Atardeceres

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(Ghost of You- 5 Seconds Of Summer)

Montar una escena que duraría a penas un minuto era mucho más difícil de lo que aparentaba.

—Creo que prefiero verlo desde una pantalla... —Dije con mil cables a mi alrededor mientras David se partía de risa. —Soy un desastre, no sirvo para esto.

—Claro que sirves para esto, no te des por vencida tan rápido.

Me ayudó a quitarme los cables de la cabeza y se sentó a mi lado en el suelo con su cámara. Era una monstruosidad de aparato, era enorme.

Me enseñó varios proyectos que hizo durante su carrera de audiovisuales. David era dos años mayor que yo y justo había terminado la carrera el mes pasado. Ahora se dedicaba a dar cursos sobre ello.

Eran increíbles. Estaba claro que ni yendo dos años a sus clases aprendería a hacer algo parecido a aquello.

Compaginar nuestros trabajos con el curso era bastante difícil, sobre todo por sus turnos. A mí a veces ni me llamaban para ir a trabajar, desde que Ola llegó me sentí bastante prescindible.

Tampoco me quejaba, no era mi trabajo favorito, ni mucho menos. Pero quería ganar dinero y de alguna manera ese lugar era especial para mí.

David en cambio tenía que trabajar tardes y noches. Su agenda estaba prácticamente llena, así que cuando no podíamos vernos aprovechaba para hacer cosas de las que normalmente me quejaba diciendo que no tenía tiempo, como escribir y leer.

Drew y yo nos vimos bastante esa semana. Había terminado con sus exámenes y no tenía muchos trabajos de la universidad. También quedaba con Ola, pero a pesar de ello consiguió sacar tiempo para mí también.

Después de despedirme de David e ir hacia casa, se me ocurrió que para animarme aquel día, podía darme un pequeño capricho.

Había cobrado la tarde anterior, y para mí cobrar significaba peligro. Esa sensación de control sobre tu dinero que en realidad, si mi padre no me repitiese de vez en cuando lo derrochadora que era, acabaría con la tarjeta vacía.

Entré a la librería que más cerca quedaba de el estudio de David. Nunca había estado, así que me di mi tiempo para recorrérmela entera.

Encontré demasiados libros que me interesaron—Ninguna novedad—y al final me decanté por u par. Llevaba con un bloqueo lector demasiado tiempo, y echaba en falta a mis personajes ficticios.

Cuando llegué a la caja para pagarlos, me llevé una grata sorpresa al encontrarme delante de mí a la persona que menos quería ver en el mundo.

A Juls.

Pensé que se haría la loca y no me reconocería, puesto que en nuestro último encuentro dio por hecho que era una fan de Hunter, pero lo cierto es que se giró con la sonrisa más postiza del mundo.

—Ay, ¡Hola! La fan caritativa, ¿No?

—No. No soy ninguna fan. —La corregí de mala gana, y su mirada se volvió mucho más afilada.

Ella no llevaba ningún libro encima, solo tres revistas de alta costura y un periódico. Vio lo que llevaba entre mis manos, y me miró de forma rara.

—¿Hay gente que lee por placer en pleno siglo XXI? —Se burló.

—De hecho, sí. —Entrecerré mis ojos, mirándola. —¿Tú no lees?

—¿Tengo pinta de hacerlo? —Rio.

Joder, pues claro que no. Tenía pinta de no saber ni cómo coger un libro. Ni de cómo apreciar la textura del papel. Ni de cómo enamorarse de un personaje ficticio o sentir algo real con la magia de las palabras.

ARDENT © [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora