Capítulo N° 6

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Lamentablemente la sospecha de Bakugō era cierta, aquellos hombres estaban esperando a una mujer que había hecho un cuantioso giro de dinero y estaban armados.

Todo fue rápido y mientras el rubio pedía refuerzos, Izuku actuó por su sentido de la justicia y, sin respetar el protocolo de acción para aquellos casos, persiguió a los delincuentes sin esperar a su compañero. Aquella acción tuvo sus frutos ya que el peliverde logró arrinconar a dos de ellos en un callejón sin salida, pero el hombre que faltaba y que estaba armado, le disparó por la espalda en dos ocasiones, justo cuando Katsuki lo alcanzó y se abalanzó sobre él para evitar que siguiera perpetrando disparos.

A los pocos segundos dos motoristas de la policía y una patrulla llegó al lugar y detuvo a los delincuentes, pero lamentablemente, Izuku estaba tendido en el suelo sangrando, ya que, si bien uno de los disparos dio en su chaleco anti balas, el otro había alcanzado su pierna derecha, por lo que velozmente fue trasladado al hospital más cercano.

La noticia rápidamente salió en los medios de comunicación, por lo que Ochako y Shōto se enteraron e inmediatamente se dirigieron al hospital donde estaba siendo atendido el peliverde.

La primera en llegar fue la castaña, quien al toparse con su ex compañero de clases en los pasillos haciendo guardia para evitar que la prensa entrara a molestar al pecoso, corrió a su encuentro – ¿Dónde está Izuku? ¿Cómo está? – habló rápidamente mirando a los ojos al rubio cenizo.

- Baja la voz, no dejes que estos cuervos te escuchen - habló entre dientes mientras señalaba con su cabeza a los periodistas apostados en los pasillos – Está en el segundo piso, sal de aquí y sube por la otra entrada del hospital – le indicó e inmediatamente se alejó de ella para que no los vincularan y los medios con sus cámaras no la siguieran.

Uraraka salió con toda la tranquilidad que pudo fingir para no llamar la atención y cuando estaba bajando las escaleras vio un llamativo auto deportivo con una melena bicolor que reconoció inmediatamente. Se dirigió al mismo con todas las emociones a flote y se subió al puesto del copiloto antes que el heterocromático pudiera rechistar.

- ¿Cómo tienes cara para aparecerte por aquí? – le dijo la castaña con toda la ira que sentía y si las miradas mataran, Todoroki estaría tres metros bajo tierra.

- Buenas tardes también para ti Uraraka – respondió con ironía el muchacho.

- No estoy para tus juegos Todoroki, yo no soy Izuku. ¿Por qué no te vas con tu futura esposa? Si aún tienes un poquito de cariño por él, yo te informaré cómo se encuentra – dijo la de ojos marrón mientras abría la puerta para descender del vehículo.

Shoto también salió del auto deportivo con gran rapidez y el ceño fruncido – No eres quién para cuestionar mis decisiones o la relación que tenga o deje de tener con Izuku – dijo mientras tomaba a Ochako del brazo para detener su andar – Es hora de madurar Uraraka y dejar de albergar sentimientos románticos por quien te ve como una hermana – señaló con fingida preocupación mientras soltaba a la joven.

Aquél comentario sorprendió a la chica y no replicó, solo caminó por donde le indicó Bakugō siendo seguida por el muchacho con heterocromía. En su mente comenzó a analizar sus reacciones, pues si bien es cierto que durante la preparatoria tuvo un potente enamoramiento por su amigo peliverde, ella lo creía superado y en su lugar había quedado un profundo cariño acompañado de una fraterna amistad, sin embargo, lo dicho por Todoroki le removió la consciencia y comenzó a cuestionar si su ira por el dolor que estaba sintiendo su amigo era solo por eso o porque aún sentía algo más allá.

- Buscamos a Izuku Midoriya – dijo el muchacho a una enfermera que iba pasando cuando estuvieron en el segundo piso del hospital, sacando a la de ojos cafés de su ensimismamiento.

La enfermera se mostró reticente de entregar la información solicitada, entonces el mitad albino mostró los encantos que poseía y la castaña quedó sorprendida por la reacción de la chica que inmediatamente les llevó hasta la puerta del lugar en que se encontraba Midoriya – Te recomiendo omitir eso último que viste y la deprimente conversación que tuvimos hace poco, no querrás alterar a Izuku – La joven no contestó, solo apretó los dientes para no armar un escándalo y entró rápidamente a la sala.

- ¡Izuku! ¿Estás bien? – dijo la chica mientras corría a la camilla en donde se encontraba el peliverde.

- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? – preguntó el pecoso con sorpresa, se suponía que no podía recibir visitas para evitar que la prensa se colara hasta la habitación.

- Eso no importa ahora, me alegro ver que estás vivo – suspiró.

- Que exagerada eres, solo tengo un moretón en la espalda por culpa del impacto de la bala con el chaleco y ... - se quedó en silencio con la boca abierta al ver al heterocromático de pie junto a la puerta.

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora