Capítulo N° 98

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Toshinori tomó su vehículo particular y salió a gran velocidad hasta la dirección indicada por su subordinado.

Había instruido a Katsuki para que coordinara vigilancia no oficial en la casa del joven Todoroki, ya que temía que pudiera hacer alguna estupidez, pero no esperó que fuera tan pronto que se atreviera a enfrentar a su padre.

El Teniente Coronel había conocido a Enji durante su juventud, ya que estudiaron en la misma preparatoria y, pese a que el rubio estaba dos cursos por delante, recordaba los rumores que rondaban sobre Todoroki. Varias chicas habían comentado lo controlador que podía llegar a ser el pelirrojo y el miedo que habían sentido cuando él terminaba los noviazgos y ellas se rehusaban a dejarlo ir sin ninguna explicación. Sin embargo, todos estos rumores provenían de ex novias de Enji, por lo que jamás se dio validez a los mismos. No fue hasta que tuvo lugar la internación psiquiátrica de Rei Todoroki que Toshinori se convenció de la veracidad de los rumores de su juventud.

Por ello, tanto Yagi como Aizawa estaban convencidos de que la teoría de Shōto no era solo una teoría, sino que era la realidad, pero lamentablemente, no había pruebas que le dieran sustento a la misma. Ellos representaban el orden en el país y su experiencia les decía que no podían actuar llevados por sus impulsos sin que cientos de eventos se desencadenaran, los cuales ciertamente serían desafortunados para todos los involucrados, excepto para el verdadero culpable. Además, todos albergaban la esperanza de que Izuku se recuperara, por lo que no podían hacer nada que pudiese afectar el futuro del policía.

Pero esas esperanzas fueron hechas trizas por el destino, Midoriya había muerto y ahora también el bicolor corría peligro.

Enji Todoroki seguía siendo un hombre poderoso, pero ese poder iba de la mano de su imagen de hombre pulcro y recto, por lo que no se arriesgaría a perder todo por su hijo menor; ya se había desecho de su esposa, había roto lazos con sus tres hijos mayores, solo quedaba averiguar la manera en que haría desaparecer a Shōto.

Consciente de lo anterior, Yagi preparó sus armas y bajó a toda prisa de su vehículo al divisar la patrulla de Katsuki detenida en la calle.

- Muy bien hecho joven Bakugō – dijo Toshinori a través de la ventana del conductor, impidiendo que su subordinado descendiera del vehículo – Ahora, necesito que sigas por esta calle y vayas a la avenida principal, realices una ronda preventiva en la plaza de armas y luego de diez minutos, vuelvas a la comisaría, cierres tu turno como de costumbre y vayas a tu casa – la seriedad de sus palabras y el tono empleado en ellas provocó escalofríos en el rubio platinado, se sintió ligeramente amenazado, por lo que asintiendo se retiró sin dilación.

En el fondo, Katsuki sabía a qué se debían esas palabras, su Teniente Coronel le estaba dando una coartada, por lo que nada bueno podía salir de esa noche.

Así las cosas, el suboficial Bakugō hizo lo que le encomendaron, no sin antes volver a saltar el protocolo establecido y contactar de manera extraoficial a su Coronel.

- Dime que no me arrepentiré de contestar esta llamada – dijo con voz cansada Shōta Aizawa.

- Lo lamento – respondióel platinado.

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora