Capítulo N° 91

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Habían transcurrido dos semanas con una curiosa calma que ya no estaban habituados a sentir.

Momo había decidido irse del país otra vez, pero de manera definitiva según el mensaje dejado a Kyōka en el cual también se disculpaba con ella por haber sido egoísta y provocar el quiebre de su relación, porque sí, el rubio compositor había puesto punto final a su historia con la cantante.

Romero Fujimi había sido suspendido indefinidamente de sus funciones hasta que finalizara el sumario interno en su contra, el cual muy probablemente dictaminaría su expulsión de la institución, gracias al reportaje de Tōgata y la suspensión condicional del procedimiento judicial.

En tanto que Shōto había retomado el contacto con sus hermanos mayores después de sus declaraciones a las afuera del tribunal. Por ello en ese momento su casa se encontraba invadida por sus tres hermanos que llegaron sin previo aviso a visitarlo, justo el mismo día que Inko Midoriya llegaba a la ciudad.

Madre e hijo peliverdes quedaron asombrados al llegar a la casa de Shōto y ver a los hermanos sumidos en una bulliciosa conversación, la cual se fue apagando hasta el silencio total al percatarse de las dos nuevas figuras de pie en la sala.

El dueño de casa se aproximó a ambos para saludarlos, pero antes de poder decir cualquier cosa, la regordeta mujer lo golpeó con su cartera y luego lo abrazó, ante el asombro de todos.

- ¡Mamá! – gritó el policía al ver la errática actitud de su madre.

- Lo siento, pero lo merecías por hacer sufrir a mi hijo – dijo una vez que se separó del bicolor que no sabía cómo reaccionar – Pero recapacitaste y sé que también lo haces feliz – dijo con una dulce sonrisa.

Una estruendosa carcajada proveniente de un hombre albino rompió la tensión – Lo siento – dijo entre risas – Soy Natsuo, hermano de ese gatito asustado – se presentó mientras seguía riendo, provocando una mueca de disgusto en su hermano menor.

- Basta Natsuo – dijo la mujer de anteojos, quien se puso de pie y se aproximó hasta los recién llegados – Mi nombre es Fuyumi y es un gusto poder conocerlos al fin – dijo con una adorable sonrisa.

Las presentaciones continuaron luego de ese pequeño impase, Tōya se limitó a decir que trabajaba como tatuador en el extranjero y hacer uno que otro comentario sarcástico para molestar a sus hermanos, mientras observaba todo con suma atención; Natsuo les contó que era terapeuta en el área de la salud y demostró inmediatamente su personalidad juguetona y bromista, mientras que Fuyumi era más maternal, en gran parte debido a su trabajo como profesora.

Los hermanos Todoroki se sintieron sumamente relajados ante el aura tan protectora de Inko, en tanto que la timidez del pecoso les causaba una ternura que hacía imposible no aceptar al novio de su hermanito.

La tarde fue bastante agradable, obviando por completo cualquier tema referente a Enji Todoroki y más que nada orientada a las anécdotas sobre la niñez de Izuku y Shōto que sus familiares presentes contaban con suma felicidad. La pareja, por su parte, los ponía al tanto sobre sus planes futuros de mudarse a otro país donde pudieran vivir su amor con mayor libertad, ya que las formaciones profesionales de ambos lo permitían.

Al caer la noche, los tres hermanos Todoroki se retiraron prometiendo mantener el contacto y repetir aquél encuentro, mientras que Izuku se fue con su madre a su departamento para compartir un fin de semana madre e hijo luego de tanto tiempo sin verse.

El heterocromo se acostó y comenzó a reflexionar sobre todo lo que los últimos meses había traído a su vida. Al fin comprendía por qué sus hermanos habían decidido mantener al mínimo todo contacto con su padre, por qué Tōya le decía que era un idiota cada vez que se comunicaban y agradecía que pudieran perdonar su actitud tan pedante hacia ellos en los últimos años; había recibido la bendición de la madre de su novio, pues pese al golpe recibido, finalmente la mujer les deseo lo mejor en sus planes futuros; cortó lazos con las personas falsas que lo habían rodeado por años y pudo crear nuevas amistades; y las últimas semanas con el peliverde habían sido como siempre había querido en el fondo de su corazón.

Con todo aquello en mente y con una enorme sonrisa en el rostro, que no se presentaba con frecuencia, se durmió.

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora