❈ Capítulo 10 ❈

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Estuve preocupada durante los últimos días, sin embargo intentaba no pensar y enfocarme en otras cosas. Cómo por ejemplo, en un posible empleo temporal que Philip iba a conseguir para mí.

Cuando vivía en la ciudad cada noche antes de dormir tomaba una pastilla para mejorar mis horas de sueño, ya que desde niña tenía problemas al respecto. Pero desde que estoy aquí en "la mansión del terror" como suelo llamarla, estoy sin mis pastillas, ergo, estoy durmiendo mal.

Soñé que él me tocaba, me apoyaba contra el borde de la mesada y me daba sexo duro. Me cogía como nunca me lo habían hecho.
Y cuando ambos llegábamos al primer orgasmo, nos dirigiamos a la habitación para poder disfrutar más del otro.

Detestaba que desde que tuve sexo con Callum, me sentía más sexual que nunca. Y no precisamente atraída por él, el maldito hombre de mis sueños no tenía cara, resolución que era imposible para la psicología; soñar con alguien que no conoces.

- Señorita Onisse..

Me estire con pereza - ya casi estoy, no me tardo para desayunar.

- Bien, sepa que hoy nos toca hacen limpieza absoluta del cuarto. Incluyendo la ventilación.

- Solo un momento.

Me levanté, me puse mi bata de seda, mis pantuflas y bajé a desayunar. Frente mío había un apetecible plato de huevos revueltos, con tostadas con mermelada y algo de frutas. No fue hasta que mi estómago rugió que me di cuenta el hambre que tenía.

- Buenos días, Rose.

Frente a mi estaba Magus, con una sonrisa tierna.

- Buenos días Magus. ¿Desayunaste?

No sé lo iba a decir, pero ya no se asomaba a mi habitación. Ni se ocultaba en el guardarropa con Klaus.

- Hace media hora - se rascó la nuca - ¿oíste que mañana los señores Étív vendrán de visita? Tienen un criadero de caballos que quieren negociar con el señor Konstantin.

Eso era genial, amaba los caballos desde niña. Y solo una vez puede montar uno.

- No tenía idea, es increíble.

- Buenos días - Callum se asomo con su expresión seria- ¿Que sucede?

Rodé los ojos, siempre tenía que saber todo - Magus me contó que mañana un matrimonio vendrá a negociar unos caballos. Y es genial porque amo los caballos.

- Lastima que no puedas estar.

- ¿Que dices?

- Es una reunión de negocios, Rose. El señor Konstantin no permite que esté en las negociaciones.

- ¿Es decir que tendré que ver desde la ventana como todos se montan a los caballos? Ni en sueños.

- No es tema mío...

- Dile al "señor Kontantin" - enfatice el apellido con burla - que la señorita Onisse va a estar en la reunión de mañana.

- No me incluye.

- Si tu puedes comunicarme esto a mi, puedes comunicarle a él que yo voy a estar. Invitada o no. Gracias, me gustaría desayunar tranquila.

Mordí la tostada, Callum se fue farfullando por lo bajo.

- Eso fue.. lo humillaste - río Magus - será bueno que vengas, aunque no querrás encontrarte con Ander.

- ¿Con Ander? ¿Que tiene que ver él?

- Últimamente está incontrolable, y nadie lo soporta. El señor Konstantin le dió la ardua tarea de organizar para que todo salga perfecto mañana.

Sonreí con maldad, oh, tantas perversas ideas estaban nadando por mi cabeza en estos momentos.

- No lo sabía...

- Bueno, no sé si debiste saberlo.

Me relami los labios saboreando el delicioso sabor de la mermelada de frutos rojos.

- Tranquilo, no haré nada.

En ese mismo momento, Klaus entró y vio la situación.

- Hey Rose, ¿Que tal? Oye idiota - se refirió a Magus con una sonrisa- no es por molestar pero tenemos que ir a ya sabes donde

- Bien, hasta luego.. hasta mañana en realidad Rose.

Terminé mi último sorbo de café nuevamente en la soledad de la cocina. Sonreí instintivamente, si tendría que estar acá, soportar nueve meses. Iba a encargarme de hacer muy felices a todos en este lugar. En especial a Ander y a Philip.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora