❈ Capítulo 45 ❈

5 1 0
                                    

Rose

Llevar a Sophie como espía no solo había sido una mala idea, sino que probablemente ahora estén sospechando de que haya algo detrás de la desconocida invitada. Fuentes cercanas nos aseguraron que Lewis estaba intentando averiguar quién era.

Por otra parte, hoy Philip Konstantin decidió volver al mundo de los vivos después de su "accidente". Menuda sorpresa se encontró al ver cómo todos habíamos planeado recuperar Grecia y que, por el momento, todo estaba saliendo bien.

- Mi hermana me dijo que la situación era crítica, y yo me pregunté que tan crítica podía ser si formaron una alianza con los franceses, pero ya lo veo. Todo es un desastre.

- No teníamos a nuestro líder - sonrió apenada Damaris. Pues yo si sentía empatía por ella, había hecho lo que estaba a su alcance, no lo considero un mal trabajo.

- Estoy retirado, no pienso volver a enfrentarme con Lewis nuevamente. Olvidenlo, hay que reconocer que lo hizo, que Lewis ganó.

Todos nos miramos, este no era el Philip Konstantin que conocíamos.

-¿Es posible retirarse de esto? - pregunté y él por primera vez posó sus ojos sobre mi.

- Si lo es cuando tu mayor enemigo te quita todo lo que tenías.

No era él, definitivamente, solo era un hombre cegado por el odio que sentía.

- Es imposible seguir con esto - murmuró Callum - creímos que..

-¿Que creíste? - pregunté enojada - ¿Que él iba a volver para salvarnos?

De vuelta el silencio y la mirada que recayó sobre mi.

-¿Sabes lo que no quieres admitir? - me acerqué firmemente hacia él - que perdiste todo lo que tenias porque estabas enamorado de mi madre. Y no sabías que era una traidora.

- No hables así de tu madre - sentenció - no tiene la culpa de nada.

Después de todo la seguía defendiendo, yo no sé de dónde sacaba tanto valor.

- Déjalo así Rose - susurró Ander tomándome suavemente del brazo.

No conteste nada pero jamás deje de mirarlo a los ojos, incluso cuando Ander me separó.

- Odio esto Ander - susurré entre sus brazos cuando llegamos a su habitación - la odio, odio a mi madre, odio a Lewis, odio a Philip y me lleva la mierda. A veces los quiero m...

- Rose - sentenció - no digas algo de lo que te vas a arrepentir.

Chasquee la lengua, con resentimiento.

- Eres el único que me entiende y, básicamente, lo único que tengo en estos momentos.

Me miró por un segundo y me besó dulcemente - y tú eres lo único que tengo en toda mi vida desde que nos conocimos.

- Terminemos esto entonces, acabemos con esto para que podamos vivir juntos sin pensar en nada más.

Me besó en la frente - No pasará. Si los demás no quieren intervenir, nosotros tampoco lo haremos ¿Bien?

Asentí muy poco convencida, me miró severamente.

- Bien.

-¿Fui lo suficientemente claro, Rosalie?

- Si..

Pero no para mí.
Porque esa misma noche prepare una cena magnífica y a su vino le agregué un sedante que lo desmayó al segundo.
Tomé una pequeña maleta, dinero, y tomé un taxi hasta el aeropuerto. Porque yo estaba cansada de esto y aunque era imposible iba a terminarlo.

¿Me arrepentiría? Quizás. ¿Estaría tomando la peor decisión de mi vida? Muy probablemente.

Pero iba a hacer lo posible para conseguir mi vida perfecta, en la que solo pueda estar con Ander, en la que llegue a la felicidad absoluta. Y sé que hay algo que nos invade, una sombra oscura.

¿Estamos en el mejor de los mundos posibles?

- Señorita, ¿Cuántos pasajes necesita?

Desperté de mi ensueño, la recepcionista del aeropuerto me miraba con una expresión aburrida.

- Si, lo siento uno solo.

Anotó algo en la computadora - Serían 450 euros.

- Perdone, dos pasajes para Grecia.

Anunció alguien detrás de mi, me giré horrorizada, y aún más sorprendida cuando ví a Magus.

-¿Que haces aquí?

- No voy a dejarte sola.

- No, Magus, vuelve a casa ya mismo.

- Si te vas también me voy, ¿Entiendes?

Iba a replicar pero la estúpida mujer del aeropuerto interrumpió - ¿Entonces agrego un pasaje o no?

- Si - Magus me rodeo y se acercó a pagar su boleto.

Era lo que menos necesitaba en estos momentos. Tomé el mío y él el suyo.

-¿Por qué haces esto?

- Porque odio que todos estén sufriendo, que todo esté mal. Y si puedo contribuir con algo que no sea explicarle a una espía cuestiones sobre la mansión, lo haré.

- ¿Que pasa si esto sale mal?

- Bueno, no moriras tu sola.

Solté una pequeña carcajada - Estás loco Mag.

- Estamos iguales.

- Por dios Magus - caminábamos al embarque - acabo de drogar al amor de mi vida para hacer esto.

¿A este punto estaba llorando o estaba riéndome?

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora