Capítulo 67

6.9K 609 76
                                    

James POV:

Durante mis diecisiete años de vida jamás había sentido nada como esto. De pequeño siempre quería que mi familia me prestara atención, pero Luke se la llevaba toda; su salud no era buena y mamá siempre estaba pendiente de él. Mis hermanos habían crecido, ya no querían jugar y papá siempre estaba trabajando. Crecí con ello, con la soledad de mi cuarto. Una navidad Marcus me regaló un saco de boxeo y un par de guantes, un poco grandes pero que podía utilizar igualmente. Mi mayor deseo ese año era aquel regalo, ya que a la chica que me gustaba le gustaban los chicos que la protegieran. Fue algo estúpido, pero comencé a tener algo con lo que llenar mi tiempo. Ya no estaba solo en mi cuarto, el saco de boxeo y Marcus acompañaban mis tardes. Así es como comencé a enamorarme del boxeo, a competir en el cuadrilátero por las noches, escapándome de casa, y a ganar dinero a la vez. Pude comprarme una moto apta para menores de edad y sacarme el carnet para poder conducirla. Pude comenzar a hacer todo aquello que quería, me hice independiente; ya no lloraba por las noches porque me sentía solo, ya no tenía pesadillas, ya no miraba fijamente el cuarto de mi hermano con odio y rencor; maduré, mi actitud se volvió fría e indiferente. Marcus se convirtió en mi segundo padre, era alguien que siempre iba a estar allí para mí. Sin darme cuenta, noche tras noche, acabé juntándome con gente de McBox, algo que, si pudiera dar marcha atrás, no volvería a repetir.

Una noche, hace casi un año, vi una mirada inocente que me miraba desde debajo del cuadrilátero. Estaba asustada, pero a la vez sonriendo. También tenía una sonrisa inocente, aunque esa inocencia se esfumó. Ya solo quedaba una sonrisa que expresaba diversión, maldad, rencor, pero sobre todo dolor. Quizás pude haber hecho algo para salvar esa inocencia, pero no pude, porque Daelyn había sido la primera y única chica por la cual había sentido amor en todo este tiempo, era una sensación cálida que sentía por todo mi cuerpo cada vez que veía su sonrisa; quería protegerla, cuidarla, hacerle reír y secar sus lágrimas cuando fuera necesario, aunque, una vez más, Luke había pasado por delante, sin darme cuenta.

Era así como, finalmente, había acabado atrapado entre dos redes que estiraban en direcciones opuestas. Ella, la que había sido destrozada, o ella, a la que sin saberlo le había destrozado el alma.

Debería de haber hecho algo, pensé que Ashton iba a pararle los pies, que iba a ayudarla, pero lo único que ha hecho ese idiota es dejar que ella hiciera todo lo que ha querido con él hasta cansarse. Ashton se había dado cuenta que ella había cambiado demasiado tarde.

Y yo, a pesar de querer proteger a Daelyn, también había fallado.

Ahora lo único que pido es que mi corazón no deje de latir hasta tener a Daelyn entre mis brazos, sonriendo, siendo feliz... Estando viva.


Daelyn POV:

Desperté con un gran dolor por todo mi cuerpo. Cuando recobré mis sentidos pude notar como algún material áspero y atado fuertemente a mi piel mantenía mis muñecas y tobillos juntos. También tenía uno sobre mi boca y ojos, por lo que no podía ver, ni gritar, ni correr; intenté moverme para quitarme las cuerdas, pero no pude, pues estaba atada contra alguna columna. No se oía nada, por lo que supuse que estaba sola. Comencé a llorar silenciosamente en cuanto el recuerdo de lo que había pasado justo antes de ser atrapada resurgió en mi mente; Thomas estaba herido, quien sabe si vivo o muerto.

Un escalofrío recorrió mi espalda en cuanto oí un par de voces. A pesar de estar temblando por el miedo intenté estar lo más tranquila posible, como si todavía no hubiera despertado.

―¿Qué vamos a hacer con la chica? ―dijo la voz de un hombre.

―Deberíamos de esperar órdenes, dijo que la quería viva.

―Esa mocosa... Más le vale pagarnos lo acordado. Por cierto, ¿Ya te has desecho del cuerpo del muchacho?

―¿Qué? Creía que te habías encargado tú; cuando yo he llegado solo había el rastro de la sangre ―me estremecí, mientras escuchaba aquellas dolorosas palabras.

―Voy a buscarlo, si pasa algo los responsables vamos a ser nosotros. Si ha recobrado la conciencia y ha huido no puede estar muy lejos. Vigila a la chica.

De pronto las voces cesaron. Los pasos de uno de los hombres sonaban cada vez más fuerte, hasta que por debajo de la cinta, y con gran esfuerzo, pude ver un par de zapatos. Contuve la respiración hasta que oí como el hombre cerraba la puerta al irse.

No sabía cuánto tiempo había estado allí pero me sentía impotente, por no poder ayudar a Tom; abandonada y dejada aquí, sin razón; esperanzada, rezando para que alguien me rescatara.

De pronto más pasos se oyeron; varias personas se acercaban y mis lágrimas amenazaban por reaparecer.

―Por favor... Que alguien me salve... ―susurré, justo antes de que la puerta chocase contra la pared.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora