Capítulo 33

38.2K 1.9K 145
                                    

Hay momentos en los cuales la adrenalina se apodera de ti, esa emoción espontanea recorre todo tu cuerpo, te hace sentir vivo, disfrutar del momento. Tus palmas comienzan a sudar, un sudor frío, producto de los nervios, lo cuales están a flor de piel, y te apetece chillar, descargar todas tus emociones hacia fuera, y sentirte libre, sin importar nada más.

―¡Vamos a morir! Maldita sea Luke ―exclamé, bastante nerviosa.

―Eres una exagerada ―contestó el rubio, soltando una sonora carcajada.

Luke dio un paso hacia delante, extendiendo sus brazos, para rodearme con ellos por completo. Acomodé mi cara en su pecho, y estiré mis brazos, pasándolos alrededor de su amplio torso. Me apreté todo lo que pude contra él, sintiendo el calor que su cuerpo desprendía.

―Abre los ojos, te estás perdiendo las vistas ―susurró contra mi oído.

―Me da miedo, esto se mueve mucho.

―Estoy a tu lado, no pasará nada.

―¿Me lo prometes? ―pregunté, sonando bastante inocente.

―Te lo prometo ―dijo, depositando un beso sobre mi frente.

Abrí poco a poco mis ojos, los cuales tenía apretados. Parpadeé unas cuantas veces, acostumbrándome a la luz del sol, hasta que pude ver con claridad. Sídney se alejaba cada vez más bajo nosotros, brindándonos unas impresionantes vistas de la ciudad, y haciendo que mis piernas temblaran cada vez más. Luke notó que el miedo volvía a recorrerme, y me acomodó más entre sus brazos, si eso era posible, haciéndome sentir protegida.

Cerré de nuevo los ojos, escondiendo mi rostro en su pecho, el cual bajaba y subía tranquilamente, sin prisas.

Cuando acepté salir con él le pedí que me sorprendiera, y Luke, al parecer, se lo había tomado bastante en serio. Ahora, ambos nos encontrábamos en un globo aerostático, surcando el cielo de Sídney. Jack conocía a un amigo que trabajaba en el sitio turístico, y por ser nosotros nos hizo un gran descuento, ya que dar un paseo en globo podía costar bastante caro.

Me separé lentamente de Luke, y bajo la atenta mirada de éste me acerqué al borde del globo, agarrándome con ambas manos. Las manos de Luke se posaron sobre mi cintura, cogiéndome con fuerza, mientras él posaba su barbilla sobre mi hombro.

―Gracias por esto, es impresionante, aunque esté demasiado asustada para disfrutarlo como se merece.

―Cuando empiece a atardecer vas a estar tan maravillada que se te olvidará que estás tan alejada del suelo.

Pude sentirle sonreír, aun sin verle, y sonreí yo también. Ambos mirábamos hacia el horizonte, donde el océano se extendía bajo nosotros, sin dejar ver su final.

De pronto, dejé de notar una de las manos que estaban en mi cintura. Luke retiró un mechón de cabello, colocando suavemente detrás de oreja, y apartó por completo el cabello de mi hombro derecho. Noté como su respiración se volvió un poco más pesada, y de repente sus labios comenzaron a dejar un camino de besos húmedos por mi cuello, desde mí oreja hasta mi hombro, y repitiendo la acción en dirección contraria, llegando hasta mí oreja, de nuevo.

Me estremecí, cerrando los ojos, disfrutando de la agradable sensación que los besos de Luke me hacían sentir. Solté la barandilla, y busqué las manos del rubio, entrelazando nuestros dedos lentamente. Eché mi cabeza hacía atrás, recostándome en él, y abrí los ojos. Sus profundos ojos azules conectaron con los míos al momento, haciendo que Luke dejara de besarme, y me dedicara una sonrisa, mostrando sus perfectamente alineados dientes.

―¿Dónde ha quedado esa "cita de amigos", Luke? ―pregunté.

―Creo que ya no puedo mirarte solo como a una amiga más ―susurró contra mi oído.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora