Hora de la siesta

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(Rock me- One Direction)

Me desperté algo aturdida. No encontraba mi móvil, no encontraba más que una bolita de pelo que parece que decidió querer dormir conmigo.

Joder, no veía nada.

Me quité la manta de encima, y decidí sentarme. Whoah. Qué puto mareo. Definitivamente, la última vez que bebía.

Spoiler: Mentira.

Aparté la manta de encima, y encontré una mano.

Una mano.

—¡AAAAAAAAAAAHHHHH! —Chillé horrorizada y me llevé mi mano al corazón.

Se hizo la luz.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Joder, ¿Qué...? —Vi a Archie de pie, con una cara de adormilado total y los labios un poco hinchados. Tenía los pelos revueltos y los ojitos achinados. —¿No nos fuimos a la cama?

—No. —Contestó él estirándose. Al hacerlo, su camiseta se levantó un poco, y me sentí horriblemente mal al dejar a mi mente perversa conducir mis ojos hasta ahí. Un abdomen muy bonito, por cierto. —¿Quieres ir? Son las cuatro de la mañana.

—No, no. Joder, lo siento —Dije llevándome la mano a la cabeza. —Vas a acabar harto de mí.

—Nah, qué va. Animáis el vecindario —Sonrió y volvió a sentarse en el sofá. —Parece que te ha cogido cariño.

—Es una monada —Dije acariciando al perro. —¿Es tuyo o de Calum?

—De los dos. Queríamos un perro y... aquí está —Bostezó y volvió a estirarse. Esa vez no miré.

Recogió los vasos de mis tilas y los fregó. A las cuatro de la mañana.

Yo intenté desperezarme, pero no pude. Aquel sofá feo y pequeño era de pronto de lo más cómodo. Me tumbé de nuevo y me puse la manta por encima, tenía mucho frío.

—Si quieres puedo volverme a mi piso.

—No importa, tranquilo —Musité adormilada. —Bueno, si quieres irte hazlo, claro —Soltó una risita.

Volvió a sentarse en el sofá y agarró mis piernas, se las colocó en su regazo.

—¿Cuánto tiempo llevas con tu novia? —Pregunté de repente. Maldita alcahueta.

—Dos años y tres meses.

—Wow. Cuánto tiempo.

—Bueno, sí. Pero tenemos relación abierta. —Me giré hacia él.

—Joder, ¿Qué le ha dado a todo el mundo ahora con eso?

—Ella se iba a otro continente, y yo... me quedaba aquí. Nos queremos mucho, al final dos años es mucho tiempo. Pero ella me dijo que a pesar de ello quería conocer gente nueva, y que si le surgía la oportunidad de acostarse con alguien, que lo haría.

—Mierda. Vaya palo.

—No te creas —Sonrió mientras removía su pelo. —Al principio me resultó raro, pero va a estar fuera cuatro años más. Y esperar tanto tiempo... al final no podemos vernos con mucha facilidad, así que decidí probarlo.

—¿Y qué tal? —Pregunté curiosa.

—Si te soy sincero, es la hostia. Sigo queriéndola por igual, pero si algún día me apetece follar con alguien, lo hago. Sin remordimientos ni comeduras de cabeza luego. Pasa y punto.

Soltó una carcajada al ver mi cara.

—¿Nunca lo has probado?

—No. De hecho, nunca he tenido novio.

ARDENT © [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora