Mallorca

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(Until I found you- Stephen Sanchez)

En menos de un mes ya había cogido dos vuelos.

Lo miré de reojo y estaba feliz. Estaba sonriente, eufórico, y yo... totalmente enamorada.

¿En qué momento habíamos pasado de ser unos simpes conocidos a esto? ¿A sentir algo de verdad? Y encima con él, la persona que más me había sacado de quicio en toda mi vida, la persona que probablemente chocase y a su vez encajase a la perfección con mi personalidad.

Miré por la ventanilla del avión, justo estaba atardeciendo.

Un atardecer que me dejó sin palabras. Nuestras caras se tiñeron de un naranja intenso, y no pude evitar pensar en aquel que vi con Rhys en Minnesota. Ay, Rhys...

Te preguntarás qué es lo que pasó con mi fiesta, con todos, con los escoceses, con Drew y Ola, con mi padre... bueno, e aquí un breve resumen:

Cuando me propuso aquel viaje tan repentino, lo primero que pensé es que Hunter estaba loco. Lo segundo, que no había cosa que más me apeteciese que fugarme con él, a donde fuera, sin que nada ni nadie nos molestara. Y por último, que tenía a todos mis amigos metidos en un bar el día de mi cumpleaños, y si aceptaba esa propuesta, los dejaría colgados ahí dentro.

La acepté. Sin pensarlo.

Entré al bar casi flotando, siendo la persona más feliz del mundo. Hunter me siguió por detrás y llegamos a nuestro círculo. Ola nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja, la única que lo hizo. Bueno, y Rhys, por supuesto, que es un santo y a pesar de todo se alegró por nosotros.

Pero olvidaba un pequeño detalle, y es que dos escoceses habían cogido un vuelo de doce horas para venir a Minnesota a felicitarme, y el mismo día que llegaron les estaba informando de que me iba yo. Por suerte, Archie me comentó que sí o sí tenían que irse al día siguiente porque empezaba con exámenes en la universidad.

Me despedí uno a uno, dejando a éste para el final.

A Rhys le pedí perdón cien veces seguidas, por lo menos. Él simplemente sonrió y después me abrazó. Le dio una palmada en la espalda a Hunter y se quedaron hablando.

Respecto a Drew... fue bastante violento. Pensé que se enfadaría, que me montaría un pollo de los gordos en mitad de la discoteca el día de mi cumpleaños, pero creo que le di demasiada pena como para hacerlo.

Suspiró y sonrió, y después me dijo literalmente: "Si estás feliz así, me alegro. Aunque vaya gusto de mierda tienes ahora", y yo solté una carcajada aliviadora.

Calum me abrazó, y Ola me dijo de todo; que si algo iba mal que la llamase, que tuviese cuidado, que disfrutase y que sobre todo me llevase condones. Muchos condones. Obviamente me puse roja y le pegué un codazo, pero después le agradecí en el alma todo lo que había hecho por mí.

Y... para los más cotillas, entre vosotros y yo; Drew y ella se reconciliaron. Decidieron no tener nada serio e ir poco a poco, dejarse llevar y que pasase lo que pasase. Calum se alegró por ellos, bueno, más bien por ella, aunque creo que en el fondo estaba un pelín colgado por Ola. Pero no me hagáis mucho caso.

Finalmente, el otro rubio. Me lo quedé mirando apenada, sobre todo. Se convirtió en una persona muy especial para mí en muy poco tiempo, y personas como él, muchas en el mundo no hay. Estaba nerviosa, joder. ¿Cómo iba a decirle que me fugaba con Hunter minutos después de casi haberme comido la boca con él?

Pues para variar, me comí el coco demasiado. Me dijo que lo entendía perfectamente, y que él ahora mismo necesitaba aclarar su cabeza e ir por libre; nada de relaciones ni derivados como vivir a trece horas de su pareja. Nos dimos un abrazo y nos prometimos hablar de seguido y no perder el contacto.

ARDENT © [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora