❈ Capítulo 9❈

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Revolvi sin mucho entusiasmo el pollo combinado con las verduras grilladas, no era mi día entusiasta, y seguía con unas inmensas ganas de tomarme el primer vuelo y volver a mi casa.

- ¿No te gustan las verduras? Puedo pedir otra cosa para que acompañes el pollo, sin compromiso Rose. - preguntó con un tono algo preocupado ante mi silencio condenante.

- No, en realidad están deliciosas. Solo que no tengo hambre.

Observé con atención su reacción, tomó la servilleta y se limpió el borde de su boca.

- A juzgar que yo tampoco tengo apetito, te pido que me acompañes a un lugar.

Se levantó y supe que era momento de repetir su acción.

- Levanten esto - sentenció a las dos mujeres quien con un leve asentimiento, empezaron a juntar la mesada en silencio. - Vamos Rose.

Lo seguí, me pareció raro que no haya buscado al chófer, pero solo siguió caminando.

- Espero que estés en condicion física para subir cien escalones, iremos a la parte más alta de la mansión y nunca tuve intención de poner un ascensor.

Ah, aquí vamos..

❖ ◦ ❁ ◦ ❖

- Aquí estamos, tan solo mira.

Estaba intentando recuperar el aliento, pero lo volví a perder cuando ví la preciosa imagen frente nuestro: Gran parte de Atenas se veía desde ahí, lo que indicaba que estábamos a una altura más alta de lo que me imaginaba.

- Es...

- Hermoso.

Nos quedamos en silencio, contemplando cada detalle, por muy pequeño que sea.

- Debes saber lo que significa tener todo esto en tus manos - murmuré.

- ¿Por qué lo crees?

Arqueé una ceja sin quitar mis ojos de un punto fijo -  Es sencillo de verlo.

- Sabes más de lo que deberías.

-¿Vas a matarme? - mi tono sonó irónico, casi entregado a la situación.

- Tranquila, lo hubiese hecho desde un principio.

- Debería volver a mi casa - me apoyé sobre la baranda - Agradezco tu hospitalidad y todo eso, pero este ya no es mi lugar.

-  Creo todo lo contrario, digo que deberías quedarte un tiempo más aquí.

- Me engañaste a mi y a mi madre. No eres una buena persona.

Soltó una carcajada que me heló cada hueso - ¿Necesitas que te dibuje el tipo de persona que es tu madre?

Apreté los dientes intentando contener mi ira - no te atrevas a decir nada malo de ella.
Además, no entiendo por qué me necesitas acá.

- No se si realmente me importa lo que hagas o a dónde vayas - sacó de su bolsillo trasero un cigarro que fue a parar diectamema a su boca - eres mayorcita, ¿No crees? Pero lo hago porque se lo debo a tu madre.

- ¿Que le debes? - soltó la primera pitada.

- Favores, al igual que ella me debe a mi. Y es parte por eso que también estás aquí.

Ya estaba extremadamente confundida, cada pregunta que hacía era algo más que en definitiva no quería hacer.

- Por que..

Sonrió - Porque nadie se atreverá a tocarte un pelo mientras estés aquí.

-¿Insinuas que en mi casa si? yo jamás tuve un problema..

- Si tanto te gusta investigar - me acarició la mejilla dejando un recorrido amargo en ella - investiga cuántas personas que estén vivas se atrevieron a meterse con alguien de mi entorno. Te dejo para que puedas disfrutar del paisaje, y estoy seguro que necesitas estar sola para pensar.

Empezó a bajar las escaleras, ni me inmuté mientras escuchaba sus pasos bajar cada escalón. La intriga me estaba matando, y por primera vez, no me sentí completamente a salvo.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora