Diamantes con sangre

❈ Capítulo 29❈

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Llegamos a Grecia después de muchas horas de viaje, Magus y Klaus fueron los primeros que nos recibieron, Magus se acercó y me dió un abrazo.

-¿Estás bien? No nos dejaron ir a Inglaterra, lamento no haberte ayudado..

- Hey, Magus - lo volví a abrazar - Está bien, yo estoy bien. Estamos todos bien.

Klaus también me sonreía, percibía algo de culpa y entendí perfectamente por qué.

-¿No me dirás hola? La última vez que nos vimos hablaste demasiado.

Él se acercó y me abrazó, murmuró en mi oído - Sé lo que piensas de Ander, no es así.

- Que linda manera de cagarla Klaus, olvídalo - me separé-  No me interesa, mis días en este lugar están contados.

-¿Te vas? - preguntó Magus algo decepcionado.

- Espero que pronto, de vuelta a California. Sigue siendo mi hogar.

Klaus chasqueo la lengua - Entiendo que no quieras quedarte aquí, en fin Rose, lamento que no pudimos ser de mucha ayuda.

- Está bien, de verdad agradezco su apoyo.

Camine adentrándome a la mansión, me preguntaba dónde estaría Callum, mi "guardaespaldas", aunque pensándolo bien, quizás fue uno de los recortes que hizo Philip cuando yo desapareci.

Subí a la que funcionó como mi habitación, estaba intacta, ni un cambio. Salvo.. una pequeña caja que estaba en mi cama.
Con el ceño fruncido la abrí, de ella saque un hermoso collar de diamantes.

-¿Te gustó?

Me sobresalté, Philip estaba en el marco de la puerta con sus brazos cruzados.

- Tómalo como un regalo de despedida, tu madre me lo dijo todo.

Frunci los labios - es lo mejor.

- Lo sé, no estoy cuestionando tu decisión Rose, al contrario, lamento que esto haya terminado así.

Me sentí mal internamente, él no tenía la culpa de nada y quizás yo lo estaba viendo como que si.

- Está bien, no es culpa de nadie, y además ya pasó.

- ¿Quieres que te ayude a colocartelo?

- Parece muy costoso.

Lo pasé por mi cuello y Philip lo abrochó.

Recorrí el espejo de la habitación, era hermoso,y me lucía muy bien.

- Gracias Philip, de verdad, está muy bonito.

- No es nada, mi hermana me lo hizo sacar del guardarropas personal, que por lo que me enteré.. tú conociste - y casi que sonó en tono de reproche, mis mejillas se enrojecieron.

- Yo..

- Tranquila Rose - rió - sé que lo hiciste todo bajo la influencia de mi querida hermana.

Mire mis pies, me sentí una niña que buscaba las palabras, o las acciones y lastimosamente no las encontraba.

Hice lo primero que se me vino a la cabeza, camine hacia él y lo abracé. Después de la conversación con mi madre en el avión me había planteado muchas cosas y, desgraciamente, había entendido algunas otras.

Me acarició el cabello con suavidad - Rose hay algo que deberías saber...

- No importa - me separé lentamente y lo miré - ya lo sé, lo supe desde que estuvimos juntos cara a cara.

- Si supieras lo apenado que estoy.

Alcé mis hombros - Yo igual, odié que la situación se haya dado de esta manera. Por eso quiero irme.

Asintió levemente - ¿No crees que deberías despedirte de alguien más?

Mordí mis labios, sabía que si no lo hacía iba a arrepentirme durante mucho tiempo.

Ander.