❈ Capítulo 21 ❈

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Caminaba por las antiguas ruinas de Grecia, no tenía rumbo, y me sentía muy mal físicamente. Pésimo diría yo.

-¿No vienes conmigo?

Me giré, la niebla que había en el ambiente me permitió reconocer la figura de Philip.

-¿Philip? ¿Qué hacemos aquí?

- Creí que íbamos a subir a la ruina mayor, prometiste que ibas a venir conmigo.

No entendía nada, Philip me dió una última mirada y caminó dándome la espalda.

-¡Oye, espera!

Intenté seguirlo, pero era imposible, como si de pronto hubiese tomado una velocidad que no tenía antes.

- ¡Phil!

Una ráfaga helada que congeló cada hueso de mi cuerpo me obligó a caer hacia atrás, golpeándome la cabeza con fuerza. Lo sentí, oh sí que lo hice.

Cuando pude recuperar mi cordura y volví a levantarme vi como la ruina mayor caía destrozada, y el panorama seguía siendo tan real, corrí pensando en que Philip estaba ahí adentro.

- ¿Dónde estás? Grita Philip, házlo.

Me acerque corriendo a los trozos de cerámica vieja y mal usada. No había ni rostros de que una persona había estado ahí, nada.

Algo brillante me distrajo en un extremo, me arrastre sin contar que me podía contar en cualquier momento.

Era un diamante, lo acaricié, un diamante.. volví a sentir la sensación de que algo me encandilaba y caí nuevamente aún sintiendo el diamante en mis manos.

- Rose..

- Rose..

- ROSE!

Abrí los ojos de golpe ¿Había sido un simple sueño? Callum me miraba con el ceño fruncido, ciertamente no estaba en mi habitación, estaba en el sofá.

-¿Qué?

- Nos debemos ir de aquí.

Me senté de golpe -¿Que sucede?

- No es seguro aquí, tienes que empacar tus cosas. Todos están preparando.

- ¿A dónde iremos? - lo miré enojada - yo me vuelvo a California.

- Tranquila, solo será por unos días, Philip arregló todo, no saldremos de Grecia pero necesitamos salir de Atenas.

Asentí sin decir nada más, como siempre el lugar se estaba derrumbando y yo solo debía obedecer al "Empaca tus cosas"

Subí a mi habitación y pase por el guardarropas que habíamos visitado con Damaris, recordé de pronto el dije de diamante que me había probado junto al vestido.

- Qué extraño - murmuré.

-¿Qué?

Me giré de golpe encontradome a Ander, que sexy que estaba. Tenía a la serpiente enroscada en su antebrazo.

- ¿Que haces con la serpiente?

- Pues, está triste porque su madre no juega con ella.

- Si.. prefiero verla de lejos.

-¿Te enteraste que nos tomaremos unas "vacaciones"? - preguntó con el ceño fruncido.

- Claro, Philip me citó y fui yo la que coordinó esta escapada temporal de Atenas - mi tono sonó perfectamente sarcástico - como siempre, Ander.

- No te quejes de todo, eres tan insoportable.

- Ya tuve que soportar a mi guardaespaldas que me despertó de mi siesta. Cierra la boca.

Caminé directo a mi habitación, antes de entrar escuché el grito de Ander a lo lejos - Operación diamante en proceso

Cerré la puerta de golpe y me apoyé contra ella, quizás todo tenía que ver con todo, frunci mis labios con prepotencia. Los diamantes. El sueño. El derrumbe.

O quizás yo estaba volviendome loca.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora