❈ Capítulo 12 ❈

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Mordió mi labio inferior, haciendo que sangre. Yo no recordaba que seguíamos en el medio de la nada, hasta que el galope de un caballo hizo que nos separemos.

¿Los caballos habían vuelto?

Ander se levantó de golpe y se volvió a poner la bendita camiseta.

- Alguien se acerca.

- ¡Aquí están! - gritó el hombre apareciendo en nuestro campo de visión, era el mismo que -no- me había dado la indicación para montar el caballo.

- Está todo bajo control - sentenció Ander.

- Menos mal, pero es mejor que lleves a la chica de vuelta al predio. Konstantin va con su peor humor, cerró la negociación en una oferta terrible, y cuando casi no aceptamos, nos amenazó con mandarnos a la mafia china.

Inesperadamente solté una risita por lo bajo.

- Bien, ya volveremos.

- Una sola cosa - dije con voz tímida, los dos me miraron - nuestros caballos se escaparon.

El peón rodó los ojos con molestia y se bajó de su caballo - Bien, usen el mío. Iré a buscarlos, no pueden estar muy lejos.

Ander le estrechó la mano y cuando el hombre se fue alejando me miró confundido.

- ¿Qué? ¿No vas a subirte?

- Siempre puedo caminar.

Ander soltó un bufido y, casi sin pensarlo, me tomó de la cintura y me puso en la parte de adelante del caballo.

- Oye.

- Solo cállate, deja de ser tan terca.

- ¿Me lo dices a mi?

Se subió detrás mío, por favor, que posición tan incómoda y comprometedora.

- Toma las riendas - posó sus manos sobre las mías, sentí un escalofrío al ver cómo encajaban tan bien.

- Así, despacio - murmuró. El caballo empezó a andar, tan tranquilo, con tanta calma - Solo eso debías hacer, pero mira dónde terminamos.

No podía contestar, estaba muy concentrada en no perder el control por el efecto que hacía el andar del caballo con el choque de nuestros cuerpos.

Seguimos hasta que nos acercamos más al predio, abandonamos el pequeño bosque para volver a la realidad.

-¿Que mierda creiste que estabas haciendo, Rose? - la expresión furiosa de Philip me recibió. Ander bajó del caballo y me ayudó a bajarme - ¿Montar a caballo sin tener una idea?

- No fue mi culpa, nadie me explicó cómo hacerlo.

- Si te pasa algo tu madre va a asesinarme, eres mi responsabilidad - me señaló desastabilizandome - ¿Entiendes?

- El hombre más temido del país, le teme a mi madre?

- Primero: no soy el hombre más temido, y segundo: reitero, eres mi entera responsabilidad. Por lo tanto eres mi problema ahora.

Me crucé de brazos frente a él. Acción que me hizo ver como una niña caprichosa.

- Como eres un problema - continuó - intenta no darme más problemas. ¿Está bien?

-  Como sea - contesté abatida.

Busque a Ander con la mirada, estaba junto a Klaus, el moreno me miraba con una media sonrisa. Me sonroje a más no poder, ¿Acaso Ander había contado lo que pasó?

- Espero que no - susurré.

- ¿Con quién hablas?

Me giré encontrándome a Callum.

- Conmigo misma.

- Que gran show armaste - dijo divertidamente.

- Ya lo creo, me castigaron, Philip me regañó como si tuviera seis años.

- Hoy actuaste así.

Rodé los ojos y tomé un vaso con jugo - Solo cállate, y tú debías cuidarme.

Se apoyó contra la baranda a mi lado.

- Yo debía cuidarte, claro. Pero el otro payaso fue a rescatarte, le gustas.

Solté una carcajada - eres una máquina de decir estupideces Callum, increíble.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora