XI

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Thomas.

No he podido dormir bien después de dejar a Freya al alcance de esos malnacidos. Meses antes lo habría impedido pero ahora esto ha cambiado. Enciendo otro cigarro y espero a que suelten a Freya.

Tras unos largos minutos escucho la puerta abrirse y la veo. Parece salida del mismísimo infierno. Nunca pensé poder verla más demacrada que la última vez en el hospital pero esto lo supera todo. Rápidamente me acerco a ella.

-Freya!- como si estuviera desesperada en escuchar ese nombre busca de donde proviene.

-Freya por aquí!- le grito levantando la mano.

Freya:
Reconocí esa voz pero no produjo nada en mi. Me giré y lo vi. Esperando con su cigarrillo. Me pare y lo observe, traje nuevo, zapatos limpios, postura de poder y su profunda mirada.

Durante las largas horas en las que he sido violada e humillada me he dado cuenta de muchas cosas y una de ellas es que ese hombre al que tanto odiaba y señalaba no es el culpable de mis desgracias.

Al andar me duele todo, así que con cuidado retomo el camino hacia su dirección y me detengo enfrente de él. Lo observo durante unos segundos y el hace lo mismo.

-Me das uno.-le pido señalado el cigarro sin saber como he podido hablar con el nudo en la garganta. Con rapidez me lo da y espera a que me lo coloque. Abrazándome a mi misma me lo pongo en los labios y espero el fuego. Fumo, lo disfruto como si fuera lo mejor que me ha pasado en la vida.

- No he podido recuperar el violín, pero te conseguiré otro.-tardo en entender a que se refiere.

- Era de mi madre.-tiro lo poco que me queda del cigarro- Sabes algo de Karl?- cambio de tema.

- Ha pasado la noche en el hostal.

-Sabes algo del piso?

-Te he conseguido otro piso, es al lado de donde vive Grace así no estarás tan sola.- solo asiento, todo me da igual.

- Vamos te voy a acercar.

Camino detrás de él y todo el dolor aumenta con cada paso. Visualizo el coche y recuerdo el horrible dolor que sentí antes al sentarme en comisaría. Me paro delante de la puerta y abro la trasera.

-Puedes sentarte delante conmigo- dice Thomas.

- Prefiero atrás.- me mira extraño y antes de que se gire le digo.

-Puedes ayudarme a subir?- no dice nada solo abre la puerta y me alcanza su mano para sujetarme en ella. Al inclinarme me toco la costilla y dejo escapar una gemido de dolor involuntario.

- Estás bien ?

- Si si...-digo frustrada cerrando la puerta. El dolor de la costilla se pone en segunda pantalla al sentarme y sentir mi feminidad doler. Aparto los recuerdos al sentir unas lágrimas asomarse y me acuesto de lado.

- Te llevo al hospital?- me dice preocupado des del asiento delantero. Niego con la cabeza no puedo hablar si lo hago estallare en llantos. El no me deja de mirar y cansada de sentir esa fría mirada cierro los ojos.

...

-Ya hemos llegado. - me acomodo para salir, noto que mi cara expresa dolor ,pero no puedo evitarlo. Abrazo el abrigo ya que no llevo nada debajo y le miro a los ojos ya que se encuentra parado enfrente de mi.

-Puedes dejar de mirarme, me incomodas.- sin producir nada en el, me dirigo a la primera puerta que veo y me paro a observar el pequeño edificio. Thomas abre la puerta y lo sigo hasta el primer piso.

- Vives justo delante de Grace- dice abriendo la puerta, lo sigo y entro perezosamente. Veo como el se dirige a una de las ventanas y aparta la delgada cortina.

-Justo ahí, esa es su ventana.- dice con un tono algo parecido a ¿emocion?

- Gracias.- logro decir apoyándome en la pared, el se gira para mirarme.

-Te dejo descansar.- suelta rápidamente antes de dirigirse a la puerta.

-Thomas.-le detengo y me mira- quiero darme un baño...-me mira confundido- y no creo que tenga las fuerzas para calentar el agua.

- Oh claro, puedo mandar a alguien.- responde confundido.

- Te lo agradezco.- me aparto para dejarle pasar pero el sigue quieto mirándome.

- Ocurre algo?- le preguntó. Él se recompone y al verle la mirada ya vuelve a ser la de siempre.

- Siento todo esto.- dice pero no logro notar si era sincera o no esa disculpa.

-Thomas...no quiero hablar del tema.- le digo agachando la mirada ocultando las lágrimas que se están asomando. Me giro pero el me sujeta del brazo e instintivamente me aparto dándole un golpe- No vuelvas a tocarme.- le grito retrocediendo hacia la ventana .

- No era mi intención...yo solo... te voy a mandar a alguien. - y sale por la puerta.

Siento la soledad y todo el peso de la vida encima de mis hombros y sin aguantar más las lágrimas, las dejo salir y lloro, lloro por todo lo que he pasado estás últimas horas.

...

No soy consciente de cuánto tiempo llevo echada en la cama llorando hasta que escucho unos golpes en la puerta. Me levanto con cuidado y abro la puerta sin importarme quien hay detrás .

-Hola.- me dice sonriendo una mujer delgada con pelo rizado y arrugas notarías en la cara. Me arreglo el pelo antes de dirigirme a ella.

- Hola, creo que se ha equivocado de puerta.

- Yo no lo creo, Freya verdad? Me manda Tommy a ayudarte.- dice introduciéndose y dejando sus cosas, yo solo cierro la puerta y la sigo.

- Si... perdona las molestias yo...- no me deja terminar de hablar y niega con la mano.

- Sientate yo te preparo el baño, si?

- Gracias.

No nos dirigimos ni una palabra más y se lo agradezco.

...

-Listo, te ayudo. - se acerca a mi.

- No hace falta puedo sola. - me quito el abrigo y la ropa interior bajo la atenta mirada de esa mujer.No se que aspecto tengo no he podido mirar mi reflejo.

Pongo el primer pie en la bañera sintiendo el agradable calor y termino de introducirme. Suelto un gemido de dolor al terminar de entrar, me acorruco. Y en ese momento sentí todo el dolor físico y mental. Sin siquiera darme cuenta empiezo a llorar ignorando la mujer sentada en una esquina de esta habitación. Todos los recuerdos vienen a mi. Los insultos las risas los gemidos, todo. Empiezo a frotarme lo más fuerte que puedo, intentando borrar cada caricia de esos malnacidos.

-Freya...- dice acercándose pero la ignoro solo sigo A frotando .

-Freya, Freya...- se acerca y me quita el trapo- ya basta...- la miro y noto lastima en su mirada y no lo soporto.

-Deverias irte. -le digo sobandome la nariz.-te agradezco el baño y sien haberte molesto...-no me deja terminar.

-No ha sido nada, cualquiera cosa cuenta conmigo y ahora sal a vestirte que ya se está enfriando.- me dice buscando una toalla entre las cosas que ha traído, que no me había dado ni cuanta.

- Toma, te he traído algo de ropa cámbiate mientras preparo te.- solo asiento. Me pongo el vestido y me acurruco con una manta en la única butaca que hay.

- No se como te llamas.-se gira y me sonríe.

-Polly, soy la tía de Tommy.- me dice dándome una taza de té.

-Gracias Polly, de verdad.- ella solo sonríe y se sirve una taza para ella.

Los ojos me empiezan a pesar y sin controlarlo me quedo dormida. Y es la mejor sensación que he sentido en días.






Gracias por leer.

Fallen - Peaky Blinder-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora