❈ Capítulo 24 ❈

8 2 0
                                    


La noche anterior...

- Me gustas - murmuró a Ander, aunque acto seguido se separó y tocó el pecho de Klaus cubierto por esa camisa tan perfecta - Me gustan.

La fiesta y la noche siguió entre besos compartidos, entre actos que Ander con su mal humor no sabía aceptar.

Klaus parecía disfrutarlo- Le gustamos, hermano. No seas egoísta conmigo, puedes compartirla por esta noche.

.

Actualidad

Rose

Me desperté con un dolor de cabeza punzante, mis ojos estaban pegados y me estaba costando adaptarme, no había luz, seguía siendo de noche.

Un momento. Habitación blanca. Cortinas beige.

Podría estar muy confundida, pero estaba muy segura de que está no era la playa, ni la casa en la que nos estábamos quedando.

-¿Ander? ¿Klaus?

Entre la vergüenza de los recuerdos que acecharon mi mente, empecé a gritar sus nombres.

Intenté levantarme de la cama pero mis brazos estaban inmovilizados, algo los sujetaba. Mierda, esto estaba mal, muy mal.

-¡ALGUIEN!

- No hace falta gritar, estoy acá.

Miré hacia un punto de la habitación, no me había dado cuenta de una presencia en el rincón. No sabía quién era, y por la oscuridad, era más difícil.

-¿Quien eres?

La silueta se levantó, pude distinguir la figura de un hombre que abrió las cortinas.

-¿Excelente paisaje, no es así?

El hombre se acercó a mi, traje impecable que podría pertenecer tranquilamente a Philip, rostro lánguido, espera... Achine los ojos.

- Lewis - murmuré.

- Vaya, me conoces.

Me moví temblorosa - ¿Dónde estoy? ¿Por qué me tiene atada?

- La versión es corta, si eres inteligente vas a entenderlo, necesito a Philip aqui, necesitaba una carnada y no se que tengas tú niña, pero le importas.

Me mordí los labios - No soy nada de él, lo juro. Yo solo...

Me frenó con la mano - Está bien, no sé quién eres, tampoco me es relevante. Pero te asignó un guardaespaldas, y tienes una relación estrecha con sus hombres.

Abrí los ojos desmesuradamente.

- ¿A dónde están? Klaus y Ander, ellos estaban conmigo.

- Tranquila preciosa, ellos deberían estar sanos y salvos. Ya sabes.. si aún Philip no los descuartizó por haber dejado que un desconocido ponga somniferos en sus bebidas.

De a poco iba entiendo su estrategia, y como habia llegado a esta misteriosa habitación.

-¿Dónde estamos?

- Bienvenida a Liverpool querida.

¿Liverpool? Quise gritar, este maniático me había trasladado a la otra punta del mundo y yo no tuve ni media intención de enterarme.

- Se lo que piensas, usamos somniferos muy fuertes en ti. De milagro que estás viva, pero la misión salió como esperábamos.

-Quiteme esto, por favor.

- No lo sé, no estás dando mérito.

- Vamos, ¿Cree que porque me desate voy a ir hasta Grecia? Estamos a casi 2000 kilómetros.

- Lo sé, pero prefiero esperar que tú protector venga, me de lo que yo quiero y te irás feliz.

¿Y si no venía? Tragué duro, su mirada me provocaba terror y tenía la leve sospecha que no iba a tener piedad conmigo.

- No te mataremos de hambre, podrás dormir cómoda siempre y tienes entretenimiento - señaló una gigante biblioteca - la mayoría de los libros habla del holocausto mundial. Fui un gran admirador de esa literatura durante mi juventud.

Bostezó - es muy tarde, que suerte que te hayas despertado. Pero es mi hora de descansar, grita si hay alguna emergencia.

-¿No va a quitarme esto?

- Hoy no, señorita. Quizás si cuando tenga un adelanto por parte de Konstatin.

Y cerró la puerta, quise llorar y lo hice, toda mi vida se había vuelto una tortura desde que acepte que el amigo de mi mamá me cuide durante varios meses.

-¡Que alguien me saque de aquí!

Me frustraba no poder controlar el movimiento de mis brazos, me enfermaba, ese era el verdadero termino. La habitación no era lo suficientemente grande, y la noche tenía un tempe aterrador. Los miedos que tenía de niña aparecieron nuevamente.

Nada estaba bien.
Yo no estaba a salvo.
Y ni siquiera tenía la certeza de si iba a despertar al día siguiente.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora