❈ Capítulo 27 ❈

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Rose

Solo la idea de pensar que Lewis podría estar asesinando a sangre fría a Philip me revolvía el estómago. Supuse que el griego estaría en una situación vulnerable, no había mucho que yo pudiera hacer, y me desesperaba.

-¡ALGUIEN QUE ME AYUDE!

En un acto totalmente inútil, que quise intentar aflojar las esposas que me sujetaban a la cama lo único que logré fue lastimarme toda la palma de la mano.

Grite con frustración mientras las lágrimas se caian de mis mejillas.

La puerta se abrió, el rostro del idiota de Ander se asomó, y se alertó cuando vio sangre - Mierda Rose ¿Que hiciste?

- Por favor, sácame de aquí, si alguna vez al menos me quisiste. Liberame.

Entró y cerró la puerta

- Eso venía a hacer - murmuró - tienes que saber que yo no debería estar haciendo esto. 

Sádico, si alguna vez sentí amor por él, joder, en estos momentos me arrepiento más que nunca.

Sacó la llave y abrió el candado, cuando sentí libertad en mis manos fue la mejor sensación en cuatro días.

- Ahora escúchame atentamente - me tomó de las dos muñecas - Philip está aquí y...

Oh por dios. Cuidemos nuestros instintos.

Mi puño fue a parar a su nariz con fuerza desestabilizandolo completamente, escuché un crugido que me hizo sentir terrible por él, pero sin nada más que decir me fui corriendo. No conocía la casa, y en cualquier rincón podría encontrarme a uno de los hombres de Lewis.

Al bajar las escaleras escuché que hablaban en lo que parecía ser la planta baja, bueno, al menos no estoy escuchando disparos y eso es una buena señal.

Me asome sin que nadie me vea, solo podía ver la silueta de Philip.

- Philip - murmuré - Philip.

No había caso, estaba concentrado en mirar a Lewis, quien estaba rodeado de hombres armados. Gesticulaba con las manos y parecía que lo que decía era de suma importancia.

Las puertas de entrada se abrieron, me alarmé.

- Señor disculpe, la señora dijo que la tenía que ver. Que era de suma importancia.

Me pare de golpe, el escondite se fue a la mierda. Mi madre entró por las puertas, con la vista puesta en solamente una persona: Lewis Murphy.

- Is everything ok, Honey? - le preguntó sonando muy falsa.

- Adele...

Philip fue el primero en darse cuenta de mi presencia, me tomó de la mano y me acurrucó sobre él.

- ¿Estás bien? - susurró muy bajo, me límite a asentir - Lo lamento Rose.

- Te atreves a amenazar a los griegos, a asesinar a cien personas, y para colmo tener secuestrada a mi hija. A MI hija. Eres un idiota Lewis.

- No lo soy, quiero poder, tu también lo quisiste durante muchos años y ahora que abandonaste a esa vida crees que puedes venir a darme clases de moral, desde que..

-¿Desde que nació mi hija? - mi corazón dió un vuelco.

- Exacto, desde que nació la hija que tuviste con ese bastardo de Konstatin.

Mamá sonrió - Eres increíble.

Tomó una pistola y le disparó, en la pierna derecha, para ser preciosos. Me sobresalté.

Todos los hombres de él se acercaron y lo rodearon.

- Tranquilos princesitas, su jefe estará bien. No hagan tanto escándalo - murmuró.

De pronto se dió cuenta de mi presencia, yo seguía con Philip.

Su rostro expreso emocion - Oh, mi bebé, ¿Cómo has estado? Te extrañé.

Acababa de dispararle a un hombre.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora