El reloj suena y me cuesta incorporarme. Me lavo la cara y noto que la fiebre no ha disminuido. Ayer al llegar caí rendida en la cama. Me cambio, maquillo y cojo los papeles antes de salir de la habitación.- ¿Que te crees que estás haciendo? - pregunta Polly.
- ¿Ocurre algo?- pregunto confundida.
- Deberías de estar descansando .
- Me encuentro bien Polly... Además hoy tenemos reunión. - digo guardando los papeles en el bolso.
- Freya no me gusta que te descuides tanto por el trabajo.
- Lo necesito... Sabes que lo necesito.
- Si pero... No se que hacer para que estes bien.
- A tu lado no podría estar mejor.- le sonrió antes de darle un abrazo. - ¿Vamos? - digo bajando las escaleras y terminando la conversación.
...
- Ya hemos escuchado todos los progresos y realmente esperaba más de vosotros.- dice Thomas decepcionado. - Freya te toca. -Tardo unos segundos ordenando los papeles y siento todas las miradas en mi.
- Emm... Si.- digo apartando el pelo de mi cara.
- No te pongas nerviosa Freya. Todos sabemos que eres nueva y no te ponemos presión. - dice Liezze en una forzada sonrisa.- la miro con indiferencia unos largos segundos y antes de hablar levanto unos papeles.
- He logrado aumentar un sesenta por ciento nuestras ganancias a costa de los veinte clientes que Thomas me traspaso...
- ¡Como!- grita Polly eufórica interrumpiéndome.
- Probablemente dentro de unos tres meses logre subirá al setenta por ciento pero por ahora estos son mis avances.- digo por terminar tomando asiento y me sorprende al ver que todos empiezan a aplaudir.
- Al menos una buena noticia, una muy buena.- dice Thomas encendiéndose un cigarrillo.
- Freya eres increíble.- dice Polly acariciándome el brazo.- Ahora entiendo todas esas horas extras que hacías en casa.
- No es para tanto..- le digo avergonzada.
- ¡Esto hay que celebrarlo! - grita Arthur levantándose. - Todos al Garrison, la cuenta va a mi.- todos le siguen y yo me quedo recogiendo mis papeles para dárselos a Thomas. Espero a que salgan todos y me acerco a él.
- Necesito que me firmes esto. - le digo sin mirarle a la cara y dándole los archivos.
- Gracias Freya, por todo el trabajo que estás haciendo.
- Solo son mis deberes.- digo esperando a que termine.
- Te daré un aumento, es lo mínimo.- dice dándome la carpeta.
- Gracias.
- Charlie te enseñó muy bien...- yo solo lo miro unos largos segundos sin decir nada.
- Si, he aprendido del mejor...- digo dándome la vuelta y saliendo de la oficina.
...
Llevamos como dos horas en el Garrison y todos están festejando menos yo.
- ¡Freya, anímate! - grita Polly acercándose a mi. Yo le doy una triste sonrisa y ella lo nota.- ¿Ocurre algo?
- La fiebre aún no me ha bajado...- digo temerosa de su reacción.
- ¡Te dije que tenías que descansar!- dice antes de acariciarme la mejilla con cariño.
- Me sabe mal pero me voy a retirar, festejen sin mi. ¿Si?- le digo poniéndome el abrigo.
- Un momento.- dice dándose la vuelta. - ¡James! ¡James!- grita Polly alzando el brazo. De repente se acerca un hombre alto y muy apuesto con una copa en la mano y un cigarrillo en la boca. Sus ojos son claros y a la vez oscuros. Tiene la mandíbula bien definida y unos labios carnosos. De donde había salido tal Dios griego.
- James. Acerca a Freya a casa por favor. No se encuentra bien.
- Oh no, no... Por favor ni hace falta yo puedo ir sola Polly, de verdad.
- No voy a dejarte caminar en medio de la noche, enferma y sola Freya, por favor.- la miro dudosa por el desconocido y ella lo entiende.- James es un amigo cercano, te tratará bien. ¿Verdad? - pregunta mirándolo. Él suelta una tímida sonrisa antes de responder.
- Haré todo lo que esté en mis manos para no incomodarla con mi presencia señorita Freya.- su presencia hace de todo menos incomodar... Aparto esos pensamientos y decido por marcharme.
- No perdamos más tiempo.- digo cogiendo el bolso y dirigiéndome a la salida.
- ¡Descansa querida! - grita Polly a lo lejos. Veo como Thomas no deja de mirarme ni un segundo. Agilizo mi paso y salgo por la puerta sintiendo el frío de la noche.
- Toma.- dice James a mis espaldas y yo me doy la vuelta para ver de que está hablando. Sin poder reaccionar veo como se quita la bufanda y me envuelve con ella.
- No hace falta...- no me deja terminar.
- ¿Estás enferma no?- dice con el cigarrillo entre los labios y terminando de enrollar la bufanda.
- Seria una pena que empeorarás.- lo miro en silencio, confundida pero agradecida.
- Gracias...- digo tímida por la cercanía del desconocido.
- Tengo el coche aparcado a dos calles. Te haré caminar un poco. - No respondo, solo le sigo en silencio.
...
- Ya hemos llegado...- dice apagando los motores.
- Gracias y siento haberte molestado.- digo bajando del coche y veo que él hace lo mismo.
- No es nada, ademas ya me estaba cansando te tantos gritos. - dice en una dulce y misteriosa risa.- Vamos te voy a preparar un té para que descanses.- dice dirigiéndose a la casa.
- No hace falta que te tomes tantas molestias...- digo apresurando la caminata para alcanzarlo. El se detiene de golpe y yo me choco contra su voluptuosa espalda. Me tambaleo pero el me sujeta de la mano impidiendo que me caiga.
- Lo siento.- dice preocupado.
- No pasa nada.- digo apartando la mano de su agarre, por alguna razón sentía cosquillas.
- Realmente estás caliente...- murmura antes de llevar su mano a mi frente y su gesto me toma por desprevenida.- Vamos. - dice adentrándose a la casa. Subo directamente a mi habitación y me quito el abrigo y la bufanda dejándolos encima de la silla del tocador. Me quito el vestido y me vuelvo a poner mi ancho jersey gris que me llega hasta las rodillas. Busco un cigarro y me lo llevo a la boca sentándome al lado de la hoguera.
...
- Con esto deberías de poder dormir bien.- dice entrando a la habitación.- apago el cigarrillo y me meto en la cama bajo su atenta mirada. Al verme bien tapada me da el té.
- Gracias. Pero repito, no tenías que tomarte tantas molestias.- digo antes de llevarme la taza a la boca. El sabor a miel con limón y alguna hierba me relaja.
- Cuando uno está enfermo es cuando más solo se siente...- dice encendido un cigarrillo. Admiro sus perfilados rasgos que parecen aún más divinos con la tenue luz de las velas y la hoguera. Yo no digo nada solo sigo bebiendo de mi te.
- ¿Tocas el violín?- pregunta curiosas mirando el instrumento que descansa al lado de la ventana.
- Si.
- Mi madre también lo tocaba.- dice en una amarga voz.
- La mía también... Fue ella quien me enseñó.
- Aun te queda algo de ella.- es como si me entendiera a la perfección.- Bueno, voy a dejar de hablar para que puedas dormirte.
- Ya puedes irte, no tomo más de tú tiempo.- digo dejando la taza en la mesita y acurrucándome en las mantas.
- Me iré cuando te duermas.- dice sin mirarme encendiendo otro cigarrillo. Quien es este hombre y por qué está despertando en mi tanta curiosidad. Cierro los ojos sin decir nada más. El cansancio y el dolor físico más el malestar hacen que no tarde en caer en los brazos de Morfeo. Aun noto la dulce miel bajar por mi paladar y hace que me sumerja plácidamente en la oscuridad.
...
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Fallen - Peaky Blinder-
Hayran KurguTodas las noches tengo pesadillas de la muerte de mis padres. Al despertar solo deseo poder dormir un poco más en paz. Parte de mi inhala estar muerta pero hago mi mejor esfuerzo para sofocar el dolor que siento en el pecho y apartar esos impulsos...