XXXVI

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La imagen de mi madre ahorcada hace que me despierte agitada con una respiración pesada. Me rasco los ojos y me tiro el pelo hacia atras. Miro a través de la ventana y veo que ya está saliendo el sol. Voy hacia el baño, me lavo la cara, los dientes y me corto el pelo. Odio el pelo largo porque me recuerda a mi madre. Suspiro y miro mi reflejo. Mis ojeras han empeorado y me doy cuenta de mi pérdida de peso al quitarme el jersey. Me pongo un largo y ajustado vestido y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y me dirigí a la cocina. Entro y veo a Rose amasando algo.

- Buen día.- le digo en una sonrisa.

- Buen día señorita Freya. ¿Necesita algo?

- Venia a ver si podía ayudarla y así me entretengo un poco.

- Pero...- dice extrañada.

- ¡Porfavooor! - le insisto en un puchero.

- Si usted lo desea...Yo ahora estoy haciendo pan y luego haré unos bollos ya que el señorito Charlie le encanta.

- Si quieres hago yo los bollos. Los solia hacer con mi madre.

- Perfecto.- dice y me pongo a buscar los ingredientes. Me entretengo haciendo la receta como lo solía hacer años atrás. Las horas pasan agradablemente y Rose es mucho más agradable de lo que ya lo era. Esta mujer es un ángel caído del cielo.

La mañana transcurre entre risas y bromas y cuando todo está listo me despido de ella para ir a fumar antes de desayunar. Salgo por la puerta trasera y me llevo un cigarrillo a la boca observando el paisaje. Doy la vuelta a la casa y entro por la entrada para dirigirme de al salón y los veo a los dos sentados desayunando.

- Buen día.- les digo acercándome y tomando asiento, siento la pesada mirada de Thomas.

- Buen día. - dice Liezze llevándose la taza de té a la boca.- Te veo distinta. - dice entrecerrando los ojos.

- Oh si, me he cortado el pelo. -le digo en una forzada sonrisa.

- ¿Café no?- dice Thomas mirándome y yo tardo en reaccionar.

- Si...- le respondo y veo como Rose se acerca a servirme.

- Gracias...

- Freya tienes que probar los bollos que ha echo hoy Rose a todos nos han encantado. Thomas no suele desayunar mucho y hoy se ha comido dos, sin hablar de Charlie que está encantado. Gracias Rose, hoy te has superado.

- Estoy feliz de que lo hayan disfrutado pero los halagos deberían de ser para la señorita Freya ya que los ha echo ella.- me atraganto con el café y siento mis mejillas sonrojarse.

- Los has echo tu?- dice confundida.

- Si... bueno me he despertado temprano y no tenía nada que hacer...

- No sabia que cocinarás...- dice Liezze.

- Bueno lo solía hacer con mi madre, es su receta...- digo llevándome la taza a la boca. - Estoy feliz de que os haya gustado.- sonrío antes de mirad a Thomas que no ha apartado sus ojos del periódico. Yo desayuno en silencio, sintiendo la pesada mirada de Liezze mientras ella habla sobre su trabajo con Thomas. Después de unos minutos me doy cuenta de que Liezze me está hablando.

- ¿Como?- pregunto confundida.

- Decía que si te apetece ir conmigo al trabajo.- los miro confundida.

- ¿Puedo?- le preguntó a Thomas.

- Si, es en nuestra fábrica así que si vas y vuelves con nosotros no habrá peligro. - le sonrió y una alegría me invade al saber que no estaré encerrada todo el día en esta casa.- Liezze te dirá lo que tienes que hacer.- dice levantándose y ella hace lo mismo. - En diez minutos salimos.

Fallen - Peaky Blinder-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora