— Victoria, no estoy entendiendo nada.
— Todo fue una farsa, Adler jamás se enamoró de mí. Quiso dejar sus sentimientos de lado para que pudieras ser libre y encontraras a alguien como tú.
— ¿Alguien como yo? — Llevé ambas manos a mi boca, estupefacta. Había tanta información que procesar en tan pocos segundos. Solté un lamento ahogado, Victoria me observaba nerviosa.
— Ya sabes... alguien que camin-
— No puedo creerlo — negué con la cabeza intentando entrar en razón — ¿En serio pensó que estaría mejor sin él? — Victoria asintió con timidez — Este último tiempo ha sido el más difícil de toda mi vida.
— Accedí a ayudarlo porque sí le tengo mucho cariño, además de ser tan persuasivo. Pero no ha sido fácil. Tomé la tarea de cuidarlo todo el día, tomé tu trabajo. Y sí que es demasiado. Por otro lado también él lo ha pasado muy mal. Pensé, que ambos eventualmente estarían bien, pero ninguno lo está. Mierda, ambos se ven miserables. Es por eso que he intentado contactarte a sus espaldas. Por esto mismo, Adler no ha estado muy bien de salud, y creo que tu compañía es primordial para que pueda avanzar.
— Mi amor... — Con los ojos cristalizados pensé en todas esas veces que rezaba por olvidarlo, por jamás haberlo conocido y haberme enamorado de la forma en que lo hice. Me rompía el corazón pensar que mientras yo sufría, él también lo hacía a la par.
¿Qué tanto debe amarme para dejarme intentar rehacer mi vida?
Dios, no sabe el error que ha hecho. ¿No sabía que él era todo lo que necesitaba?
No me importaba estar ahí para él, con su condición, con todo lo bueno y malo; el resto de mi vida. Me enamoré de una manera muy poderosa que no todos podrían entender.
Me enamoré de su mente, de sus pequeñas bromas, de sus refunfuños.Era increíble como al final del día, nuestros cuerpos no eran necesarios. Que conectábamos a un nivel espiritual muy difícil de explicar.
Por eso me causa tanta conmoción el error que cometió.— ¿Qué dices?
— ¿Qué digo? Nada. Necesito escucharlo. — Caminé decidida con muchas bolsas en ambas manos y las lancé como pude al interior del auto. Victoria me siguió impaciente, seguramente tengo un aspecto indescriptible.
— ¿Estarás bien?
— Lo estaremos — sonreí entre lágrimas —. Gracias por cuidar de él todo este tiempo. Creo que te debo una disculpa.
— No fue nada, Adler es un muy buen chico — tomó mis manos delicadamente —. Y te ama con locura, por favor ve con él y arreglen las cosas. Te necesita tanto como tú lo necesitas a él.
— Gracias, Victoria. — Le di un fuerte abrazo y me subí al auto rumbo al chico de mis sueños. Nuestra conversación fue muy breve porque no dudé en correr hacia Adler para exigir una respuesta.
Sentía muchos nervios, eso era algo que no podía negar. Pero, a su vez, sentía una gran calidez en mi estómago que comenzaba a abrazar cada fibra de mi cuerpo.Ha sido mucha información para procesar. No habría esperado esto de él jamás. Porque pensaba que estábamos tan bien, increíble, de hecho.
Sí, hay altos y bajos; y nadie dijo que sería fácil. Pero funcionaba a la perfección y eso era lo que él no podía ver. Para mí sí funcionaba.
La vida funcionaba bien porque estábamos juntos y así debía ser.Estacioné la camioneta en la entrada y rápidamente abrí la casa con las llaves que Victoria me había dado.
Sentía algo de ruido proveniente de la sala y ahí estaba él viendo una película. Con ojeras más grandes que su rostro y cada vez más apagado. Su pelo opaco, en su rostro una mueca que a simple vista, era de dolor y en el piso de la sala un vaso roto. Unos centímetros más allá, una pajilla de bambú con la que de seguro estaba bebiendo antes de derramar el vaso.
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Lo Feliz Que Soy A Tu Lado
RomanceEl ser humano, considerado como individuo, es una unidad indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera racional: tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su propia existencia, sobre su pasado, su present...