La semana casi había terminado. Las horas parecían segundos junto a Luke. Ambos intentábamos disfrutar de cada momento como el último, pero aun habiéndonos reconciliado tenía un mal presentimiento.
Era viernes, el día de la fiesta. Los chicos iban a ir también, por lo cual no faltarían fans esperando para hacerse una foto con ellos, bailar una canción y, con suerte para ellas, obtener algo más.
Las chicas y yo habíamos decidido ir todas juntas, Thomas incluido.
―¿Podrás andar con esos tacones? Creo que son un poco altos, quizás estos otros te vendrían mejor.
―¡Eileen! Pásame el vestido rosa, por favor.
―¡El maquillaje, Savannah!
Todo eran gritos, pasos rápidos y nerviosos desde el piso de arriba y olor a perfume caro. Yo tan solo esperaba en el salón de la casa de Lucy junto a Tom, donde todas habíamos quedado para arreglarnos.
―Nunca entenderé como tardas tan poco en arreglarte ―me dijo Danna, bajando las escaleras junto a la anfitriona de la casa.
Me encogí de hombros; no tenía una respuesta con la que responder.
―¿Nos vamos ya? ―preguntó Danielle, bajando con las demás chicas.
Todas asentimos frenéticamente, con ganas de llegar a esa fiesta.
...
La fuerte música aturdía mi cabeza. No sabía con certeza si era por culpa de mi embriaguez, pero me sentía viva. Bailaba, si saltar a destiempo puede llamarse baile, en la pista, entre cuerpos de sudorosos adolescentes con vasos de alcohol en sus manos.
El tiempo pasaba demasiado deprisa. Sin darme cuenta llevaba horas sola, rodeada de extraños. Me senté en un sofá, cansada y sedienta. Mi vista estaba algo borrosa, pero ya ni siquiera me importaba. Quería olvidar todos mis problemas.
De repente, un chico con una cara bastante familiar se acercó a mí.
―¿Sabías que la solución a tus problemas no es el alcohol? ―me cuestionó, con esa voz paternal que solía poner al hablarme.
―No fastidies Thomas, sé cuidarme sola.
―Se nota bastante ―ironizó.
―Estoy perfectamente ―le contesté, con dificultad para completar la corta oración.
―Vamos, te llevaré a casa ―dijo, levantándose de su asiento.
―No pienso aceptar tu sugerencia, Tommy.
―No es una sugerencia, es una orden.
Fruncí el ceño. Todo rastro de pasividad se transformó en enfado.
―¿Y desde cuando tú me das ordenes?
―Desde que no te puedes mantener en pie.
―Pues mira como me levanto y me voy.
Dicho esto, me incorporé y me perdí entre la gente, dejando atrás a mi mejor amigo. Tambaleándome y algo mareada salí al jardín trasero, donde la fiesta continuaba, aunque sin tanto alboroto. Caminé por todo el lugar, sin saber hacia dónde ir, hasta que paré en seco al escuchar una voz llamarme.
―¡Daelyn!
Giré mi rostro, pero estaba tan mareada que distinguir entre la gente era una tarea difícil. Conseguí divisar a Luke, acercándose a mí. Me sorprendí un poco al ver su estado, después de todo él tenía que dar una buena imagen al tener a sus fans presentes. A cada paso que daba más se notaban sus andares descompasados, su sonrisa tonta y sus mejillas sonrojadas. Al llegar a mí me rodeó con ambos brazos y apoyó su barbilla en mi hombro. Todo era normal, hasta que noté sus labios sobre la erizada piel de mi cuello.
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Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...