Suspiré en cuanto salí del hospital; odiaba toda clase de centros médicos, al menos esta vez estaba allí para quitarme la escayola de la pierna. ¡Sí, al fin era libre! Podría volver al instituto y olvidarme un poco de todos los problemas que tenía encima.
Caminé a paso lento hasta uno de los bancos que había delante del edificio y me senté mientras esperaba a mi madre, la cual estaba dentro del hospital aún. Mi cabeza comenzó a pensar en todo lo sucedido durante estos días, aunque me negara, no podía dejar de hacerlo. Por suerte, mi madre no tardó mucho más en salir y pudimos poner rumbo hacia casa.
―Mamá... ―llamé su atención, justo cuando estaba poniendo la llave en la cerradura ―Danna quería que fuese al apartamento hoy para que viese que estaba bien, ¿No hay problema no? ―pregunté inocentemente.
―Claro que no, ten cuidado y no vengas muy tarde, si no dile a Tom que te acompañe hasta casa.
Al escuchar el nombre de Tom un nudo se formó en mi garganta. Tosí un par de veces disimulando mi voz temblorosa y contesté de forma que mi madre no sospechara nada.
―Tendré cuidado, te veo luego mamá.
Me acerqué a ella para darle un rápido beso en la mejilla y me alejé de casa, hacia la parada del bus. Mi intención no era ir hasta el apartamento de mi prima, pero no quería decirle a mamá qué planeaba; tampoco iba a hacer nada peligroso.
Tras el viaje en autobús anduve un rato más hasta llegar a mi destino. Tras pasar por unos matorrales conseguí ver el lago y la barca que estaba atada al muelle. Sonreí, recordando la primera y única vez en la cual Luke me trajo a este pequeño parque. Cerré los ojos, recordando aquel día. Aquel día él seguía con Aleisha... Quien iba a decir que ahora estaríamos saliendo y el estaría a punto de ser un artista reconocido a nivel internacional.
Caminé hasta la orilla del lago y me senté en el césped, aspirando el aire fresco que había allí, un clima bastante agradable ya que casi era verano. La razón principal por la cual quería venir era para aclarar mis sentimientos, quizás volviendo atrás en el tiempo podía ver quien de verdad había conseguido llegar a mi corazón.
Todo había sido tan confuso desde un primer momento... Luke derrochaba felicidad, dulzura y timidez, haciéndole parecer adorable, pero James era demasiado misterioso; esa aura imponente con la cual rechazaba a todo el mundo pero a la vez incitaba a adentrarse más en ese oscuro abismo me había rodeado y no podía ver más allá de ella.
Mientras pensaba en ello iba arrancando poco a poco la hierba que había a mi alrededor, frustrándome cada vez más conmigo misma. De pronto, los ojos comenzaron a arderme y, sin quererlo, algunas lágrimas salieron junto a unos sollozos que intenté esconder poniendo las manos sobre mi rostro, a la vez que limpiaba las lágrimas de mis mejillas.
―El césped no tiene la culpa de que estés enfadada con el mundo, deberías dejar de arrancarlo ―escuché una voz detrás de mí, la cual no reconocí.
Me giré lentamente, alzando la vista para poder ver quien estaba molestándome durante mis reflexiones internas. Delante de mí se encontraba un chico bastante alto, de rasgos asiáticos. Nos quedamos mirando durante unos segundos, hasta que me giré de nuevo, posando mi vista en el pacífico lago que se extendía delante de mí.
―No eres nadie para darme ordenes, si quiero arrancarlo lo arranco ―le dije.
―Tu tampoco eres nadie para quitarle la vida a un ser vivo.
Suspiré, intentando que el chico no notara mis nervios a punto de explotar.
―Son solo unos hierbajos, no tienes por qué ponerte así.
―Me pongo como quiero ―dijo él, sentándose inesperadamente a mi lado.
―¿Qué se supone que haces? ―le pregunté, confusa.
―¿No es obvio? Me siento en el césped, un lugar 'público', de todos ―explicó, poniéndole un énfasis especial a la palabra público.
―Vale, lo he pillado, Mr. Medio Ambiente.
Volví a suspirar, terminando la liberación de nervios con una mueca sobre mis labios. Yo tan solo quería poner en orden mis pensamientos y había acabado discutiendo con un chico que no conocía de nada; todo iba de mal en peor.
El silencio nos invadió. El único ruido que se escuchaba era el canto de los pájaros y el sonido del viento cuando movía las ramas de los árboles.
―¿Por qué llorabas?
Su pregunta me sobresaltó de tal manera que di un pequeño bote hacía el lado opuesto en el cual el chico se encontraba. Él se empezó a reír de mí, mientras yo me cruzaba de brazos.
―No creo que te interese la vida de una chica que se dedica a destrozar el césped de un parque ―le recriminé.
Intenté levantarme, pero su mano rodeó mi muñeca, inmovilizándome.
―Por favor, quédate. ¿Sabes? Yo suelo venir aquí a llorar también, suena raro viniendo de un chico, pero no me importa decirlo. Quizás compartir tus pensamientos con un desconocido te va bien.
Me volví a sentar una vez el chico me soltó, pensando en lo que acababa de decir.
―Ni siquiera sé tu nombre.
―Por algo he dicho desconocido ―contraatacó él.
Pude notar como mis mejillas se sonrojaban levánteme debido a mi torpeza.
―No creo que te interesen mis problemas, de todas formas.
―Pueden interesarme o no, pero te puede ayudar.
―No quiero molestar, de veras.
―No es molestia, créeme.
―¿Por qué debería?
―Porque soy Mr. Medio Ambiente, alguien que se preocupa por eso es de fiar ―dijo, mirándome con una ceja levantada.
Solté una pequeña carcajada tras su comentario, donde había mencionado el absurdo apodo que le había puesto minutos atrás.
―Es una historia muy larga, y debería irme ya a casa... ―intenté evadirle. No es que no me sintiera cómoda con él, simplemente tenía miedo de hablar de mis sentimientos y que me dejaran de lado de nuevo.
―Está bien, está bien... Entiendo que no quieras hacerlo ―dijo el chico algo tímido, rascándose la nuca―. ¿Qué te parece si te doy mi numero? Así si alguna vez necesitas desahogarte y no sabes con quien puedes llamarme.
Dudé un poco, pero al final le tendí mi teléfono. El chico me sonrió y tecleó un par de veces en el móvil, devolviéndomelo tras ello.
―Jin ―dijo de repente. Fruncí el ceño, sin saber de qué estaba hablando―. Me llamo Jin.
―Daelyn, yo... Daelyn ―dije sin más.
―Me iré primero, no soy muy bueno en esto de las despedidas. Esperaré tu llamada, Daelyn.
El chico, es decir, Jin, se levantó y se fue por el mismo camino por el cual yo había entrado, dejándome con mi móvil sobre la mano y miles de preguntas en la cabeza.
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¡HOLA CHICAS!
Antes de nada, sé que tenía que subir el lunes pero parece ser que cuando quiero escribir la suerte no está de mi lado: se me rompió el ordenador ;-; Al final ha reaccionado y ya funciona bien así que aquí tenéis capítulo.
Me disculpo porque no tengo imaginación y es un capítulo MUY de relleno, aunque este nuevo personaje (ATENCIÓN, SPOILER xd) será importante en la segunda temporada.
Bueno, eso es todo. Me gustaría que os pasaseis por la nueva novela que he publicado, se llama Tomorrow, y que contestarais al cuestionario que hice en el último capítulo (dejo el link en los comentarios de nuevo).
¡Gracias por leer!
Comentad y votad pls
Bye xx
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Twins » Luke Hemmings
FanfictionDaelyn Jones se muda desde Londres hasta Sídney por el trabajo de sus padres. Cuando llega allí todo parece fantástico: sol, playa, surf; todo lo que un adolescente ama, pero... ¿Qué pasará cuando conozca a sus vecinos? Luke Hemmings: el típico chic...