Miss you

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(Miss You- Louis Tomlinson)|Maratón<3

Para algunos, música. Para mí en esos momentos, ruido.

La sala se llenó a eso de las once de la noche, donde empezaron a aparecer esos típicos grupitos de chicas celebrando cualquier cosa, chicos buscando a chicas y viceversa. Camareros saturados. Clientes sedientos. De sed, de música, de bailar, de besar, incluso de sexo. Aquel bar estaba de hormonas a rebosar.

Estaba en el siguiente nivel del limbo, en el que estás a gusto. En el que te da igual hablar con tus amigos, con el de al lado que con la pared. Te ibas a entretener igualmente.

Drew: Felicidades, Maddie. Supongo que todo está raro entre nosotros, pero que sepas que... bueno. Yo no estoy molesto por nada, y no quiero estropear las cosas más de lo que están. Termina bien el día.

Sinceramente, no me esperé aquel mensaje. Por una parte, me apetecía celebrar mi cumpleaños con mi mejor amigo de toda la vida, pero no supe si sería lo correcto al estar Ola aquí, y al tener que contarle muchas cosas. Se había perdido un largo capítulo de mi vida.

Maddie: Gracias, Drew. Estamos en un bar, pásate y lo celebramos. Te paso la ubicación.

Contra más pospusiera aquello, más secretos tendríamos entre nosotros. Y, la verdad, mejor momento que ir pedo el día de mi cumpleaños, en aquella situación no vi.

—¿Qué tal te ha ido el día? —Me preguntó Rhys, bastante contento también. Verlo ebrio fue bastante gracioso, seguro que había perdido todo el aguante.

—Ahora mismo genial —Sonreí con los ojos rasgados. —Oye, gracias por venir.

—Faltaría más —Me besó la mejilla y me dio un abrazo.

Rhys y sus abrazos reconfortantes. El mejor regalo sin duda.

—¿Sabías que vendría tu hermana?

—¿Qué? —Gritó, y se agachó. Yo me acerqué a su oído para que me escuchase.

—Que si lo de tu hermana ha sido cosa tuya.

—Ah, qué va.

Lo miré entrecerrando los ojos, y una sonrisa culpable lo delató.

—Solo le dije que si quería, podía comprarle un vuelo a ella y a Vee para verte.

—Eres un sol —Dije mientras estrujaba sus mejillas y sus labios se juntaban, como un pez.

—Estás muy guapa.

—Obra de Ola —Dije mientras daba una vuelta.

Una vuelta muy mal dada, porque con el ciego que llevaba casi perdí el equilibrio y me caí, pero me agarró.

—Mejor que te quedes quieta, que no queremos incidentes —Bromeó.

Por encima de su hombro, no era muy difícil ver a las tres marías babeando con nosotros dos. De Ola, me lo esperaba. A Vee no la conocía lo suficiente. ¿Pero Rachel? ¿No se le hacía incómodo el querer juntar a una amiga suya con su hermano?

—¿Te acuerdas de la última vez que salimos de fiesta juntos? —Le dije divertida mientras echaba un poco de sal en el espacio comprendido entre los dedos índice y pulgar con la mano en forma de puño, y también en el suyo.

—Bueno, tuve que irme pronto a casa.

—No, no. Me refiero a la primera vez, la del concierto de Ola.

—¿Eh? —Gritó. Joder, puta música.

—¡El día del concierto de Ola! —Exclamé en su oído.

ARDENT © [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora