Capítulo 51

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―¡Lyn! ―gritaron las hermanas al verme.

Hacía horas que debería haber entrado en clase, pero no estaba de humor para escuchar las extensas lecciones de los profesores.

Tres horas más tarde de haber salido del colegio por mi cuenta y haber llegado a casa Danielle y Savannah vinieron a visitarme.

―Estábamos preocupadas porque no has aparecido en toda la mañana. Thomas nos ha dicho que ha hablado contigo y que estabas en casa ―explicó la pequeña de las Smith.

―No estoy de humor para ir al colegio ―les dije, mientras las tres nos sentábamos sobre mi cama.

―¿Es por lo de los chicos? Luke nos ha preguntado por ti, parecía decaído.

―Es que... ¡Es increíble! ¡Se van a Los Angeles por seis malditos meses y no se ha dignado a decírmelo hasta una semana antes del viaje! ¡Le odio! ¡Odio a Luke Hemmings! ―llevé un cojín hacia mi rostro para que no se escuchasen mis gritos.

―Lyn... ―dijeron las dos a la vez, con voz apenada.

Sentí sus brazos rodearme. No me opuse a ello.

Lloré un buen rato, explicándoles como me sentía, hasta que se tuvieron que ir.

―Oye, ¿Por qué no vienes a una fiesta este viernes? La organiza un chico de nuestra clase, un tal Peter... Aunque eso no tiene mucha importancia. Te hará bien distraerte, incluso si te reconcilias con Luke.

―Lo pensaré, chicas. Gracias por venir ―les agradecí, intentando mostrar una sonrisa.

Al cerrar la puerta toda la casa se sumió en el silencio. Me dirigí hacia la cocina para prepararme algo de comer, pero el timbre sonó cuando iba por la mitad del pasillo.

Volví a la entrada y abrí sin mirar quien era, suponiendo que las chicas se habían dejado algo.

De repente, un cuerpo mucho más alto que el mío, algo pesado pero musculado me envolvió con sus brazos por completo y me elevó unos centímetros del suelo. Yo quedé totalmente pegada a él, mientras Luke cerraba la puerta con su pie.

―Lo siento tanto... Te juro que no quería hacerte daño ―susurró contra mi oído.

Un sollozo salió involuntariamente de mi garganta. Con él presente, abrazándome, no sería capaz de decirle que le odiaba. Quería quedarme así para siempre.

Los ojos se me nublaron y, sin retenerlas más, las lágrimas salieron de mis ojos, empapando por completo el hombro de Luke. El rubio me llevó en brazos hacia el sofá de la sala de estar y me sentó allí, haciendo lo mismo segundos más tarde. Me aferré más a él, sintiendo el calor que su cuerpo emanaba. Luke estaba allí conmigo, su perfume, su calidez, sus brazos rodeándome, su voz, sus labios y todo aquello que no vería durante tanto tiempo.

―Ayer... Ayer me comporté como una cría ―sollocé más al recordar lo que ocurrió, limpiando mis mejillas con las mangas de mi suéter.

―No, toda la culpa es mía. Tuve que decírtelo en cuanto lo supimos y no esperar a último momento.

―Sabes que en realidad te quiero, ¿Verdad? Yo...

―Está bien brownie, yo tampoco quise decir lo que te dije, sabes que no podría dejarte, nunca sería capaz de alejarme de ti.

―No me gusta ese apodo ―me quejé.

―Pues a mí si... Me trae recuerdos.

―¿Sobre una tarde con la idiota de tu novia?

―Todo lo que tenga que ver con la idiota de mi novia me encanta.

Sonreí, mirándole con ternura. Me acerqué a su rostro. Nuestras narices se tocaron, pero nuestros ojos no perdieron contacto.

―¿Me perdonas? ―preguntó.

―Solo si me perdonas tú a mí.

Sus labios se posaron sobre los míos con extrema lentitud, disfrutando del momento, uno de los pocos que nos quedaban juntos.

―¿Puedo gritarle a los cuatro vientos que te amo?

―Solo si me dejas gritarlo primero.



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Lo peor está por llegar, tengo muchas ganas de continuar la historia en este punto JAJAJAJA mañana subiré capítulo y quizás comience la parte interesante, quizás no tan pronto, pero estar atentas porque se avecinan momentos #Lulyn y #Jaelyn intensos.

Mañana también recomendaré todas las novelas que me habéis estado diciendo estas semanas.

Muchas gracias por leer y seguir esta novela, sois las mejores lectoras del mundo.

-María.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora