Capítulo 1

76.4K 3.4K 315
                                    

Yo, Daelyn Jones, había pasado toda mi vida viajando de un lado para otro. Cuando creía que Londres sería mi destino definitivo, finalmente trasladaron a papá a Sídney, Australia. Me había culpado mil veces por dejar atrás a mis amigos, pues ellos eran los que siempre me ayudaban en cuanto lo necesitaba a cambio de nada, con los que había compartido mis más estúpidas locuras... En fin, lo eran todo para mí.

Queridos pasajeros, les informamos que llegaremos a Sídney, Australia, en 5 minutos. Abróchense los cinturones. Gracias por volar con nuestra compañía.

La voz repitió el aviso en más de un idioma, pero no presté atención. Miré por la pequeña ventana, impacientada por llegar. Estábamos a punto de aterrizar en Australia, y aunque hubiese sido duro dejar Londres, Sídney podría llegar a ser una de mis ciudades favorita, aunque echaría de menos mi ciudad natal.

Al bajar del avión papá, mamá y yo nos dirigimos hacia uno de los muchos taxis que estaban fuera del aeropuerto, esperando para recoger viajeros y turistas, o simplemente gente que volvía a casa. Guardamos todo el equipaje con la ayuda del conductor y tras ello pusimos rumbo al que sería nuestro nuevo hogar. No hace falta decir que las vistas por el camino eran impresionante. El mar tenía un color precioso y no había ni una nube en el cielo.

Después de media hora de camino, el taxi se paró delante de una casa no muy grande pero no muy pequeña, simplemente perfecta para una familia de tres personas. El camión de mudanza había venido cuando papá vino hace unas semanas a visitar Sídney y a tener unas reuniones del trabajo, así que estaba todo decorado en el interior.

Papá comenzó a cargar con la maleta de mamá, que era algo pesada, cuando de pronto, una señora rubia, algo bajita y corpulenta, salió de la casa de enfrente y cruzó la calle. Supuse que sería la vecina, así que después de presentarme entré en la casa, con la excusa que iba a llevar todas mis cosas a mi habitación.

Al entrar hubo algo que me hizo sentir como en Londres, quizás las paredes, que estaban pintadas de tonos claros, o los muebles, que eran los mismos que los de mi antigua casa. No me molesté mucho en averiguarlo, ya que simplemente subí las escaleras hasta la segunda planta de la casa y busqué entre las habitaciones hasta que encontré la mía. Las paredes eran de color violeta, mi color favorito, y tenía todos los posters que había estado coleccionando hasta ahora.

―¡Daelyn, hija, baja a saludar a los vecinos! ―gritó mamá desde el piso de abajo.

Cerré la puerta y me dirigí hacia la planta inferior de la casa, donde Liz y un hombre de su misma altura hablaban animadamente con mis padres.

―Hija, este es Andrew Hemmings ―nos presentó mamá, con una sonrisa en su rostro―. Esta noche Liz y él vendrán a cenar con sus hijos.

―Tienen tu edad, así que podrás hacer amigos ―añadió papá.

―Mmm... Claro ―dije, poco convencida. No era la típica chica antisocial, pero me costaba conocer a gente nueva e interesarme por ellos.

Ambas familias estuvieron un rato más en el salón, charlando sobre temas que, sinceramente, no me interesaban. Anduve por la casa un rato más hasta salir al patio trasero, el cual tenía una preciosa hilera de macetas con  flores coloridas, un césped bien cortado e incluso una piscina. Mi mandíbula casi cae al suelo del asombro. La verdad es que no solía frecuentar mucho la playa por simples complejos con mi cuerpo, así que el hecho de poder tener una piscina para mí sola me alegraría el verano. Estuve un rato más inspeccionando todo, como si me tratara de un detective que observa la escena del crimen, y tras ello entré de nuevo. Era algo tarde, así que decidí arreglarme rápidamente, ya que los Hemmings no tardarían en llegar. Un conjunto casual y un poco de perfume, con eso sería suficiente.

―Daelyn, Liz y su familia ya han llegado ―oí a mamá decir desde el otro lado de la puerta.

―Ya voy, un segundo ―dije, mirándome por última vez al espejo.

Twins » Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora