Capítulo N° 17

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- Hitoshi, sácame de aquí, por favor – susurró Izuku, luego de media hora de la casi discusión con Shōto, había ido al baño cuando en el camino de vuelta lo vio besándose apasionadamente con su mujer.

- Claro – dijo el peli lavanda, despidiéndose rápidamente de Hatsume quien no hizo ningún revuelo al notar el deplorable estado emocional en el que se encontraba el policía.

- ¿Te llevo a tu casa? – preguntó el muchacho una vez estuvieron en su auto, el otro solo movió la cabeza en señal de negación mientras luchaba con el nudo que se formaba en su garganta para no llorar – Bien, vamos a mi casa entonces – dijo poniendo en marcha el vehículo.

El viaje fue en silencio y luego de 30 minutos llegaron a la casa del fotógrafo, era un lugar bastante sobrio por fuera y minimalista en su decoración interior, con fotografías en blanco y negro que había tomado el dueño de casa colgando en las paredes.

- Que lindo es tu hogar – dijo con cordialidad el muchacho, pero con voz apagada.

- Gracias, pero más importante, ¿Me dirás que pasó para que te pusieras así? – dijo el peli lavanda mientras se dirigía a la cocina para poner el hervidor y así servirle un té a su invitado.

Hubo un silencio mientras el asesor estuvo en la cocina preparando las tazas y esperando el agua, Midoriya se debatía internamente si contarle o no su extraña relación, pues por mucho que amara al heterocromático no era tan tonto como para no saber que no era normal lo que estaba pasando.

- Aquí tienes, un té de melisa para relajarte – señaló Hitoshi mientras le tendía la taza al peli verde y este la recibía agradeciendo – No es que quiera presionarte para hablar de un tema que no quieres, pero si no me cuentas no sé cómo ayudarte – suspiró al final, para él todo esto de ser el confidente y consejero de una persona era nuevo, la única persona con la que tenía una amistad era con Mei, pero tampoco era muy normal, la muchacha estaba desquiciada, según él, y ni si quiera sabía cómo había iniciado aquello.

- Antes que todo, quiero que sepas que soy homosexual – se sinceró sin quitar la vista de la taza que tenía en su mano.

- Y yo soy bisexual – espetó el chico de marcadas ojeras, con una cotidianidad que sorprendió al policía y lo hizo levantar la vista.

- ¿En serio? – preguntó sin poder fingir su asombro.

- Si, pero no veo que importancia tenga – dijo levantando los hombros.

- Bue... bueno, es que... no sé, la sociedad no nos ve muy bien y quizás en tu trabajo sea más sencillo y aceptado, pero en el mío, créeme que no es así – suspiró con pesadez al recordar las "bromas" que solía escuchar en la comisaría sobre los "maricones".

- En mi trabajo hay de todo, como en todos los trabajos, idiotas que aún no evolucionan hay en todas partes, pero lo importante es saber que tu sexualidad no determina quién eres – dio un sorbo a su café, llevaba demasiadas horas sin beber uno y francamente su gusto por esa bebida rayaba en la adicción.

- Eso lo sé, pero yo no he tenido la confianza suficiente para vivirlo abiertamente, es por ello que estoy como estoy, jamás he tenido el valor de vivir una relación normal – esta vez miró a su interlocutor, el chico le estaba dando la oportunidad de desahogarse sin sentir que sería juzgado – Es por eso que llevo una relación de dos años en secreto – terminó por confesar.

- ¿Cómo has soportado tanto tiempo de estar a las sombras? – preguntó con los ojos un tanto abiertos de la impresión, él jamás podría pasar años en el anonimato, los encuentros fugaces con una persona a la que no volverías a ver eran una cosa, pero una relación estable con alguien era muy distinto.

- Amor y supongo que también cobardía – sonrió abatido – No puedo negar que me he sentido cansado de vivir escondiendo lo que siento, pero luego recuerdo mi trabajo, su carrera, su familia y prefiero seguir como estoy que perderlo, pero ahora todo es distinto – una lágrima traicionera rodó por su mejilla y Shinsō no supo en qué momento se movió, pero ya se encontraba de rodillas frente al pecoso limpiando con su pulgar aquella gota cristalina.

- ¿Cómo pudiste soportar el ir a la boda de la persona con la que tuviste una relación de dos años? – preguntó mirándolo a los ojos e Izuku solo sonrió con pesar.

- Es que todavía la tengo, la relación no haterminado – y Hitoshi solo se quedó con la boca abierta.    

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora