❈ Capítulo 35 ❈

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Rose

Grecia ha caído, todo ha vuelto a quedar en manos de la mafia inglesa.

Que todos los hombres fieles de Konstantin ardan en el infierno, el territorio griego es nuestro, cabrones.

- L.M

No entendíamos como habia sucedido, aún no había señales ni de Philip ni de mi mamá, y a estas alturas, tampoco las esperábamos.
Bastó una carta para que los pocos hombres que quedaban en la mansión huyeron como unos cobardes ni bien leyeron el comunicado.

Al principio me enojó, luego entendí que no tenían otra opción.

Callum viajó a Italia con su familia para mantenerlos protegidos, al igual que Magus, que regresó con su madre y Klaus no dió muchas explicaciones, solo se marchó.

Nunca había viajado tantas veces en una semana, regresé nuevamente a California, esta vez en vuelo normal. No nos íbamos a arriesgar después de la explosión del avión privado que aterrizó en Grecia.

-¿No te molesta que deje mis cosas aquí, no?

Ander.. Ander no tenía dónde ir, no quiso hablar mucho,pero al parecer nadie lo espera. No tiene familia, o simplemente ya no se habla con ellos.

No podía dejarlo solo, sabiendo que Lewis va por más, no se quedará satisfecho. Yo estaba solo, y él también.

- Claro, puedes poner tus cosas donde quieras, Ander.

- Cuando consiga algo me iré, no voy a molestarte mucho tiempo aquí.

No lo miré, solo baje la mirada hacia mis zapatos.

- No me molestas, pero si quieres conseguir algo para ti de verdad está bien.

- Tenemos que arreglar esto Rose.

Mis ojos se iluminaron ¿Se refería a "esto"? ¿A esta pared invisible que nos estaba separando y que me estaba matando lentamente?

- ¿A qué te refieres?

- Está muy mal, que Lewis se quede con todo lo que es nuestro.

Frunci el ceño, algo molesta - Tuyo querrás decir. Ander, yo ya perdí mucho por esta basura, si Lewis quiere jugar a los griegos con un caballo de Troya, bien. Que haga lo que desee.

- ¿No te preocupa? Es un cínico y es..

- Mi padre - exclamé fuerte y claro. - En menos de medio año me enteré quien era mi padre, que pertenecia a la mafia y además perdí a mi madre. No me preocupa el capricho de Lewis, Ander.

No dijo nada, solo se me quedó mirando y asintió levemente.

- Pero esto es un error.

- Lo sé - murmuré - iré a dormir, si quieres puedes prepararte algo para cenar.

Me tiré en mi cama, tome mi teléfono y repetí la misma acción desde que llegué a California.

Ningún mensaje estaba abierto de su parte.

Llame y me mandó directamente al buzón de voz, respire hondo y pensé que quizás podía ser la mejor opción

- Hola mamá, quizás no escuches esto. Emm yo.. estoy en California, fui a buscarte a Grecia pero nada salió como esperaba - cerré los ojos antes de continuar - Se que Lewis es mi padre.

Tenía un mal presentimiento, uno pésimo, que no incluía que ella esté en peligro. Hace un año pensé que conocía a mi madre ahora ya no est y tan seguro.

- Al menos abre mis mensajes, o solo un "estoy bien", no es necesario que me expliques nada. No estoy molesta.

Corte y envié el mensaje de voz. ¿Cómo había llegado a este pozo sin fondo?

Me quedé dormida y cuando desperté, horas después, bajé para poder tomar un vaso de agua. Ander estaba dormido cómodamente en el gran sofá, me detuve a su lado.

Como si fuera un bebé, lo acurruque con su manta que estaba caída y en una acción instintiva le bese la mejilla. Iba a ir a la cocina pero una mano me detuvo.

- No...

- Lo siento Ander, te desperté.

- No - repetía, no parecía del todo despierto - quédate.

Me quedé quieta para ver si me soltaba, no lo hizo, de caso contrario me jaló y quedé acostada a su lado.

No estaba molesta, no me importó el vaso de agua que mi garganta imploraba. Quedé acostada a su lado y murmuré un débil "Lo lamento", que no esperé que escuche.

Diamantes con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora