―¿Qué dices? ¿Vienes? ―escuché de fondo, una voz que reclamaba mi atención.
Parpadeé rápidamente, fijando mi vista sobre Danny, el cual seguía sentado sobre mi colchón, al igual que yo, y le dediqué una mirada confundida.
Daniel suspiró, negando con la cabeza, con un deje de diversión en sus acciones. Claramente, aquella no era la primera vez que me pasaba.
―Te estaba diciendo que si vienes a dar una vuelta conmigo, hace tiempo que no ves Londres y...
―No ―me apresuré a decir, cortándole―. No tengo humor para salir, lo único que quiero es tener un rato para mi sola, no es por ti, es que la situación...
―Claro, no hay ningún problema, de veras, siento lo de tu abuelo, Wallace era un buen hombre.
―No te disculpes, no ha sido tu culpa. Gracias igualmente.
Danny me dio un beso en la mejilla, justo antes de salir de la habitación. Yo dirigí mi mano al lugar donde sus labios habían estado segundos atrás. Cerré los ojos, y negué mentalmente.
Daniel Flint era cosa del pasado.
Decidí ir a ver a Danna a su habitación. Ella había intentado levantarme el ánimo todos estos días y seguro que también necesitaba desahogarse. Caminé por el largo pasillo hasta llegar a la habitación donde se hospedaba mi prima. Entré en silencio acercándome hacia ella con sigilo, y cuando estuve justo detrás chillé, provocando que la rubia diese un bote en su silla, y que yo comenzara a reír.
Danna giró rápidamente la cabeza hacia mí, escondiendo su teléfono, el cual tenía en las manos. Justo antes de que lo quitara de mi vista pude ver como el nombre de Luke parpadeaba en la pantalla. Sus ojos estaban abiertos de par en par.
―¿Qué ocurre? ―pregunté.
―Nada...
―Danna, no me mientas.
―No es nada, de verdad, déjalo, tan solo me ha dado un bajón por la situación.
Yo la miré, sin creerme mucho esa mentira, pero preferí no preguntarle nada más. Ambas nos quedamos en silencio por un rato, hasta que Danna sonrió, y rápidamente se puso en pie.
―Venga, ¡Vayamos a divertirnos! Estamos demasiado serias, seguro que el abuelo querría vernos felices. Además, volvemos en dos días a Sídney, y necesito comprar unas cuantas cosas para llevarme, ¡Así que en marcha!
Esta era Danna Jones, la única chica que le sonreiría a la vida incluso estando en depresión. Yo no me opuse a su petición, por pocas ganas que tuviese de salir. La verdad es que lo único que necesitaba ahora mismo eran los abrazos de Luke, solo él sabía reconfortarme y hacerme sentir tan bien con su voz, pero, por desgracia, estábamos separados por miles de kilómetros.
―¿En qué piensas? ―preguntó la rubia, mirándome detalladamente.
―En Luke... Tengo tantas ganas de verlo... No es justo que empecemos a salir y ya tengamos que estar separados.
Danna asintió, y me miró con cara de tristeza, dando a entender que me comprendía.
El silencio nos envolvió hasta que llegamos a un centro comercial. En ese preciso instante mi prima se volvió como loca, al ver que había ofertas especiales en todas las tiendas de ropa, y prácticamente salió volando, entrando a cada una de ellas. Yo, por mi parte, decidí esperar afuera e ir a tomar algo. De camino había visto una pequeña cafetería, así que le envié un mensaje a Danna diciéndole donde estaría, y fui hasta allí, sabiendo que la rubia se pasaría un buen rato de tienda en tienda.
ESTÁS LEYENDO
Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...