Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)

Capítulo N° 8

Izuku tenía razón, la prensa rondaba la casa de Shōto más de lo normal, sin embargo, la gran mayoría no estaban ahí por el compromiso del bicolor con su ex compañera de preparatoria, sino que por él y su heroico actuar.

Ya había pasado el tiempo suficiente para que la pierna del policía se recuperara, durante ese tiempo estuvo viviendo con Todoroki, quien lo mimó y ayudó bastante, sin embargo, eso no quitaba el malestar que el peliverde sentía cada vez que en los medios se hablaba sobre la boda del año.

Aquél día volvía a trabajar y por ende a su departamento, tuvo que apresurarse ya que tenía una reunión con su Teniente Coronel y los altos mandos de la policía, no sabía por qué, pero no podía llegar tarde.

- Buenos días – saludó el peliverde con una enorme sonrisa a Mina, quien otra vez estaba en el mesón principal trabajando.

- Buenos días Midoriya, que bueno que ya estés recuperado – le sonrió la muchacha de vuelta – El señor Yagi está en su oficina y acaban de llegar los manda más – le informó.

- ¡Voy atrasado! – se alarmó y corrió a la oficina de su jefe. Golpeó la puerta y en cuanto escuchó el pase, se adentró a la oficina, viendo a dos hombres uniformados con sus condecoraciones y medallas que daban a conocer su rango – Buenos días – dijo mirando a los tres mayores.

- Buenos días joven Midoriya, siéntate por favor – le saludó Toshinori y señaló la silla vacía frente a él – Te presentaré a estos caballeros que tienen algo que proponerte, ellos son el General Director Nezu y el Coronel Shōta Aizawa – el de ojos esmeralda trató de levantarse, pero antes de llegar a hacerlo fue interrumpido.

- No es necesario que te levantes muchacho – le dijo Nezu – ¿Estás seguro que tu pierna ya está 100% recuperada? – señaló el hombre con mayor rango en la policía.

- Bueno, no al 100% pero ya estoy bien para volver al trabajo – respondió convencido el peliverde.

- Me alegro que ya estés mejor – sonrió - En realidad veníamos a hablar sobre el heroísmo con que actuaste hace un tiempo – dijo caminando con las manos en la espalda.

Midoriya abrió los ojos demostrando la sorpresa con que recibió aquellas palabras – No creo que haya sido heroico señor – contestó desviando la mirada.

- Concuerdo – habló por primera vez el Coronel, un hombre de semblante un tanto temible pero soñoliento – Fue bastante estúpido e imprudente, pero los medios tienen otra opinión – se cruzó de brazos el hombre de cabello negro.

- No venimos a cuestionar lo que ya está hecho, eso es tarea de tu Teniente Coronel y supongo que ya lo hizo – habló con su calma usual Nezu, un hombre bajo y de cabello blanco con una cicatriz en su ojo derecho – Pero Aizawa tiene un punto, la prensa ha dado gran cobertura a lo que hiciste y la sociedad te considera un héroe, mientras que la institución ha perdido su credibilidad... - hizo una pausa y al fin se sentó – En fin, en concreto queremos que seas el rostro de la institución – apoyó sus codos sobre el escritorio y juntó sus manos viendo fijamente al joven policía que solo abrió la boca por la sorpresa, pero ninguna palabra salía de allí.

- ¿Joven Midoriya? – lo llamó el rubio – Esto no es obligatorio, pero en realidad sería de gran ayuda para la institución – suspiró derrotado.

- Es lo mínimo que puedes hacer, considerando la falta al reglamento que cometiste y que quedará sin sanción – frunció el ceño el Coronel.

- Tiene razón – asintió el peliverde – Lo haré, pero quiero que sepan que no soy muy elocuente, me pongo nervioso con facilidad – se rascó la nuca un tanto avergonzado.

- Eso no será problema – intervino otra vez el General Director Nezu – Hemos contratado a un reconocido asesor de rostros publicitarios y como además es fotógrafo, hará ambos trabajos – sonrió.

- ¿Ya lo tenían contratado? – preguntó asombrado Izuku.

- Bueno – rió nervioso Toshinori – Sabía que tu sentido del deber no te permitiría rechazar la oferta, así que les dije que lo contrataran – levantó el pulgar en su dirección y Midoriya no pudo hacer más que suspirar.

- ¿Qué tengo que hacer? – preguntótragando saliva ante la sonrisa tétrica del Coronel Aizawa.