Capítulo 46

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―No tengo inspiración, Lucy, es imposible que pueda escribir algo decente ahora mismo ―me quejé por décima vez, mientras intentaba sacar una buena idea de mi mente para hacer bien la redacción de lengua.

―No es tan difícil, piensa en algo que te guste y plásmalo en el papel.

―Para ti es muy fácil, te pasas el día leyendo libros de aventura y romance ―dije, cruzándome de brazos―. Siempre tienes ideas para todo, locas, pero ideas al fin y al cabo.

―Leer algo más no te haría mal, que te pasas el día con Luke.

La pelirroja me giñó un ojo y yo me sonrojé, volviendo a mi trabajo. Luke y yo no nos habíamos separado durante todos estos días. Tras solucionar la pelea del hospital y volver al instituto todo parecía que estaba bien entre nosotros. Respecto a James... Le había visto un par de veces en clase, pero ni siquiera me había dedicado una mirada.

Suspiré resignada y arrugué la hoja que tenía sobre la mesa, tirándola a la papelera. Me levanté de mi asiento y me estiré en mi cama. Estábamos en casa haciendo los deberes, y cotilleando un poco, ya que hacía mucho que no quedábamos, pero no podía más, necesitaba un respiro.

―Voy a coger algo a la cocina, ¿Quieres que te traiga alguna cosa? ―le ofrecí.

―No tengo hambre, pero un vaso de agua no me vendría mal, gracias.

Asentí y salí de la habitación, bajando con rapidez las escaleras hasta llegar al primer piso. Cogí un vaso, lo llené con agua y me puse a mirar por los cajones del armario de la cocina, intentando encontrar alguna cosa para picar, pero el timbre interrumpió mi búsqueda.

Abrí la puerta en cuanto llegué al recibidor. Miré confundida a Luke, que me miraba ilusionado desde la entrada, cargado con unas bolsas de plástico.

―¿Qué haces aquí Luke? ―pregunté, sonriente.

―¿Tengo que tener una razón para visitarte? ―respondió con otra pregunta, dándome un beso.

―Dado que nos hemos visto hace unas horas en el instituto sí, debes tener una razón.

―Daelyn... ―escuché desde el piso de arriba. Giré mi cabeza, viendo como Lucy bajaba con su mochila y su abrigo encima―. Mi madre acaba de llamarme, me tengo que ir ya. Tenemos que volver a quedar otro día, ¿vale?

―Claro ―le sonreí.

Luke entró a la cocina mientras yo acompañaba a Lucy.

―Nos vemos mañana ―se despidió con la mano, mientras se alejaba.

Yo hice lo mismo antes de cerrar la puerta, y dirigirme hacia la cocina, donde Luke estaba sacando las cosas que llevaba en las bolsas.

―¿Qué es todo esto? ―pregunté otra vez, mirando como el rubio sacaba harina, huevos y azúcar, entre otras cosas, de las bolsas.

―¡Vamos a hacer brownies! ―exclamó, mientras sacaba un bote enorme de Nutella de una de las bolsas.

En cuanto la vi corrí hacia él y le cogí el tarro, provocando que el rubio me mirara mal, aunque bromeando.

―Claro, toda tuya cariño ―dijo irónicamente.

―Te daré un poco si te portas bien ―le saqué la lengua, buscando una cuchara para poder probar aquel manjar creado por dioses.

―La he comprado yo, es mía.

―Ya no ―dije sonriente, cogiendo una cucharada de Nutella.

Luke rio y colocó todo en orden sobre la isla de la cocina.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora