Shōto Todoroki despertó a la mañana siguiente como un hombre ebriamente casado, no recordaba cómo había llegado hasta la habitación del hotel ni lo que había pasado después de que Izuku lo dejara por irse con ese fotógrafo de cuarta, solo sabía que la ira por no poder apartar a ese tipejo de su pecoso lo llevó a beber cada gota de alcohol que encontró.
Miró a su lado y la pelinegra estaba desnuda durmiendo, eso junto a los fluidos que encontró en la cama le permitieron concluir que habían tenido sexo. No le sorprendió demasiado, después de todo el alcohol que bebió, sus emociones encontradas, el hecho de haberse considerado a sí mismo heterosexual hasta que conoció al peliverde y de que era su noche de bodas, le pareció el resultado lógico para todo el desastre que vivía, solo pudo pasarse una mano por la cara y soltar un largo suspiro.
Se levantó con cuidado de no despertar a su ahora esposa y se dirigió al baño para asearse. Una vez estuvo bajo la ducha tibia, cerró sus ojos, encontrándose con aquellas hermosas esmeraldas que tenían la tristeza reflejada y solo pudo abrir sus párpados rápidamente, golpeó las baldosas con su puño lastimando los nudillos en el proceso. Las lágrimas no tardaron en llegar, se sentía una basura, estaba acabando con el ser humano más maravilloso que había conocido por egoísmo, no podía alejarse de Midoriya, lo quería para él, solo para él, lo amaba pero no podía negarse a las peticiones de su padre, a pesar de saber que aquello lo destruiría.
- ¿Qué mierda he hecho? – murmuró levantando la cabeza dejando que el agua cayera por su rostro llevándose las lágrimas que aún derramaba – Lo siento tanto Izuku, pero no puedo dejarte ir – terminó de ducharse y salió del hotel, tenía que ver al dueño de sus pensamientos.
Llamó a un taxi y en cuanto se subió dio la dirección del policía, a quien había estado llamando desde que salió de la habitación del hotel sin recibir respuesta, cuando estuvo frente al edificio pagó la tarifa y bajó, el portero del edificio lo reconoció inmediatamente, era un invitado frecuente del amable inquilino que no había llegado a dormir, información que dio sin mayores reparos al mitad albino quien solo agradeció y se retiró llamando a otro taxi, pero internamente el terror lo invadió ¿Izuku estaría bien? ¿Le habría pasado algo? ¿O es que acaso se habría ido con el estúpido fotógrafo?
Estaba ansioso, demasiado ansioso, tanto que ni si quiera lo pensó cuando dijo al taxista que lo llevara a la comisaría del centro.
- ¿Dónde está Izuku? – dijo en cuanto se acercó al mesón, sin si quiera saludar a la peli rosa que estaba atendiendo una llamada telefónica, por lo cual ésta hizo una seña para que la esperara – En serio, necesito hablar con él – su semblante habitual había desaparecido, se veía desesperado, había alzado la voz lo suficiente como para que un rubio cenizo lo escuchara y se asomara.
- El único que alza la voz aquí soy yo mitad-mitad – dijo con el ceño fruncido.
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Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)
Fiksi PenggemarShōto Todoroki e Izuku Midoriya son ex compañeros de la prestigiosa preparatoria UA. Actualmente, con 25 años, los muchachos mantienen una relación oculta que lleva más de dos años, hasta que se divulga por la prensa que el hijo menor de los Todoro...