Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)

Capítulo N° 32

- ¿Esto es necesario? – preguntó el hombre de cabello negro que cubría por completo uno de sus ojos – Me veo más llamativo de lo necesario – señaló con fastidio.

- Si no quieres puedes bajarte en este mismo instante joven Todoroki – señaló el hombre rubio mirando por el espejo retrovisor antes de poner en marcha el vehículo.

- Como diga – contestó y el otro comenzó a conducir hacia su casa en completo silencio.

- Ya llegamos – dijo en cuanto se estacionó frente a su hogar, una casa ni muy grande ni muy pequeña dentro de un condominio – Espera – dijo con voz profunda al ver que Shōto se bajaba – Piensa muy bien antes de hablar, porque si vuelves a lastimar a ese muchacho que está allá dentro, juro que me olvidaré de mi posición como policía – dijo con voz calmada, pero con una mirada que podría congelar a cualquiera.

- No son necesarias las amenazas señor Yagi – dijo para luego abrir la puerta y bajarse – Yo no me lo perdonaría – susurró para sí mismo y esperó que el fornido hombre junto a él lo guiara dentro de la casa.

Una vez dentro, el ahora peli negro, se quedó en el living esperando que el Teniente Coronel de la policía fuera en búsqueda de Midoriya al segundo piso del lugar, luego de cinco minutos bajaron ambos y el rubio se retiró.

- ¿Qué haces vestido así? – preguntó con sorpresa el peliverde en cuanto se dio la vuelta para mirarlo.

- Petición de tu jefe, me dijo que era necesario para que los paparazis no me siguieran – levantó los hombros luego de explicar. Una leve risa salió de los labios del policía por lo protector que se había vuelto Toshinori con él – ¿Tan mal me veo? – preguntó con una extraña mueca Todoroki y el otro negó con la cabeza, calmándose.

- No, solo, te ves extraño – sonrió al ver que el muchacho frente a él se quitaba la peluca dejando a la vista sus ojos y cabellos bicolores.

- ¿De qué querías hablarme Izuku? – preguntó luego de dejar la molesta peluca sobre la mesa de centro.

- Ah, si – suspiró y tomó asiento en uno de los sillones individuales, pidiendo con un gesto a su ex novio que lo imitara – Lo que pasa es que... el General Director Nezu está siendo presionado para que yo dé una declaración sobre lo de tu matrimonio – dijo jugando con los dedos de sus manos y evitando la mirada del contrario.

- Ya veo – suspiró con pesar – Di lo que tengas que decir, no me puede importar menos lo que pase con ese tema, solo me alegra el que en unas semanas más tendré en mis manos la nulidad de esa farsa – comentó con frialdad.

- ¿En serio? – no pudo evitar preguntar con una punzada en el pecho el pecoso.