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Me despierto aturdida. Noto la oscuridad de la noche y busco el reloj que marca la una de la madrugada. Al llegar me encontré mal y Polly noto que tenía fiebre, así que me obligo a descansar.

Bajo de la cama, salgo de la habitación y me dirijo a la cocina a por agua. Me siento mareada antes de entrar así que me detengo y me apoyo en la puerta. Tardo unos minutos en recomponerme. Bebo agua y los recuerdos vuelven a mi mente. Salgo de la cocina y pego un brinco del susto que me da al ver alguien que está parado en el salón sin la luz prendida.

- ¿Polly?- pregunto confundida.

- Polly está durmiendo.- dice encendida un cigarrillo que ilumina su rostro.

- Que haces aquí Thomas...- digo cansada y sin ganas de discutir.

- He venido a hablar...

- No hay nada más que hablar.- me doy la vuelta y subo las escaleras con rapidez pero el me persigue hasta mi actual habitación. Escucho como entra y vuelve a cerrar la puerta.

- Freya antes dijiste que te arrepentías.- me doy la vuelta furiosa.

- Si. Necesitas que te lo repita.- el me mira decepcionado y eso solo hace que mi furia aumente.- Me arrepiento, lo has oído, me arrepiento de haber bajado la guardia contigo. Y ahora vete.

- Por la mañana me suplicaste que nunca te dejara sola y ahora...- dice acercándose.

- Ahora estoy serena. Baje la guardia como una estupida a tu primera muestra de cariño hacia mi.

- No...

- Si. No se que quieres de mi pero déjame...- digo aguantando las lágrimas- Déjame Thomas... solo me haces daño y estoy harta.

- Freya por favor. No se que te ha echo cambiar de parecer pero yo te necesito en mi vida.

- Exacto. Solo me necesitas. Ni me prefieres ni me quieres, solo me necesitas para tus negocios.

-No Freya, te necesito para estar bien. Estar contigo...- se detiene y me coge de la mano antes de seguir hablando- Cuando estoy contigo todo lo demás me da igual. Lo entendí la noche que casi mueres en mis manos Freya. Te necesito ver, sentir, para poder estar bien. A tu lado se me hace menos pesada la vida. Puedo respirar y no sentir las paredes encogerse.- bufa y siento su agarre más fuerte.

- Antes no me defendiste...dame una explicación o si no, todo esto que me acabas de confesar no tendrá valor para mi.

- Tengo...- dice dudosa dándose la vuelta y tirandose el pelo hacia atrás.- Tengo miedo de que Liezze te ponga en peligro.- no digo nada solo me quedo parada pensando en cómo no había caído en eso.- Te odia, vi con mis propios ojos como te empujó en manos de ese Ruso... cada noche pienso en ello... No, no puedo volver a verte en peligro... y menos por mi culpa, no otra vez.

- Sabia que no la podías controlar...- tomo asiento en la cama- ¿ Entonces? - el me mira en silencio y tarda en responder.

- No podemos enfurecerla.

- Entiendo...- digo apartándome el pelo.

- Pero...- se acerca y se sienta a mi lado- Yo no me siento bien sin tenerte cerca...

- Si fuera otra persona la mataría Thomas, pero se que es la madre de tu hija y le tienes cariño... Si tengo que poner mi libertad antes que esto que siento por ti... aun que se me rompa mas el alma, lo haré...

- Yo no sé si podré aguantar mucho Freya... Pero es lo correcto. - acaricia mi mano y se levanta.

-Thom... le digo deteniéndolo y haciendo que se de la vuelta.- Te quiero. - digo con el corazón dolido. Me da una sonrisa triste antes de responder.

- Yo también te quiero Freya, mucho.- suspira y sale de la habitación cerrando lentamente la puerta y haciendo que siente toda la soledad a mi alrededor.












...

Fallen - Peaky Blinder-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora