―Se te está yendo de las manos... ―dijo el moreno, negando con la cabeza―. ¿Hace cuánto que no vas al médico? ¿Te estarás tomando las pastillas, verdad? No quiero volver a verte pasar la misma crisis de nuevo.
―¿Quieres tranquilizarte? Estoy perfectamente, tomo regularmente las pastillas ―suspiró con frustración―. Todo está controlado.
―No creo que esté tan controlado si tu mayor cómplice se niega a ayudarte. Ahora que está en Estados Unidos no te puede proporcionar información ―el chico entrecerró sus ojos verdes, analizando con la mirada a la persona que tenía delante de él.
Él sabía perfectamente que lo que empezó como una pequeña trampa estaba llegando a mayores. Ambos lo sabían, su cómplice lo sabía y, James Hemmings, que había sido demasiado perspicaz y había descubierto todo, lo sabía. Aun así prefería no involucrarse mucho en el asunto, él tan solo seguía órdenes para conseguir dinero fácil, y con eso le bastaba, aunque la pobre chica le daba pena. Daelyn estaba sufriendo por algo que no había hecho.
―Te equivocas, teniendo a Luke cerca, en otro continente y rodeado de fans créeme que sí; es muy útil, de hecho ―dijo ella, asintiendo con la cabeza.
―Algún día se acabará cansando de todo esto y te odiará.
―Es imposible que me odie.
―Acabarás quedándote sola, tan solo porque no puedes aceptar la realidad. Tú no eras así, Trisha te comió la cabeza.
―¡No sabes nada de mí! ¡Vete al infierno, Ryan Grey! ―exclamó. El moreno había llevado su paciencia al límite.
―Hey, hey... Tranquila. Creo que te dejaré a solas, necesitas pensar y meditar contigo misma.
Dicho eso, él la dejó sola en aquella pequeña sala abandonada, vieja y polvorienta, donde solían quedar para hablar de los resultados del plan.
―¿Qué se me ha ido de las manos? Él está completamente loco. Yo no soy la loca, yo no estoy loca... No lo estoy ―el frágil cuerpo de la chica se deslizó por la pared hasta quedar sentada en el suelo. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos―. Estoy harta de mi vida.
Podría fingir que todo iba bien, pero nunca saldría nada como ella lo esperaba. Nunca tendría su final feliz, así que lucharía sucio para conseguirlo.
Sí la vida iba a darle la espalda, ella la apuñalaría por detrás.
Daelyn POV:
Ya había pasado una semana desde que Luke se fue a Estados Unidos, y mi cabeza estaba cada vez más confundida. Me sentía extraña, nada parecía salirme bien durante estos días.
Para empezar, el accidente. Desde entonces mi madre no me deja salir a ningún lado, ya que, según ella, lo primero es mi salud y debía reposar para no hacerme daño en la pierna.
Después, Thomas. No habíamos vuelto a hablar desde que peleamos. Tampoco le he vuelto a ver, aunque las chicas venían casi todos los días a ver como estaba. Le había comentado a Danna y Eileen lo que había ocurrido, porque sabía que él las escucharía, ya que siempre habían sido cercanos; aún así todo esfuerzo para que Tom cediera había fracasado, se negaba a hablarme. No le culpaba, pero tampoco entendía sus razones.
También estaba Luke. Durante estos días tan solo habíamos hablado por mensajes, y solo fueron un par de ellos. No le quise decir que había tenido un accidente porque sabía que se lo tomaría peor de lo que realmente es. Necesitaba escuchar su voz de nuevo y que me latiera rápido el corazón, que mi pulso se acelerara; necesitaba sentirme segura acerca de mis sentimientos, porque, finalmente, estaba James Hemmings, un chico algo rebelde y misterioso, aunque protector y cuidadoso, que atentaba contra mi estabilidad emocional.
Me sentía mal conmigo misma, con él y con Luke. Cuando me propuso tener algo en secreto no le dije que sí, aun así acepté sus besos y caricias. Simplemente me sentí tan bien que no pude parar; le necesitaba. Sabía que ninguno de los dos merecía esto, pero me temo que James reclamaría su respuesta y yo no sabía si tendría suficiente voluntad para negarme.
Todo esto me estaba consumiendo por dentro, pero no tenía otra alternativa. No podía huir lejos, ahora mi vida estaba allí, en Sídney.
Luke POV:
Una semana. Hacía una semana desde que los chicos y yo pisamos América, y nada estaba yendo bien. Todo eran caras de cansancio, ojeras, mal humor y sonrisas falsas delante de la fans que estaban esperando fuera del estudio donde ensayábamos día tras día. Además, tuvimos un par de problemas. El primer día, sin ir más lejos, Michael perdió la maleta, Ashton la cartera y yo tropecé de la más tonta de las formas y caí al suelo. Ahora tenía un gran moratón en el brazo, el cual parecía que no se iría en mucho tiempo.
Aunque, más que los pequeños inconvenientes que habíamos tenido me preocupaba más lo que había dejado atrás por este sueño. Al bajar del avión en Los Ángeles y encontrarnos tantas fans esperándonos cuando aún no éramos lo suficientemente conocidos me hizo darme cuenta de lo que eso suponía. A partir de ahora estaríamos muy poco en Australia, vería muy poco a mamá, a papá, a Jack, Ben y ―quizás por el que estaba más preocupado― James. No porqué le echaría de menos ―que también, al fin y al cabo era mi hermano gemelo― si no por el pequeño hecho que estaba enamorado de mi novia, y no había tenido reparo en afirmármelo antes de irme.
Desde aquel día que les vi besándose, cuando yo todavía salía con Aleisha, lo supe. Lo único que me mantenía tranquilo respecto ese tema era que Daelyn me amaba como yo la amaba a ella. Nada podría ir mal entre nosotros, si la distancia no era problema, mucho menos lo iba a ser mi hermano. Yo confío en ella.
―Luke, ¡Quieres estar atento! ¡No podemos ensayar si el cantante principal está en su propio mundo!
Sentí a alguien zarandearme, tomando mis hombros. Yo giré la cabeza, viendo a un Ashton bastante cansado, fulminándome con la mirada.
―Está bien, no me grites, todavía no estoy sordo ―dije, justo antes de soltar un bostezo.
―Me rindo, estoy intentando que todo funcione, ¡pero no llevamos ni una semana y ya os estáis durmiendo por las esquinas! ¿Cómo pretendéis alcanzar vuestro sueño si lo único que hacéis es dormir?
―Ashton, tranquilízate por favor, nadie quiere escuchar tus gritos ―intervino Michael, el cual estaba también somnoliento.
―Bien, cuando se acabe la hora de la siesta me avisáis.
El castaño, bastante enfadado con nosotros, tiró las baquetas que llevaba en sus manos y cerró la puerta del estudio de un portazo, cosa que nos sobresaltó.
―¿Alguno de vosotros sabe que le pasa? Estoy harto de su actitud gruñona, necesita conseguirse a una novia ya ―dijo Michael, rascando su nuca.
―Yo estoy cansado de las peleas, llamadme cuando os despertéis, porque yo me voy con Ash ―Calum salió por la misma puerta que el batería, dejándonos a nosotros dos solos, un poco desconcertados.
Genial. Todo iba perfectamente mal.
--------------------------------------------------------------------------------
HOLA CHICAS, os dejo el siguiente capítulo.
Es horroroso ya que me muero de sueño y no tengo inspiración ahora mismo, además es corto pero no quería estropearlo más de lo que ya lo he hecho.
Bien, la identidad del anónimo ha sido revelada... un poco jajaja. Yo creo que muchas ya sabéis quien es u os hacéis una idea. Al largo de la novela habéis hecho vuestras hipótesis y habéis dicho opiniones sobre el tema, ahora me gustaría que entrarais a un cuestionario que dejaré en comentarios y respondáis unas preguntas que os haré sobre el anónimo y la novela en general. Me gusta hacer este tipo de encuestas para ver que pensáis de la historia y de qué manera puedo mejorarla.
Espero vuestra participación en el cuestionario.
Comentad y votad pls.
Bye xx
ESTÁS LEYENDO
Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...