Diamantes con sangre

❈ Capítulo 42 ❈

Oh, esto era más aburrido de lo que parecía.
Habían organizado la reunión con los franceses, no entendía casi nada de lo que estaban hablando, pero como era parte de esto mi asistencia era obligatoria.
Hacia rato que venía observando al muchacho de cabellos dorados que mantenía la posición de líder de Francia. Y era extraño.

Me acerque a Magus y le pregunté muy bajito - ¿En serio es el líder? Es muy joven.

- Oh Rose, tu mantienes la imagen de Philip como líder entrado en años. Si, y hay líderes que son más jóvenes - respondió de la misma forma.

Damaris nos dió una mirada de advertencia, pues al parecer nuestra charla en susurros no era tan silenciosa como creíamos.

El joven líder, que después entendí cuyo nombre era Jean Dumas, explicó ciertas pautas que entendí. De pronto no era tan inentendible lo que estaban diciendo.

Era clave, sabían que Francia sin duda le debía varios favores a Philip, pero al mismo tiempo sabían la situación de destierro. Si algo pasaba, Lewis iba a vengarse.

- Pero... - murmuró él tal Jean - no lo sé, me están poniendo en una situación muy difícil. Sé que me necesitan, nunca le negué la ayuda a una comunidad que me ayudó en tantas ocasiones. A propósito ¿Por qué Konstatin no se presentó?

Damaris se adelantó - Pues mi hermano se sentía indispuesto, debe imaginar, señor Dumas, que todo lo que ha pasado no le sentó nada bien.

Omitió la parte de que Lewis y mi madre le habían dejado un lindo... recuerdo la última vez que se vieron.

- Por supuesto, que pregunta más inoportuna, envíele mis saludos y dígale que tiene todo el apoyo de Francia.

Todos los presentes nos miramos emocionados, ¿Era el guiño que necesitábamos? ¿Era un si?

- Porque francamente - miró a su socio, un hombre más grande que él y con algunas canas cubriendo su cabello - Ese tal.. Lewis Murray, no parece tener tanto poder, al contrario, yo creo con todo el respeto de los presentes, que aún no se enfrentó con alguien peor que él.

Todos coincidimos con el rubio, tuvimos un acuerdo y todos estábamos felices, pues todos habíamos conseguido lo que queríamos.

Luego de la reunión, me acerque al francés para agradecerle.

- Señor Dumas, estoy muy agradecida de la ayuda que nos está brindando.

Se concentró en mi y me recorrió con la mirada - No es nada querida, si algo nos caracteriza es la lealtad. Pero no me llames señor, al fin y al cabo parece que tenemos la misma edad.

Solté una risa - Bajo esas circunstancias, tampoco debe llamarme "querida", no estoy casada, ni vivo en los años setenta.

El rubio repitió mi acción y me miró de frente - ¿Es una proposición?

Me puse nerviosa, no sabía lo mal que podía sonar el: no estoy casada. Intenté replicar algo pero mis palabras salían entrecortadas, a mi mente llegó Ander..

- Bueno, nos veremos seguido. Hasta luego.

Levantó una ceja y me di cuenta que fácilmente cada palabra que estaba saliendo de mi boca podía malinterpretarse.

- Errm.. adiós.

Me alejé, pude visualizar a lo lejos a Magus, Klaus, Damaris, Callum y a la mirada poco amigable de mi Ander.

- ¿Estás feliz, Rose? Todo salió como lo planeaste.

Mire a Damaris con una media sonrisa - Olvidenlo, yo no pude haber echo nada sin ustedes. Se llevan todo el mérito.

- Es un paso para recuperar lo nuestro - exclamó Klaus con una sonrisa malvada.

- Si, y para enterrar al idiota de Lewis Murray a tres metros sobre tierra. Él no lo sabe con quién se metió, cabó su propia tumba.

Todos nos quedamos mirando a Magus sorprendidos, él no solía ser tan impulsivo, la escena era casi graciosa. Pareció darse cuenta de lo que había dicho.

- Bueno.. lo siento Rose.. se que el es tu padre, pero ya sabes.

Le palmee el hombro divertida - Tranquilo Mag, no hay nada de que preocuparse. Tienes razón, no sabe con quiénes se metió.

Nos fuimos de la estancia Dumas, intenté hablar con Ander, pero parecía muy celoso por mi pequeña conversación con Jean Dumas.

- Ander...

- No.

- Qué inmaduro.

- Ajá.

Rodé los ojos , él era tan terco. No hay nada que pueda hacer.