Bajé corriendo de la moto. Nunca lo había pasado tan mal en mi vida. James solo aceleraba y se reía de los gritos ahogados que yo daba.
Le tendí el casco, echando humo por las orejas.
―Hey Jones, que no ha sido para tanto ―dijo el rubio riéndose en mi cara.
―¿¡Que no ha sido para tanto!? ―le dije histérica―. ¡Pudimos haber muerto estúpido!
―Pero estás viva, ¿No? Pues entonces calla ―su rostro ahora estaba serio.
Me quedé mirándole unos minutos, dándome cuenta que la bola que tenía en labio ahora había sido remplazaba por un aro negro que le hacía ver más sexy, si era posible. "¿Acabas de decir eso Daelyn?" Maldita conciencia, vale, los gemelos eran muy guapos, pero James no me inspiraba esa confianza que me daba Luke, sabía que metiéndome con James tendría problemas.
―¡Eh, cuidado! Me has hecho daño ―me quejé cuando James me cogió del brazo para arrastrarme hacia un callejón.
―Si no hubieses estado embobada mirándome hubieses escuchado mis 'vamos' ―dijo mirándome mientras yo bajaba la cabeza sonrojada―. Ahora estate detrás de mi todo el rato, coge mi brazo, y no te separes de mi, ¿Entendido? ―me dijo, de nuevo serio, sin expresión en su cara.
Yo me limité a asentir con la cabeza. En el callejón había una puerta que a duras penas se podía visualizar en la oscuridad de la noche, pero al parecer el rubio sabía perfectamente dónde encontrarla. Le dijo su nombre al guarda que había allí, el cual le dejó entrar dándole un golpe en la espalda amistoso. Al entrar el fuerte olor a alcohol inundó mi nariz, mareándome un poco, pero enseguida se me fue. James caminaba entre la gente, mientras yo le seguía.
―¡Hombre Jems! ¿Veo que hoy vienes acompañado eh? ―dijo un señor de mediana edad, alto y fuerte, lleno de tatuajes.
―Sí, vigílala, no quiero que le pase nada ¿Entendido? ―dijo James al hombre, mientras yo me sonrojaba de nuevo, y bajaba la cabeza.
―Entendido ―dijo el señor.
―Adiós Marcus ―dijo James y desapareció.
James se fue entre la gente, mientras cada vez se... ¿¡Qué!? ¿¡Se ha ido y me ha dejado sola!?
―¿En qué piensas chica? ―preguntó el hombre.
―Esto es el colmo, ¡me ha dejado sola con un tipo extraño que no conozco de nada, en medio de la noche, sin como volver a casa, con gente borracha... ¿Continuo? ―dije frustrada, dejando mis pensamientos salir libremente de mi cabeza.
―No se ha ido, aquí la gente viene a pelear. Ahora estará a punto de saltar ahí y darles una paliza a unos ¿cinco muchachos? Y conseguir algo de dinero ―dijo, señalando el ring.
―¿Entonces James lucha? ¿Por las noches? ¿Con tanta gente? ―intentaba procesar la información.
―Exacto ―dijo Marcus―. ¿Y cuál es tu nombre, pequeña? ―dijo el hombre mientras le daba una calada a un cigarrillo. Yo empecé a toser, odiaba ese olor―. Lo siento ―dijo, apagándolo―. Puedo fumar luego ―me sonrió. Marcus me caía mejor ahora, al menos tenía la compañía de alguien aquí―. Bueno, ¿Contestarás a mi pregunta? Yo soy Marcus McDonough, el dueño de esto ―dijo tendiéndome la mano.
―Daelyn Jones, una chica tonta que ha decidido seguir al chico malo hasta aquí, y luego me ha dejado con un hombre que no conozco de nada para que me 'proteja'.
―Pues si el chico quería que alguien proteja a la chica será porque no es tan malo, ¿No? ―dijo fijando su vista al ring, donde James estaba preparado para luchar.
(...)
Cada vez que James recibía un golpe dejaba ir un grito, que apenas se oía con los de la multitud. La gente se había puesto alrededor del ring, mirando como los jóvenes luchaban, mientras bebían y apostaban sobre quién sería el primero en caer.
Eran las 3 de la mañana. Marcus me había llevado hasta la esquina donde descansaba James entre asalto y asalto. Llevaba 5 peleas ganadas. Marcus le había dicho que lo dejara, pero él se había querido meter en una sexta pelea. El chico con el cual luchaba ahora, moreno de ojos verdes, bastante atractivo, me miraba descaradamente mientras ellos descansaban para continuar luchando, y al parecer eso a James le había enfadado, porque cada vez sus golpes eran más duros, y los gritos de la gente se oían más fuerte.
Hubo un pequeño descanso, ya que la pelea se había prolongado.
―James William Hemmings, deja esta pelea ya, abandona, no perderás tanto ―le dijo Marcus al rubio mientras este intentaba hacer llegar oxigeno a sus pulmones. Su pecho subía y bajaba sin descanso, y estaba sudoroso―. Llévate el dinero y a Daelyn, iros para casa, y si quieres pagaré yo lo que le tendrías que deber a Ryan.
―Mar... Marcus, ya te he dicho que... ―intentaba decir James, pero le faltaba aire.
―¡Hemmings! ―una voz nos hizo sobresaltarnos a los tres, el tal Ryan, se acercó a nosotros, mientras me dedicaba una sonrisa coqueta, y las manos de James se volvían puños.
―¿Qué quieres? ―preguntó James, serio.
―¿En serio vas a abandonar? ―dijo el moreno provocándole.
―¡Ja! Ya más quisier...
―Sí, dime cuanto quieres y te lo daré yo mismo ―le dijo Marcus interrumpiendo a James, mientras sacaba su cartera.
El chico negó con la cabeza mientras soltaba una carcajada.
―No quiero dinero, podemos hacer otro trato ―dijo ante la mirada confusa de Marcus―. Yo olvido lo sucedido, pero quiero a la chica ―dijo mientras su mirada se dirigía a mí.
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Aquí teneis otro capitulo, espero que os guste mucho, no he tenido mucho tiempo de escribir por los examenes :( Y bueno, la ultima vez que publiqué tenía 200 visitas y ahora tiene 700!!! Muchas gracias a los que votan y comentan <3
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Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...