Capítulo 26

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Mis ojos se abrieron de golpe, despertándome de la burbuja en la cual me encontraba, y mi boca se abrió de la sorpresa. Podía escuchar a toda la gente atrás de mi riendo, chillando, divirtiéndose... pero ahora mis cinco sentidos, o lo que quedaba de ellos, estaban concentrados en él, en el rubio que me saca suspiros, besándose con su ex-novia, ajenos al mundo.

Me alejé de allí, sin soportar un segundo más aquella escena. Noté como las lágrimas recorrían mis mejillas, y llegaban hasta mis labios, notando el salado gusto de estas. Pasé entre toda la gente que había en la casa, y vi a lo lejos a James, hablando junto a un chico que no conocía. ¿Qué hacía él aquí? Pensaba que Ashton y él no eran amigos. Seguí mi camino, sin pensar mucho en eso y, por suerte, pasé desapercibida, por lo que no tuve problema alguno para dirigirme a la puerta e irme. 

Comencé a andar por las calles de Sídney de regreso a casa. Anduve durante cuarto de hora, pero los tacones me estaban matando, así que paré en medio de la acera, sentándome en el borde, limpiándome con la mano algunas lágrimas que caían todavía por mi rostro. De pronto, el ruido de un motor rompió el silencio en el cual me encontraba.

La moto se paró a mi lado, y de ella bajó un chico, con su inseparable chaqueta de cuero, y sus pantalones ajustados.

James.

―¿Qué hace una chica como tú en la calle a estas horas? ―bromeó el rubio, sacándose el casco de su cabeza y peinando con la mano su cabello, colocándolo en su sitio, como siempre.

―¿Acaso me estás siguiendo? ―le pregunté, elevando una de mis cejas.

―Si tú quieres llamarlo así... ―respondió―. Estaba en la fiesta y te he visto salir. ¿Y tú? ¿Por qué estás llorando?

―¿Qué hacías en la fiesta? ―pregunté, ignorando sus preguntas.

―¿Por qué estás llorando? ―insistió.

―Por nada...

―Así que estás a las doce de la noche, sola, en la calle, dando un paseo mientras lloras porque te apetece―dijo irónicamente.

―No estoy llorando―repliqué.

―No, para nada.

Bufé, cansada de todo ese juego.

―¿Qué quieres? ―le pregunté.

―¿Sabes que es peligroso venir de noche sola?

―¿Ahora te preocupas por mí?

―Siempre lo he hecho.

Me quedé en silencio, asimilando las palabras que acababan de salir de su boca.

―James...―dije, con un cúmulo de emociones dentro de mí.

―¿Qué ha ocurrido? ―preguntó.

―Él... Se estaba besando con Aleisha―rompí a llorar de nuevo.

James me abrazó, dejando que me desahogara junto a él. Poco a poco me fui tranquilizando gracias a las caricias que su mano le brindaba a mi piel. Miles de escalofríos recorrían mi columna, no sé si producto del frío o de las cálidas manos del rubio.

Me separé de él, todavía sollozando un poco.

Pensé detenidamente toda la situación... esto no podía seguir así, cada vez que aparecía yo me dejaba atrapar por él, sin pensar en Luke, ni en él, ni en mi, sin pensar en nada.

―Es idiota... Te juro que lo mataré... ―suspiró―. ¿Por qué no te vienes conmigo a McBox? No pelearé, lo prometo, tan solo a tomar algo.

Reí amargamente.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora