

—¿Darás TIMOS de todas las asignaturas?.—pregunté.

—Aún no lo se.—suspiró.

—Tengo mis apuntes del año pasado y tal vez te sirvan para estudiar, puedo dártelos.—dije terminado mi helado.

—Eso sería genial.—terminó su helado también.—Cuéntame más sobre James, suena interesante.—solté una risita al escucharlo.

—Como ya te había dicho, nos odiábamos muchísimo pero el siempre estaba molestándome y era muy irritante pero poco a poco me fui dando cuenta que en realidad cuando estaba con el me sentía diferente.—expliqué.

—¿Cuando te diste cuenta de eso?

—Una vez en una clase de DCAO en mi boggart apareció la marca, fue luego de todo lo que te conté qué pasó con mi padre, yo estaba llorando en la torre de astronomía y el apareció con una cosa que hizo sonar.—sonreí al recordarlo.—Sonaba una bonita canción y bailamos hasta que me olvidé del incidente.

—Eso es muy tierno.—sonrió.

—Lo fue.—sonreí también.

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Cuando fuimos a comprar los libros y las túnicas fue realmente aburrido. Los libros no fue nada fácil encontrar todos y mamá hizo probarme cinco túnicas distintas.

—Dijiste que sería rápido papá.—se quejó Scorpius mientras mamá verificaba que la túnica que tenía puesta no le quedara corta en los brazos.

—Dile a tu madre cariño.—respondió riendo.

—Esta está bien, ve a cambiarte.—ordenó.

—Al fin.—dijo Scorpius soltando un suspiro y entrando al probador.

—Déjame ver esa, Alhena.—se acercó midiendo la túnica en mi espalda y brazos.—Está bien, ve a cambiarte también.—obedecí caminando a los probadores, saliendo minutos después.

—¿Qué sigue en la lista?.—preguntó mamá una vez que salimos de la tienda.

—Los pergaminos, plumas y tintas.—contesté.

—Y las mochilas.—añadió Scorpius.

—Vayamos por eso.—dijo papá y entramos nuevamente a otra tienda.

Compramos bastante pergamino, plumas nuevas y tinta negra y de colores, además de las dos mochilas color negro que elegimos junto a Scorp.

—¿Ya podemos ir a casa?.—preguntó Scorpius.

—Si.—dijo mamá.

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Había recibido otra carta de James, estaba de vacaciones junto a su familia y Teddy en la playa, y junto a la carta había enviado una fotografía del mar. Jamás he ido a la playa antes y el mar se veía realmente hermoso.

James.

Me alegro que estés disfrutando los últimos días del verano en un lugar tan bonito, y gracias por la fotografía del mar. Nunca he ido a la playa y el mar se ve maravilloso.

Hoy tuve que ir a comprar las cosas para la escuela, fue horrible. Pero no te preocupes por mi, en una semana te veré en el tren.

Con cariño, Alhena.

Justo luego de enviar a Henna a darle la carta a James me había quedado observando la fotografía junto a la carta con una gran sonrisa en mi rostro cuando mamá entró a la habitación.

—Alhe, hay pastel de fresa ¿quieres antes de que se acabe? Scorp ya va comiendo como la mitad.—preguntó desde la puerta con un plato en la mano que tenía una porción de pastel.

—Si, si quiero.—dije guardando la carta y la fotografía en la caja.

—¿Qué es eso?.—dijo viendo la caja.

—¿Esto? em, son cartas que me envio con un amigo.—respondí.—Me envió una fotografía del mar.

—¿Es un amigo de la escuela?.—preguntó entrando a la habitación.

—Sip.—asentí.—Y jugamos quidditch juntos.

—Eso es genial.—sonrió observando la fotografía.—¿Cuál es su nombre?

—James.—respondí.

—¿Sólo James?.—preguntó.

—Potter, James Potter.—respondió.

—Lo conozco por Albus, es un buen chico.

—Lo es.—asentí con una sonrisa.

—Los vi juntos en el baile cuando bailaban y conversaban.—sonrió de lado.—Creo que le gustas.

—¿A James?.—asintió y me sonrojé.—Bueno, de hecho...hemos estado saliendo por un par de meses, no somos novios pero si hemos tenido citas y eso.—sonreí nerviosa.

—Eso es muy tierno, que se conozcan bien antes de ser algo oficial.—sonrió dejando el plato sobre mi escritorio y acariciando mi cabello.—¿Sabes? si es que algún día se lo cuentas a tu padre, pagaría por ver su cara.

—¿Por qué?.—pregunté riendo.

—Cuando tu padre estaba en la escuela no se llevaba muy bien con el señor Potter, no podían estar en la misma habitación sin insultarse.—dijo riendo.—Hablando de la escuela ¿decidiste que asignaturas tomarás este año?

—Si.—asentí llevando un pedazo de pastel a mi boca.—No serán muchas ni tengo que preocuparme mucho por eso porque saque muy buenas notas en todos mis TIMOS.

—¿Así que ya tienes pensado que harás luego de la escuela?.—asentí a su pregunta.

—Voy a postularme para varios equipos de quidditch.—dije dejando el plato de lado.

—Eso suena bien.—me sonrió.—Cualquier cosa que elijas hacer, sin importar lo que sea, hazlo con esfuerzo, amor y pasión, eso es lo que importa.—volvió a sonreírme.