Daelyn POV:
Desperté desorientada, incomodada por el dolor que sentía en mi garganta. Recordé el agua, mi visión borrosa dentro de ella y mis brazos, buscando un impulso hacía la superficie, buscando ayuda. Me revolví entre las sabanas, esperando caer dormida de nuevo, pero lo único que podía hacer era escuchar el viento azotar las frágiles ramas de los árboles del patio. Hundí mi rostro en la almohada, notando de repente como esta olía a la colonia de James.
Me incorporé con un poco de esfuerzo sobre el colchón, apoyando mi cabeza y espalda contra la cabecera. Me puse de pie en cuanto mis pies descalzos tocaron el gélido suelo. Me estremecí ante la sensación, pero salí rápidamente de la habitación del rubio y fui hacia la mía, cogiendo una muda de ropa y mi neceser, dispuesta a darme una ducha caliente para contrarrestar la temperatura.
Luke POV:
―No creo que deba, Calum ―contesté, rechazando la oferta.
El moreno me miró a los ojos, con su brazo extendido aún ante mí, sujetando un vaso lleno de puro alcohol. Desistiendo, se alejó de mí, seguido de una chica que hacía rato le estaba observando.
En cuanto Calum se perdió entre la gente que bailaba desenfrenadamente en la pista de baile, Ashton se acercó a mí y se sentó en la silla que antes había ocupado Cal. Estuvimos hablando por un buen rato; Ashton estaba bastante relajado respecto a los días anteriores, donde todo eran malas caras y gritos. Suponía que la presión, dejar a solas a su madre y sus dos hermanos por tanto tiempo y estar lejos de ellos había afectado un poco al mayor del grupo.
―Ash, voy al baño ―le dije, mientras me levantaba.
El castaño asintió con la cabeza, mientras se acababa su tercera copa de un solo golpe. Una vez hice mis necesidades, volví a aquella barra donde mi amigo me esperaba.
―Te he pedido algo de beber ―me informó en cuanto llegué, señalando un vaso delante de mí.
―No quiero beber alcohol esta noche.
―¿Crees que puedas cometer alguna estupidez si bebes? Por dios Luke, tienes diecisiete, no te pasará nada.
―Pero...
―Nada de peros.
Miré a Ashton, el cual se estaba riendo victorioso y, finalmente, acepté la bebida.
...
Me sentía vivo, pero a la vez aturdido y confuso. La música se colaba por mis oídos y todo el alcohol que había consumido ―después de acabar bebiendo rondas y rondas de chupitos junto a Ashton― circulaba libremente por mi cuerpo, haciéndome perder la poca cordura que podría llegar a retener en mí.
Volví a la barra tras haber bailado con un par de chicas y pedí otra bebida. No me importaba el qué, tan solo necesitaba más. En cuanto dejé el vaso vacío sobre la barra, mis ojos encontraron una mirada; ardiente, oscura, acechando desde el lado opuesto de la sala.
Las luces de colores que iluminaban el lugar iluminaron por unos segundos a aquella chica, tiempo suficiente para ver mejor su piel bronceada y su largo cabello negro. Estuve observándola por minutos y, sin darme cuenta, ya no había marcha atrás. Había entrado en un estado demasiado deplorable para pensar con claridad, mi mente estaba cada vez más confusa, mi garganta sedienta y mis labios resecos.
La morena y yo iniciamos el primer juego de la noche.
Su penetrante mirada sujetaba la mía, y mis ojos azules hacían lo mismo con los suyos. Luchaba contra algo que crecía en mi interior, un fuego abrasador que se extendía por todo mi cuerpo. La morena, sin apartar la mirada de mí, acercó el vaso que estaba sujetando a su boca, bebió un par de sorbos de él y se lamió lentamente los labios al dejarlo sobre la barra. Tras ello se bajó de su silla y se acercó lentamente hacia mí.
El segundo juego había empezado.
Para entonces mi garganta estaba seca, mi respiración agitada y tenía un grande problema. La chica se presentó en cuanto estuvo delante de mí. Aun llevando unos tacones quilométricos le sacaba una cabeza de altura. Intentamos entablar una conversación, aunque de poco sirvió el esfuerzo, pues a los cinco minutos sus labios ya estaban moviéndose al compás de la música con los míos.
Y, finalmente, dimos rienda suelta al tercer juego.
Daelyn POV:
James llegó a casa un poco después de que terminara de bañarme. El rubio se encargó de darme chocolate caliente, una manta y, de vez en cuanto, alguna tímida caricia que aceptaba sin pudor alguno. Gracias a ello pude tranquilizarme y dejar como un extraño recuerdo la situación que había vivido horas antes. Al final, terminamos tumbados sobre mi cama, él acariciando mi cabello y yo resiguiendo con mi dedo índice algunos de los tatuajes que había en sus brazos, aunque aquello duró solamente hasta que Jack y Celeste volvieron a casa.
No les dijimos nada de lo sucedido. Intenté actuar normal y ayudar a Celeste a preparar la cena mientras los chicos recogían el salón.
Después de cenar y haber lavado los platos, decidí salir al patio para tomar un poco el aire, pero le pedí a James que me acompañara, ya que tenía miedo de que pudiese ocurrir algo. Nos sentamos en silencio sobre el húmedo césped y estuvimos contemplando las estrellas mientras nuestras manos se iban acercando peligrosamente entre ellas, rozándose, acariciándose, dándose calor mutuo.
―James... ―suspiré, incorporándome y dejando atrás cualquier tipo de contacto físico―. Siento que esto está mal...
―Te he dicho mil veces que te dejes llevar, tu corazón debería mandar en esto, no la lógica ―dijo, mirando todavía al cielo estrellado.
―¿Y si mi corazón no está preparado para liderar la decisión?
―Entonces yo tomaré las riendas.
―¿Y luego qué? Es Luke... No es un desconocido, es mi novio, es tu hermano, es nuestro amigo.
―¿Podemos dejar de hablar de Luke por un momento? Es lo único de lo que hablamos... Luke por aquí, Luke por allá, ¡estoy harto!
El enfado de James hizo que me alterara. Temía discutir con él, no quería hacerle daño, pero tampoco quería hacérmelo a mí misma.
―Yo... Sabes que no es fácil para mí ―dije, bajando mi mirada hacía el suelo.
James controló su enfado por unos instantes, buscando las palabras adecuadas para hablar de nuevo.
―Tampoco lo es para mí... Pero, ¿Sabes qué? Te propongo un trato; mientras Luke esté en Estados Unidos inténtalo, guíate por tu corazón bebé, hazlo y sal conmigo. Si cuando vuelva mi hermano sigues confundida me alejaré para siempre de ti. Nadie más sabrá nuestro pequeño secreto, nadie sospechará. ¿Aceptas?
"―Mira Jones, vamos a hacer esto fácil. Me tengo que ir, así que si no entras a tu casa te llevaré yo y despertarás a tus padres ―sonrió de lado, burlándose por qué había ganado.
―¿Y si no quiero? ―le dije temblando, no sé si del frío o de su cercanía.
―Entonces me vas a tener que acompañar ―dijo James, cerca de mis labios; ni siquiera sabía cómo se había acercado tanto―. ¿Aceptas?
Vacilé unos segundos, pero al final me decidí, iba a cometer una de las locuras más grandes de mi vida.
―Acepto."
Recordé aquel momento en el que el rubio me llevó por primera vez a McBox, cuando hacía tan solo un par de días que había llegado a Sídney; entonces me di cuenta que desde el primer momento habría aceptado cualquier cosa por James, aunque eso supusiera ganarse un billete de ida al mismísimo infierno.
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Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...