Capítulo N° 18

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- ¿Piensas que soy un imbécil, cierto? – desvió la mirada Midoriya con notable tristeza – Eso piensan Ochako y Kacchan, supongo que tienen razón – sintió las tibias manos del contrario en su rostro, las cuales lo obligaron a girar la cabeza en su dirección y mirarlo a los ojos, la cercanía lo abrumó un poco y no pudo evitar sonrojarse.

- No creo que seas imbécil – dijo Shinsō mirándolo directamente a los ojos – Solo creo que eres una persona que ama tan sinceramente que es capaz de desmoronarse con tal de ver completos a los que quiere – secó dos lágrimas más antes que el policía lo abrazara fuertemente y rompiera en llanto, mientras él solo le repetía que sacara todo lo malo que sentía y acariciaba su espalda.

Cuando el llanto finalizó, le preparó otro té y lo condujo a la pieza de invitados, le prestó unos pantalones cortos y una camiseta negra para que pudiera dormir más cómodo. Una vez que Midoriya estuvo acostado comenzó a beber la infusión mientras controlaba su respiración poco a poco, en tanto que el peli lavanda se sentó a los pies de la cama observándolo.

- Izuku, no te diré qué es lo que debes hacer, porque solo tú puedes tomar esa decisión, pero si quiero que consideres lo siguiente – suspiró – Jamás podrás tener una relación sana si no te quieres a ti mismo primero, puede que suene muy cliché, pero es real y tampoco puedes pretender ser feliz dando a los otros los trozos que les falta para estar completos a costa de tu estabilidad – se rascó la nuca nervioso, jamás había dado un discurso como ese, pero le había salido del corazón, le dolía ver tan mal al policía.

- Muchas gracias Hitoshi – le sonrió luego de dejar la taza en el velador – Gracias por no juzgarme y tenerme paciencia. Prometo que pensaré todo lo que me dijiste, no quiero que tu desvelo sea en vano – habló con determinación, la cual esperaba siguiera ahí a la mañana siguiente.

- No te preocupes, estaré dispuesto a desvelarme cada vez que lo necesites – dijo luego de ponerse de pie, mientras caminaba hasta la puerta – Buenas noches Izuku – apagó la luz.

- Descansa Hitoshi – respondió el pecoso antes que cerrara la puerta. Suspiró y se acomodó en la cama, bueno, lo intentó, pero lo vivido aquel día, las palabras de sus amigos y sobre todo las de Shinsō no lo dejaban conciliar el sueño.

Luego de horas de dar vueltas en la cama como un vil gusano llegó a una conclusión, no podía seguir sin aclarar las cosas con Shōto, le temía como al infierno a aquella conversación que se debían, pero ahora que se sentía respaldado, empoderado y que la confianza comenzaba a germinar en su interior era el momento adecuado para hacerlo.

Las consecuencias de tomar una rosa bicolor (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora