Capítulo N° 77

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Izuku solo tuvo un día libre en su trabajo como cortesía de su Teniente Coronel que cambió sus turnos para que no coincidiera con Romero, por lo que se encontraba en la comisaría cuando Mina llegó corriendo hasta él para decirle lo que acababa de declarar Momo y Enji.

No pudo evitar hacer una mueca de asombro, pero luego trató de ser todo lo profesional que podía y continuó con su trabajo administrativo recibiendo un apretón en el hombro por parte de la chica.

Su celular personal no paraba de vibrar en el bolsillo de su pantalón, pero no quería ver de quien se trataba solo quería ser una persona normal, con un trabajo y una relación amorosa en la que nadie más que sus cercanos intervinieran de vez en cuando.

Recordó a su madre, como había llorado al teléfono debido a la exposición que su hijo estaba sufriendo, pues pese a estar al tanto de la orientación sexual y relación amorosa de Izuku, no estaba acostumbrada a nada de lo que estaba pasando; cómo tuvo que rogarle que se quedara en el campo para que no arriesgara su estado de salud y prometerle que pronto iría a visitarla.

No pudo hacer más que correr al baño a vomitar, expulsó todo su desayuno por el inodoro y la nueva vibración en su bolsillo lo encolerizó a tal punto de sacar el móvil y arrojarlo con fuerza lo más lejos que pudo. El aparato se desarmó y dejó de sonar, se sentó por unos segundos en el suelo del baño y cerró los ojos con fuerza para luego incorporarse y lavarse el rostro con abundante agua, recogió el dañado aparato y cuando salió del baño Katsuki lo esperaba apoyado contra la pared.

- Tengo que ir a patrullar – dijo el rubio cenizo sin despegar su vista del horizonte.

- Que te vaya bien – fue el susurro que recibió de parte del pecoso quien no dejó de caminar hasta su escritorio.

- Tokoyami estará ausente un tiempo – alzó la voz provocando que el más bajo detuviera su andar – Te asignaron para patrullar conmigo – dijo y deshizo su posición para sobrepasar al peliverde – Te espero en el estacionamiento, no te demores Deku – finalizó antes de salir por completo de su campo de visión.

Midoriya tomó sus cosas lo más rápido que pudo y se subió a la patrulla en el asiento del copiloto con la esperanza de que el trabajo de campo le permitiera distraerse un poco. Llegaron a la plaza de la ciudad y se estacionaron allí para observar el flujo de gente entrar y salir de las entidades bancarias, sin quererlo su mente viajó al día en que reconoció ante su amigo que era homosexual y soltó una leve risa.

- ¿De qué te ríes? – preguntó Bakugō con el ceño fruncido.

- Recordé tu reacción cuando te dije que era gay, esperaba todo menos eso – dijo el pecoso.

- No es como que no supiera que tu relación con el bastardo mitad-mitad fuera algo más – dijo con voz neutra y luego de un minuto de silencio continuó - ¿Vale la pena? – preguntó con genuino interés.

Midoriya soltó un suspiro pesado antes de responder un escueto "espero que si".

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora