-¿Cómo estás cariño, la estás pasando bien? Mira - en la pantalla apareció mi pequeño gato Kafka -No tienes idea lo que te extraña.La distancia nos obligaba a vernos con mi mamá, solamente tres veces por semana. Pues ella tenía un trabajo muy arduo en la oficina.
- Yo también te extraño pequeño, dale muchas latas de atún por mi.
- Lo haré - el gatito negro salió corriendo fuera de imagen.
-¿Cómo te está tratando Philip? ¿Te gusta el lugar?
- Bien, demasiado bien. Hasta tengo un guardaespaldas, ya sabes, este lugar puede ser hermosamente raro.
- Oh, nena, eso no es raro en él. Es un hombre muy poderoso en Grecia.
Rodé los ojos - si, ya voy viendo.
Un ruido me distrajo de la laptop y me hizo sobresaltar. Nuevamente solo pensé en lo de la otra vez.
Miré sospechosamente el lugar - mamá.. debo dejarte.
-¿Todo bien? - preguntó preocupada.
- Si, debo ir a cenar solamente.
- Pero si son las...
- Adiós, te quiero.
Cerré mi laptop y me levanté de la cama, talón punta, talón punta, talón punta.
Abrí la puerta de golpe, me volví a encontrar con el rubio, con Magnus, pero no estaba solo. Estaba con el chico moreno con el que siempre estaba Ander.
-¿Qué hacen de vuelta aquí?
Los dos se miraron frenéticamente.
El moreno se levantó - en mi defensa es la primera vez que estoy aquí.
- Son unos maniáticos ¿Lo saben? Me siento espiada y no es justo. Si Philip y Callum se llegaran a enterar - frunci los labios - porque se los voy a decir.
Iba a irme pero el moreno me agarró de los brazos.
- No, tranquila princesa. Voy a presentarme, aunque seguramente me hayas visto ya, soy Klaus. Él es mi amigo Magus - El rubio sonrió con timidez. - si nos dejas te daremos una explicación sobre esto.
Me crucé de brazos y los miré expectante.
- Antes de que esta sea tu habitación, era nuestro refugio. Ahora tú estás aquí y nosotros encontramos el refugio en tu guardarropas - lo señaló - oh vamos princesa, es enorme. No te molestamos.
- Pss Klaus - murmuró Magus - creo que no la estás convenciendo, la estás asustando.
Reprimi una sonrisa con todas mis fuerzas.
- Bien, si buscan un refugio metanse en los baños, no lo sé, hay como trescientos baños en esta mansión.
Klaus me miró como si fuera una ofensa - ¿Que pensarán las personas si dos chicos salimos de un baño?
Solté una carcajada -¿Y que creen que pienso yo de ver a dos chicos metidos en el ARMARIO?
- Touché.
- Magus, cállate - sentenció Klaus.
- Es que tiene razón, olvídalo.
- En fin, le pediré a Philip que les consiga un lugar. Al fin y al cabo tiene cierta confianza conmigo.
- No, ni se te ocurra princesa.
- ¿Qué hacen acá?
Los tres miramos hacia la puerta de mi habitación, que estaba entreabierta -ahora totalmente abierta- Ander nos miraba.
- El que faltaba, ¿Quiere alguien más aparecer en mi habitación? - me senté en la cama resignada.
Ander me ignoró y se dirigió a los dos.
-Pregunté que qué hacen acá.
- Sabes que hacemos acá idiota - murmuró con los labios apretados Klaus. Cosa que me hizo sospechar.
- Aquí hay algo que no me dicen.
- Nadie pidió que opines, solo cállate - Dijo Ander, me sonó mal y me levanté para enfrentarlo.
- Verás, esta es mi habitación y por lo tanto me importa lo que hablen.
-¿Tú habitación? - nuestros rostros estaban tan cercas que ambos sentíamos la respiración del otro - no hace ni siquiera una semana que estas aquí. No te sientas importante porque ni a Philip le importa lo que hagas.
Me mordi los labios con impotencia y lo apunte con el dedo índice.
- Sal de mi cuarto, y me encargaré que ninguno entre así como si nada. NINGUNO - incluí a Klaus y a Magus que parecían ajenos a la situación.
Ander formuló una media sonrisa.
- Ve a decirle al imbécil de Philip, acusanos como en la escuela. Verás por dónde se va a pasar tu queja, no tiene opción.
¿Pero quien era este hijo de puta? ¿Se creía que tenía una posición mayor a la de Philip?
- Andando, tenemos cosas que hacer y lo saben.
Los tres se retiraron sin decir nada, dejándome con una bronca inexplicable.
❖ ◦ ❁ ◦ ❖
Eran las ocho de la noche, estaba sentada leyendo un libro y ya no volví a saber nada de los tres "mosqueteros".
- Señorita Onisse - Callum salió del guardarropas que anteriormente habitaron Klaus y Magus -¿Está segura que escuchó ruidos aquí?
- Si claro, si no no te hubiese echo venir.
- Está bien - contestó no muy seguro - me quedaré un rato en este lugar para que se sienta segura a la hora de dormir.
- Muchas gracias Callum.
No me culpen por usarlo de Peón, no iba a decirle nada a Philip y me quería asegurar de que estos no se aparezcan mientras me estaba poniendo el pijama.
Y aún así, todo estaba mal en este lugar. Algo olía mal.
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Diamantes con sangre
RomanceGrecia puede ser uno de los lugares mas hermosos del mundo, el que cualquier persona desearía visitar. Rose cumple uno de sus sueños cuando su madre la deja a cargo de un viejo amigo, Philip Konstantin, poseedor de una gran fortuna que lo convierte...