Twins » Luke Hemmings

Capítulo 3

Me desperté sobresaltada por una pesadilla que acababa de tener. Intentando olvidarla me dirigí al lavabo; me lavé la cara, y al verme en el espejo una mueca salió de mis labios. Tenía el pelo hecho un desastre, ojeras, estaba pálida, y prácticamente era un zombie. Me metí en la ducha y estuve como un cuarto de hora relajándome mientras daba uno de mis conciertos matutinos.

Hoy empezaba el colegio, y estaba muy nerviosa, no era muy sociable, y bueno, no quería ir ni con el borde de James, y como suponía que Luke iría con él no podía ir con este. Sí, mi madre me dijo ayer por la noche que los gemelos iban a mi instituto, y me preguntó que si quería ir con ellos. Que graciosa mamá, James me odia y Luke está callado el noventa y nueve por ciento parte del tiempo, si, gran idea.

Después de media hora estaba vestida, maquillada, aunque tan solo tenía rimmel y algo de maquillaje para las ojeras.

―¿Ya te vas? ―preguntó mi madre medio dormida.

―Sí, no quiero llegar tarde mi primer día ―le dije y le di un beso―. Te quiero.

―Y yo cariño, pásatelo bien.

―Lo dudo mucho ―susurré para mí misma.

Cerré la puerta y comencé a andar hacia la escuela, que quedaba a dos calles de la casa.

―¡Hey! ―escuché una voz detrás de mí.

―Hola.

―¿Puedo acompañarte no? ―dijo un Luke sonriente.

―Claro.

Andamos en silencio hasta que un chico de tez morena y  cabello oscuro se acercó a Luke. Era más o menos de su altura, lo que me hacía parecer bastante pequeña a su lado, tenía unos grandes ojos marrones y una sonrisa en su boca, bastante bonita, por cierto.

―Hey tío ―dijo mientras se saludaban.

―Hola Cal.

―¿Quién es esta preciosidad? ―preguntó el chico, mirándome con una sonrisa pícara.

―Calum, ni lo pienses. Ella es Daelyn Jones, mi  nueva vecina. Daelyn, este es Calum, uno de mis mejores amigos.

―Encantado Daelyn ―dijo Calum―. Puedes llamarme Cal ―y me guiñó un ojo.

La escena en realidad era divertida, yo muerta de vergüenza, Luke asesinando con la mirada a Calum y él posiblemente riéndose interiormente de nosotros.

―Bueno, Daelyn, si quieres yo podría... ―intentó decir Luke pero una voz le hizo callarse.

―¡Luke! ―de pronto una chica venía hacia nosotros con una sonrisa en la cara.

―Hola amor ―dijo Luke.

―Daelyn esta es Aleisha Mcdonald, y Aleisha esta es mi nueva vecina, Daelyn Jones.

―Encantada ―dijo la chica.

―Igualmente ―dije, seria―. Lo siento chicos, no tuve una buena noche ―intenté excusarme.

―Lukey, ¿Te acuerdas que teníamos que ir a ver a Mike antes de entrar a clase?

―¡Es verdad! ―exclamó Luke.

Habíamos llegado ya al instituto, que des de fuera era enorme. Tenía un gran campus, y el edificio se dividía en varias zonas, por lo visto.

―¿Sabrás encontrar el camino a la oficina del director? ―me preguntó Luke preocupado.

―Claro, no me perderé, tranquilo.

―Está bien... ¡Nos vemos luego!

No me había dado cuenta, pero mientras veía a Luke alejarse con Aleisha mi mirada solo se centraba en ellos dos, y Calum ya no estaba, "chico raro" pensé.

―¿Celosa, Jones? ―en cuanto noté su presencia un escalofrió recorrió mi espalda.

―¿Celosa? ¿Yo? Veo que entiendes poco a las mujeres James ―le dije mientras volvía a andar, en dirección a la puerta del instituto.

―Pues no parecía lo mismo cuando mirabas a mi hermano y su novia irse juntos y dejándote sola ―dijo en tono burlón.

―¿Y tú no tienes amigos o qué? ―le dije enfadada.

―Es más divertido hablar contigo y molestarte ―dijo como si nada, y siguió andando a mi lado, bajo las miradas de todos.

―Pensaba que me odiabas ―le dije sorprendida.

―Hey, niñita, que hable contigo no significa que me caigas bien.

Cada vez entendía menos a este chico.

―Bien. Adiós ―me alejé de él, en busca de la oficina del director.

Pregunté a algunos alumnos, hasta que al fin la encontré. El director me dio la bienvenida, el horario con todas mis clases y la clave de mi taquilla, para que pudiese dejar mis cosas y empezar cuanto antes.

Y allí me encontraba yo, con mi horario en la mano y la cabeza confundida.

Estaba completamente segura que a este paso iba a ser un día muy raro.