La vida se pasaba ante mis ojos a la velocidad de la luz. Un sabor agrio en la boca y la incapacidad de poder respirar me llevaban a una locura inminente.
Yacía Adler en nuestra cama y no respondía a estímulo alguno. Lo único que recuerdo es azotar mi cabeza contra la pared, gritar, llamar a emergencias; y llorar.
Con algo de contención sentí que un par de paramédicos me sostenían firmemente ya dentro de la ambulancia. Estaba a su lado, y no pensaba separarme de él.
Apretaba los ojos con fuerza mientras escuchaba el nombre de cada uno de mis contactos de emergencia siendo notificados de lo que ha sucedido. Gritos ahogados a través de la línea, desesperación. Quería estar inmersa en el peor de los sueños que jamás tuve, que una de esas pastillas relajantes naturales que me recomendó Sally hayan causado un cortocircuito en mi cerebro y ahora esté por despertar a su lado.
Despertar y ver cómo él ya había despertado hace quizá cuánto rato. Y cuando abriera mis ojos, me regalara una de sus grandes sonrisas. Tomar desayuno relajados, y a la vez esperanzados de tener un buen día, una buena semana, una buena vida.
Abrí mis ojos lentamente al sentir alguien tocando ligeramente mi hombro.
Cerré los ojos de nuevo al verlo tan vulnerable ante mí.
— Señorita Hart. Hemos llegado. El señor Cox aún tiene signos vitales, lo cual es esperanzador. Intentaremos darle un diagnóstico a la brevedad. Ruego su tranquilidad, a pesar de sentir mucha empatía con sus emociones. Nuestro equipo se encargará de él.
— M-Muchas gracias. — Me bajé de la ambulancia y las piernas se me doblaban, tanto así, que caí al piso. Intentaron socorrerme pero ni intención de levantarme tenía.
Sentía que volvía a vivir ese día en el que nuestra vida cambió para siempre.
Todos los sentimientos otra vez, esa recopilación de imágenes en mi cabeza terminaban de aniquilarme.
Me quedé en ese trance por mucho tiempo.
Una vez que pude volver a caminar, me encontré con Sally, quien se encontraba corriendo por el hospital.
— ¿¡Qué te pasó en las rodillas!? — Preguntó horrorizada. Tenía un aspecto horrible, no quería imaginar cómo me veía yo en estos momentos. Llevé la mirada hacia mis piernas y estaban totalmente ensangrentadas, apenas tenía una bata tapándome el pijama, aún seguía con mis pantuflas roñosas, esto no era algo de esperar.
Pensaba en las posibilidades, ¿qué habrá culminado esto? ¿Su condición en sí?, ¿algún medicamento? La incertidumbre me volvía loca, quería verlo, asegurarme de que se pondrá bien.
— No me había dado cuenta, todo ha pasado tan rápido...
— Vine lo más rápido posible. — Tenía los ojos hinchados por tantas lágrimas y mi querida Sally no quedaba atrás.
Me dio una mirada que logró que algo dentro de mí hiciera click.
Que dijera "Mierda, esto es en serio. Estamos completamente jodidos"
Es por eso que me quebré en sus brazos llorando como una niña. Abatida y sin entender cómo podíamos encontrarnos en esta situación, si hace tan sólo unas horas disfrutábamos en familia, me dormí en su pecho.
Luego llegó Fred, sollozando en silencio. Me sorprendió verlo solo.
— Fred. — Me separé de Sally para abrazarlo con mucha fuerza.
— Ay, Mía — sentía el dolor profundo en su corazón. Me partía el alma pensar en sus padres. Porque sé que ellos pueden dimensionar e incluso duplicar lo que estaba sintiendo en estos momentos — ¿S-Sabes algo nuevo?

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Lo Feliz Que Soy A Tu Lado
רומנטיקהEl ser humano, considerado como individuo, es una unidad indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera racional: tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su propia existencia, sobre su pasado, su present...