Capítulo 37

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Estaba sentada en aquel cómodo sofá de piel, mientras mi mirada se posaba en todos los rincones de la sala menos en los ojos mieles del castaño. Mis dedos jugaban entre ellos, a causa de mi nerviosismo, y mordisqueaba mi labio inferior, sin saber qué hacer. Sabía que Ashton me estaba mirando, expectante, preguntándose que ocurría y cuál era la causa de mi repentina visita.

Suspiré, liberando algo de tensión en mí, y levanté mi mirada, preparada para hablar.

―Tengo una carta del anónimo, y creo que me debes un explicación ―tragué saliva. Quizás no había escogido las palabras acertadas para decirlo, pero estaba tan nerviosa que mi mente se bloqueaba.

―¿Cómo? ―preguntó Ashton, sorprendido y confuso a la vez.

―La carta tenía un acertijo, habla sobre ti, mira, la he traído ―dije rápidamente, sacando el trozo de papel de un bolso que había cogido de casa, donde también me había parado un momento a mirar información sobre datos importantes de la carta, antes de ir hacía la casa donde vivía Irwin.

Ashton acomodó sus gafas, las cuales nunca le había visto, sobre el puente de su nariz, y comenzó a leer. Me fijé en él, notando como su semblante era serio, pero su expresión corporal era relajada.

Su vista no dejó de observar el papel, incluso habiendo terminado de leer.

―¿En qué piensas? ―pregunté.

―¿Qué te hace creer que soy yo? Esto es absurdo Daelyn.

―No lo es, todo encaja Ashton...El huracán, el Fénix, el secreto... ―el castaño iba negando con la cabeza, mientras bufaba, por lo que decidí proseguir con mi hipótesis―. El Ave Fénix resurge de sus cenizas, ¿Sabías que 'ash' significa ceniza? He estado buscando en google sobre esto Ashton, hace dos años hubo una tormenta tropical cerca de México, en el océano pacifico, la cual desencadenó un huracán, ¿Adivinas su nombre? Sí, huracán Irwin. Además, lo del huracán tiene un doble significado, y estoy segura que está atado al secreto... Creo que ambos sabemos que es eso que pasó en McBox y no me quieres contar, sé que no fue un simple accidente en una pelea, deja de engañarme Ashton.

Las facciones del castaño se habían endurecido, mientras se removía incomodo sobre su asiento, maldiciendo en voz baja.

Sabía que algo andaba mal, la mirada de Ashton llamaba a gritos ayuda en aquel mismo instante, pero necesitaba respuestas, así que no le dejaría ir tan fácilmente como lo había hecho esta mañana con James.

―No hay nada que explicar ―dijo serio, evitando el contacto visual con mis ojos.

Noté como sus manos temblaban ligeramente mientras hablaba, pero intentó disimularlo jugando con sus dedos, manteniendo la vista fija en ellos.

―Por favor, estoy harta de tanto secretismo, llevas un tiempo bastante raro, ¿Dónde está ese chico risueño que conocí hace unos meses? ¿Ese que me explicaba las cosas más vergonzosas que le habían pasado y se reía junto a mí? ¿Dónde ha quedado, Ashton? Porque lo único que veo es a alguien asustado, que tiene miedo de contar algo importante por miedo a que le juzguen.

―No lo entiendes Daelyn... Yo... Yo hice algo terrible... ―balbuceó.

Ashton apoyó sus codos en sus rodillas, y colocó sus manos en su nuca, escondiendo así su rostro. Yo me acerqué a él lentamente, y le abracé de lado. Ash se tensó por un momento al notar el tacto frío de mi piel, pero pronto volvió a relajarse.

―Cuéntamelo, el mejor remedio para superar algún problema es hablar de ello y aceptarlo, no puedes pasarte toda la vida culpándote de algo ―sonreí, intentando tranquilizarle.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora